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MOLDAJES
Tecnología al servicio de la construcción

Los moldajes son estructuras transitorias que se utilizan para contener y dar forma al hormigón, siendo retirados una vez que los elementos de la estructura han alcanzado una resistencia y rigidez suficiente para autosoportarse. Además de resistentes, los moldajes deben ser estancos e impermeables, con un sistema de fijación que garantice su inmovilidad, tanto en el proceso de hormigonado como en la etapa de endurecimiento del hormigón. Asimismo, su transporte, instalación y desmolde deben ser sencillos.

Benjamín Navarrete Francisco.

Oferta en Chile

La oferta de moldajes es amplia y variada en nuestro país. Existen en el mercado un número importante de empresas que, en general, ofrecen el servicio de arriendo según sean las necesidades de los proyectos, incorporando asistencia permanente, desde el diseño y modulación de estos sistemas hasta asistencia técnica en obra.

Como los clientes están permanentemente generando nuevas necesidades, la industria de moldajes debe constantemente estar innovando, generando nuevas tecnologías que respondan a las particularidades de los proyectos, considerando que las obras son cada vez más complejas y las exigencias de plazos, calidad, medioambiente y seguridad, cada vez mayores.

Cabe destacar que todas las obras proyectadas en hormigón armado requieren de moldajes para obtener su forma final. Lo anterior, debido a que el hormigón se coloca en estado plástico, es decir, capaz de deformarse bajo cargas gravitacionales. El desarrollo de la industria de moldajes ha permitido responder a las formas arquitectónicas más variadas, con soluciones simples, fáciles de instalar y retirar, que responden a las necesidades generales y particulares de las distintas obras de construcción.


Avances tecnológicos

Desde el punto de vista de sistematizar los procesos, toda mejora e innovación es fundamental para el desarrollo de los proyectos de construcción, de modo de alcanzar una mayor eficiencia, tanto en la mano de obra como en la maquinaria.

La innovación tecnológica busca, entre otros aspectos, mejorar la productividad. Por ello aparecen materiales más livianos, reciclables, flexibles y que pueden ser transportados manualmente sin necesidad de equipos. Un ejemplo de estos nuevos sistemas es el “tetrabuild”, que es una alternativa que permite fabricar los encofrados a partir de planchas elaboradas con cajas de tetrapack. También están los moldajes de aluminio monolíticos, que permiten reducir los tiempos de ejecución de viviendas, al lograr hormigón en conjunto con muros y losas.

Asimismo, destacan los moldajes plásticos, que por ser livianos y flexibles permiten materializar las más variadas formas. En cuanto a equipos, destacan los sistemas deslizantes y autotrepantes, que permiten hormigonar los diferentes elementos de una estructura de manera continua.

Por la versatilidad de los sistemas y debido a su conformación tipo lego, pueden ser utilizados en diversos casos que requieren distintos grados de complejidad en su solución.

Es importante agregar que cualquier innovación tecnológica que busque mejorar la productividad, debe ser complementada con una preparación y entrenamiento del personal que manipulará el sistema; solo así se garantizarán los estándares de calidad exigidos, los costos asociados y la seguridad de la obra en su conjunto.


Moldajes autotrepantes

El moldaje o encofrado autotrepante consiste en un sistema capaz de trepar verticalmente de forma cíclica por medios hidráulicos. El sistema se ancla en procesos sucesivos en los muros previamente hormigonados.

Lo anterior permite un mayor avance de la partida de hormigones y, por ende, aumentos en la productividad. Además, tiene la ventaja de que su operación es independiente de la grúa principal, la que puede ser destinada a cubrir otras necesidades de la construcción. A la hora de evaluar su costo, si bien este sistema es más caro que un sistema tradicional, su costo final se compensa con aumentos en la productividad.

Su aplicación principal es la edificación en altura y columnas de puentes, las cuales generalmente requieren una velocidad de avance mayor y altos estándares de calidad y seguridad.

En Chile esta tecnología se utilizó por primera vez en el edificio Costanera Center, con excelentes resultados. En el mundo, el uso de los sistemas autotrepantes es habitual para grandes alturas, especialmente en Asia y USA.


Moldajes para distintas obras

El sistema se aplica según sean las necesidades de los proyectos, considerando las particularidades inherentes a cada tipología; por ejemplo, en proyectos de minería, de infraestructura, obras portuarias, obras civiles, edificación residencial, edificación no residencial, entre otras.

En infraestructura los requerimientos mayores son en relación con sistemas de cimbra para soportar cargas horizontales a mayores alturas, sobre 8 m. En edificación se tiene mayor consumo de moldajes verticales y de losas con sistemas de puntales para alturas hasta 3 m. La posibilidad de utilizar grúa también es relevante en este tipo de proyectos, ya que condiciona el uso de sistemas manuportables o sistemas más pesados para ser movidos con maquinaria, pero que a su vez entregan mejor rendimiento.

En el caso de las obras civiles, las soluciones requeridas son habitualmente torres de carga para grandes alturas como por ejemplo puentes.

También se presenta, dependiendo de las complejidades de las obras, la necesidad de desarrollar nuevos diseños de moldajes, como es el caso de obras emblemáticas como presas, edificios con arquitecturas complejas y algunos puentes con singularidades, entre otros.


Normativas

No existe normativa en Chile que regule la utilización de los moldajes. La Ordenanza General de Urbanismo y Construcciones no hace referencia a su uso. Sin embargo, es importante mencionar que desde la incorporación de las normas ISO, los estándares de calidad en Chile han aumentado sustancialmente, generándose una autorregulación natural en este sentido. Las empresas, especialmente la industria, han incorporado medidas para garantizar tanto la calidad del producto final, reduciéndose los defectos, como la manipulación de estos sistemas, garantizándose con ello una disminución de la accidentabilidad. Generalmente se basan en la regulación existente en los países de origen de los sistemas.

En cuanto a los aspectos estructurales que deben cumplir estos sistemas, el mercado está maduro y la experiencia en esta línea garantiza que tanto en la etapa de hormigonado como de endurecimiento no se produzcan colapsos que pongan en riesgo la propiedad y la integridad de las personas.

Fuente: Benjamín Navarrete Francisco, académico de la Escuela de Construcción Civil de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Constructor Civil UC, Doctor Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos de la Universidad Politécnica de Madrid, Especialista en estructuras y patología del hormigón armado.

Mayo 2014
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