Según Marcelo Sánchez, Gerente General de Fundación San Carlos de Maipo -organización que impulsa estrategias urbanas para recuperar los espacios degradados-, las áreas verdes además “mejoran el ambiente, la calidad del terreno, la sensación térmica, y entregan otros beneficios que impactan en los ecosistemas”. Hay que considerar también que estos espacios son sostén de biodiversidad urbana, permitiendo el asentamiento de flora y fauna, y facilitando el ingreso de esta desde otros espacios verdes situados alrededor de las ciudades.
Dada la importancia que tienen las áreas verdes, la preocupación de aumentar su disponibilidad actualmente no solo proviene de las autoridades públicas, sino también de la mano de iniciativas privadas, orientadas a aportar muchos más metros cuadrados de áreas verdes de las que exige la norma o las obras de mitigación asociadas. Este aporte es sumamente importante ya que, según explica el Gerente General de Fundación San Carlos de Maipo, “la magnitud de áreas verdes y cómo se distribuyen, no solo afecta a las personas y comunidades localizadas en sus entornos, sino que al conjunto de la región”.
El aporte de las inmobiliarias
Un ejemplo claro de ello son los nuevos desarrollos residenciales de la zona norte de la capital, que han ido incorporando importantes extensiones de áreas verdes que apuntan a mejorar la calidad de vida de los habitantes del sector, superando incluso lo recomendado por la OMS y la ODCE.
Uno de los desarrollos residenciales del sector norte que ha contribuido a aumentar las áreas verdes mantenidas en las comunas de la zona norte de la capital es Piedra Roja. A más de una década de su lanzamiento, el proyecto ubicado en Chicureo y vinculado a Inmobiliaria Manquehue, ofrece entre 8 m² y 10 m² de parque por habitante. Si además se le suman las áreas verdes fuera de los condominios la cifra llega a 18 m².
Piedra Roja, ya tiene todo un parque alrededor, con restoranes, centro comercial, club náutico, y una laguna de conservación natural de 80 mil m². Las especies de flora y fauna con que cuenta embellecen el entorno, donde es posible encontrar patos, taguas, queltehues, y en los senderos hay letreros educativos con los nombres de las aves y la vegetación.
Chamisero, en tanto, tiene una superficie aproximada de 1.600 hectáreas, de las cuales 524 están destinadas para desarrollos urbanos que contemplan un alto estándar de áreas verdes, con un Parque Central de 4 km de extensión que recorre como columna vertebral todo el desarrollo. En total, el desarrollo de Chamisero contempla 55 hectáreas de áreas verdes construidas y otras 550 hectáreas son zonas exclusivas de reserva ecológica, cuya flora se compone de algarrobos, quillayes y espinos, mientras que en su fauna destacan los zorros, pequenes y águilas. A modo de ejemplo el barrio Valle Norte, desarrollado por Fernández Wood Vizcaya, dispondrá de una superficie de áreas verdes cuatro veces superior a lo que hoy ofrece la ciudad de Santiago.
Por su parte, la primera etapa del megaproyecto Santa Elena en Chicureo, donde participan las inmobiliarias Agsa, Siena, Avellaneda Imsa-Adportas y Fernández Wood, considera el desarrollo de 90 hectáreas en un plazo aproximado 10 años. Además de barrios residenciales, contempla una cuidada planificación urbana y paisajística, con senderos y arboledas, siempre respetando la flora y fauna autóctonas. Hay que considerar, además, que Santa Elena está rodeada de farellones y cuenta con una laguna natural, lo que brinda un entorno privilegiado para vivir en familia y practicar distintos deportes, incluyendo bicicleta y trekking. En Santa Elena se consideran, en total, plazas vecinales de 8.000 m² construidas. Esto es aparte del área verde de cada condominio.
Otro ejemplo es Valle Lo Campino, ubicado en el sector oriente de Quilicura. Con 135 hectáreas, que es uno de los más antiguos y mayores desarrollos inmobiliarios del sector norte de la Región Metropolitana, en manos de un solo controlador hasta la fecha. Este proyecto suma 124, 141 m² de áreas verdes totales, y espera seguir aportando más en los próximos años. Cuenta con un Parque Central que invita a recorrer sus senderos en caminatas o paseos familiares en bicicleta, diseñados hace 17 años por la oficina de arquitectura BL. El parque central de Valle Lo Campino dispone de extensas áreas verdes para que los transeúntes y visitantes puedan descansar y disfrutar del entorno.
