Como un mercado incipiente, la construcción modular llegó a Chile hace unos 25 años, cuando solo había una industria de relativa importancia en el rubro. En la actualidad, domina ampliamente el mercado de las construcciones provisorias destinadas a faenas en construcción, minería y la industria, existiendo varias empresas desarrolladas en el área, en la Región Metropolitana y en otras.

Este auge se da porque “permite un transporte y montaje mucho más controlado”, indica Ricardo Rojas, Director de Innovación y Nuevos Negocios de René Lagos Engineers. Por ello, las necesidades del mercado apuntan, principalmente, a obtener flexibilidad para cambios y escalabilidad, sumando el hecho de poder “realizar estos diseños en zonas de difícil acceso y con condiciones climáticas desfavorables, especialmente cuando el diseño se hace a partir de módulos que pueden ser montados en una especie de lego”, precisa Rojas.

Por otra parte, el “diseño modular” que consiste en desarrollar el proyecto en base a una trama o retícula con un módulo que se repite, es prácticamente un estándar en ciertos rubros como las industrias, el retail, arriendo de oficinas y el hospitalario, precisamente por la alta flexibilidad presente y futuras de los espacios que entrega. “Se privilegia estructuras mucho más transparentes, donde las soluciones de marcos rígidos o columnas con losas planas o con capitel entregan grandes espacios libres y con una cuadrícula donde se disponen los elementos verticales que permiten tener una regularidad que facilita las personalizaciones del diseño interior o funcionalidad de los espacios”, explica el profesional de René Lagos Engineers. Pese a ello, su uso todavía se mantiene incipiente en el área habitacional y de servicios permanentes, aunque se han introducido innovaciones, “como la estandarización de proyectos y soluciones constructivas en cada industria, lo que ha mejorado la calidad y la velocidad de respuesta a los pedidos”, cuenta David Campusano Brown, ingeniero civil, profesor del Departamento de Ingeniería Civil U de Chile y miembro de la Asociación de Ingenieros Civiles Estructurales (AICE).

Aunque ha habido un aumento en la demanda para viviendas unifamiliares, donde son atractivas las soluciones que se adapten al crecimiento natural de la familia, de acuerdo con Ricardo Rojas. Asimismo, ello ha permitido que las industrias “formen líneas de producción y mantengan un inventario de partes y accesorios para sus proyectos. La experiencia de las construcciones realizadas ha permitido mejorar las soluciones y los tiempos de entrega”, sostiene Campusano.

Las construcciones modulares deben cumplir la normativa vigente para los materiales y las estructuras. “No se han desarrollado normas especiales, debido a que su utilización ha estado concentrada en usuarios industriales que tienen respaldo técnico, económico y jurídico para establecer y hacer cumplir las especificaciones de acuerdo a sus necesidades”, explica el ingeniero.

Ganar espacio en el mercado no industrial, de uso habitacional, comercial y de servicios, no es fácil, ya que en la competencia tradicional hay “soluciones precarias de bajo costo, calidad y que no cumplen con la normativa de habitabilidad mínima, especialmente en el mercado de la segunda vivienda, a lo que se suma que nuestro consumidor masivo es muy sensible a reducir la inversión y a no considerar adecuadamente la calidad”, considera David Campusano. Por ello se hace necesario introducir más y mejor diseño para personalizar las soluciones, “manteniendo una estructura básica modular que pueda producir múltiples soluciones formales, con una comparación favorable de precio en relación a las soluciones tradicionales, utilizando las ventajas de la producción industrial”, indica.

Según Ricardo Rojas, en Chile “hemos visto un creciente interés en el área inmobiliaria habitacional de seguir un diseño basado en modulaciones, muy parecido al diseño de oficinas, principalmente por la idea de la flexibilidad interior de los espacios, con lo cual se permite entregar soluciones mucho más personalizadas a los clientes de este mercado”. El ejemplo más común es cuando un comprador adquiere dos departamentos y solicita su unión, lo cual se hace complejo en una estructura tradicional en base a muros de hormigón. “Ya hemos realizado algunas experiencias con algunas inmobiliarias en torno al uso de este tipo de diseño en base a modulaciones en el área habitacional, con muy buenos resultados desde el punto de vista de la funcionabilidad y venta”, sostiene el ingeniero de RLE.

Por otra parte, la condición de velocidad de construcción en este segmento no es una cualidad decisiva, y la movilidad puede ser una característica negativa, por lo que “deberían diseñarse para estos usos soluciones de fijación permanentes, tanto al suelo como entre los módulos”, dice Campusano.

Otros desafíos a enfrentar son las resoluciones estables de las conexiones a las aguas y energía, así como comparar y resaltar las cualidades técnicas de habitabilidad de las soluciones industrializadas frente a las tradicionales competitivas.

“Si se observa el desarrollo de las soluciones prefabricadas en los países más desarrollados, se ve que este ha ido más en la dirección de la estandarización e industrialización de las partes, más que en las estructuras íntegras. Así, en las construcciones de baja altura, hasta cuatro niveles, se utilizan en mayor proporción estructuras de madera o de acero livianas, construidas en sitio, pero ‘vestidas’ o terminadas con elementos estandarizados”, sostiene el ingeniero de la Universidad de Chile.

Algo similar ocurre en las construcciones en altura, donde la estructura o esqueleto soportante es de acero u hormigón. Se hace difícil “la implementación del diseño modular estructural en edificaciones de altura, donde se privilegia muchas veces la estética y personalización, quedando su uso limitado por la estética y personalización del diseño base”, asegura Ricardo Rojas. Sin embargo, eso no sucede en otros países, como señala el profesional de RLE, quien destaca que en proyectos internacionales han presenciado una necesidad creciente de estructuras mucho más “transparentes”, que generen la flexibilidad interior de los espacios, donde el uso de elementos prefabricados, como baños, cocinas, partition walls (tabiques estructurales prefabricados que pueden ir al interior o en la fachada del edificio), entre otros, junto a estructuras que sigan modulaciones geométricas, determina una construcción de edificios mucho más eficiente. En estos casos, la estética exterior del edificio queda determinada por la que presenta la unión de los módulos, puesto que lo que se busca es tener la mayor funcionalidad posible, según más convenga. De esta manera, en la medida que se realicen diseños en base a módulos, es posible industrializarlos, por lo que su uso masivo permite disminuir los costos de construcción. Asimismo, “es una tendencia a la hora de asegurar escalabilidad y velocidad en la construcción”, enfatiza el Director de Innovación y Nuevos Negocios de René Lagos Engineers.