La arquitectura cobra un valor trascendente cuando el diseño utiliza la luz como tema central. La iluminación adecuada, por ejemplo, refuerza los volúmenes, imprime fuerza a las texturas y a los diferentes valores cromáticos. "La iluminación es una disciplina que va muy de la mano con la arquitectura, constituyendo un complemento vital de ésta, ya que permite resaltar las características propias de cada construcción", afirma Muñoz.
En el caso de los espacios interiores, sostiene, la iluminación juega un papel fundamental, ya que permite recrear la luz exterior dentro del edificio y facilita las tareas cotidianas. "La prioridad es siempre acudir primero a la luz natural y tratar de obtener el máximo provecho de esta herramienta".
La luz del sol posee una serie de propiedades naturales que permiten, entre otras cosas, limpiar y desinfectar los ambientes, y además facilitan la correcta visibilidad de las cosas y la buena reproducción cromática. "La idea es aprovechar la luz matutina, contar con superficies claras al interior del edificio y evitar los contrastes entre claridad y sombras", explica la arquitecta. "Si existen muchas sombras, hay que contrarrestar el efecto y, en ese sentido, se deben emplear demasiadas luces", agrega.
En el caso concreto de los establecimientos educacionales, la experta afirma que resulta indispensable que las salas cuenten con una iluminación homogénea, evitando los centros de atención, por ejemplo. "Al llevar a cabo el proyecto, es importante transmitir la luz natural hasta lo más profundo de la planta".
Señala que esto se puede hacer tanto con el color de la superficie o utilizando elementos como los Light Pipes o tubos luminosos, "que a través de la utilización de materiales microprismáticos permiten captar la luz natural y llevarla hasta el interior del complejo, incluso hasta lugares ciegos".
Luz artificial
En el caso de la aplicación de luz artificial, que obviamente siempre es un requerimiento, resulta fundamental considerar que no se deben sobreiluminar los recintos. "En el caso de los colegios, como ya dije, es importante tratar de mantener un nivel óptimo de homogenización en las salas".
En ese caso, indica Muñoz, el tubo fluorescente es el más indicado, porque es una luz difusa que no genera sombras y permite una mejor lectura. Pero se debe considerar que el tubo incluya balasto electrónico y no magnético, porque éste genera intermitencias que cansan la vista. "También deben ser tubos de calidad que permitan reproducir bien los colores", añade.
Muñoz, quien cursó un master en Lighting Design en el Instituto Europeo de Diseño, con sede en Milán, es también socia fundadora de la empresa Luxia, que se concentra en el desarrollo de proyectos y productos asociados a la iluminación en todos los sectores.
El objetivo de la firma es crear óptimas atmósferas lumínicas, buen diseño y productos de calidad. "Abordamos el proceso de diseño como algo lúdico y que otorga una nueva percepción de la arquitectura y el espacio", aclara.
Ventajas
Muñoz explica que en salas donde se llevan a cabo trabajos técnicos, como liceos industriales, donde se ejecutan trabajos manuales precisos, la iluminación debe ser al menos de 300 lux, tal cual lo dicta la norma respectiva. "Pero debe ser una luz pareja, que no genere sombras", precisa.
Según señala la experta, este tipo de medidas van en directo beneficio de los alumnos, ya que les permite mejorar su rendimiento académico. "Cuando se ve bien y la vista está descansada, el estudiante puede concentrarse de mejor manera, logrando mayor comprensión y atención en la sala de clases. Pero también favorece al profesor, por otro lado, lo que genera un beneficio mutuo".
Agrega que en niños menores, la luz también se puede emplear como una herramienta capaz de relajarlos, potenciando además el aspecto lúdico entre los pequeños.
La profesional apuesta por las nuevas tecnologías y los productos y proyectos de bajo consumo, porque ambos conceptos pueden aumentar la calidad de la iluminación con bajo impacto medioambiental.
Respecto al tema de la eficiencia energética, Muñoz plantea que si bien es un aspecto que cada vez cobra más fuerza, es importante saber aplicarlo. "Puede ser un arma de doble filo. Se puede cambiar una ampolleta tradicional por una LED o de bajo consumo, pero muchos no consideran que dicha fuente generará una cantidad y calidad de luz más baja. No es llegar y reemplazar", advierte. "La reproducción de los colores es vital en el caso de un niño que está pintando; no se pueden ver diferentes a lo que realmente son", agrega.
De acuerdo a su experiencia, Muñoz afirma que a nivel local existe claramente una diferencia radical en la forma que colegios públicos y privados abordan esta situación. "En las instituciones privadas existen más recursos para este tipo de iniciativas, mientras que para otros, como los organismos públicos, el contar con una buena iluminación es casi un lujo", concluye.