Luis Fernando Moro, Presidente de la Asociación de Decoradores de Chile (AdD) “Es necesario que nuestros espacios interiores lleguen a las emociones”

Con la misma pasión de sus inicios, sigue emprendiendo sus proyectos de decoración, aportando a la calidad de vida y de trabajo de sus clientes. Multifacético, dinámico y creativo, ha incursionado en los ámbitos más variados que lo han llevado a diseñar desde oficinas corporativas, el Salón Plenario del Congreso Nacional, hasta vestuario para la ópera.

¿Cómo inició su carrera en el mundo de la decoración de interiores? Llevo toda una vida trabajando en este mundo. Cuando salí del colegio quería entrar a estudiar arquitectura, pero no obtuve el puntaje así es que me puse a trabajar en mueblería. Después viajé a Estados Unidos donde seguí algunos cursos que me interesaban y al volver a Chile abrí la primera tienda de decoración. Es una pasión. Me olvidé de la arquitectura y seguí trabajando en esto. No cambiaría. ¿Es muy diferente trabajar en un proyecto para el área residencial que para el área corporativa? Cuando trabajo en proyectos residenciales, lo que quiero es que tú quedes contenta con lo que yo hago en tu casa y que de alguna manera pueda aportar algo más allá de lo que puedes hacer solo, que pueda resolver problemas que están más bien relacionados con tu personalidad y tu modo de vivir. En el área corporativa, la eficiencia va por delante; cuando una empresa invierte millones de dólares en un edificio nuevo no es solo para que les quede bonito, sino que el proyecto tiene que cumplir con ciertas expectativas que finalmente tengan un beneficio económico por lo que el tema de la eficiencia es vital. ¿Cómo se traduce esa eficiencia en el modo en que se diseña una oficina? Por ejemplo, la velocidad con la que apareces con nuevas ideas es fundamental, muchos hablan del “better and faster ideas”, tienes que surgir pronto y con buenas ideas. Las interrelaciones, la comunicación dentro de una empresa son elementos cada vez más importantes, por eso en todo el mundo ha cambiado el concepto de las oficinas con llaves hacia plantas abiertas donde la rapidez de la comunicación es mayor. Lo que buscas es que la calidad de vida y el clima laboral dentro de la empresa sean buenos. El interiorismo es un tema que en algunos casos está más relacionado con la estética y el confort, como en las residencias; y en otras con la eficiencia, como en las oficinas, pero sin duda está demostrado que es una herramienta para alcanzar esos objetivos. ¿Cuán importante es la relación con el cliente para el buen resultado de un proyecto? Esos clientes, que afortunadamente son muy pocos, que te dicen “haz lo que quieras” son muy malos, porque para obtener un buen resultado yo necesito saber cómo vives, lo que quieres, lo que te gusta; si yo no tengo esos elementos lo que voy a construir es una vitrina. La relación con el cliente es fundamental tanto en el tema de las casas como en las oficinas. En el tema de las casas es más flexible, pero seguramente es muy importante el feeling que se establezca. En el tema de las oficinas es muy claro: existen cuestionarios específicos que ayudan, necesito saber cómo trabajas día a día, cuánta gente recibes, cómo la recibes, cuánto duran tus reuniones, etc. Es necesario ir a fondo para lograr un proyecto que entregue lo que realmente el cliente necesita. ¿Cómo ha evolucionado la decoración o el interiorismo en los últimos años? Hasta hace algunos años la decoración era vista como un lujo, algo de élite y un poco superficial. Personalmente creo que un buen proyecto enriquece la vida en una casa. Por ejemplo, si preguntas a un grupo de personas dónde quisiera estar, el 90 por ciento escoge un lugar afuera, una playa, una montaña, pero casi nadie elige su sala de estar. Todos pensamos en algo relacionado más con las emociones que con lo práctico o funcional, y es extraño porque pasamos la mayor parte del tiempo bajo techo, lo lógico es que tratemos que nuestros espacios tengan algo de eso que te convoca a estar afuera. Es necesario que nuestros espacios interiores en algún momento lleguen a las emociones, que ya no sean solo prácticos o cómodos, sino que tienen que llenarte un poco el espíritu y ahí es donde te empieza a enriquecer la vida y te empiezan a dar ganas de estar más en ese espacio. ¿Qué tendencias están primando hoy en decoración? Personalmente creo que las tendencias como tales no existen. Si pensamos en personas que viven en distintos lugares del mundo, con climas, horarios, comidas y gustos diversos, nos damos cuenta de que no existe una sola forma de vivir por lo que no existe una tendencia. Por eso a la pregunta qué viene ahora, la respuesta es nada. La lógica es que los países vayan desarrollando sus propias tendencias con personalidad propia de acuerdo a sus necesidades. ¿Existe algún proyecto al que esté más ligado o sea más representativo de su trabajo? Creo que uno siempre está más ligado al proyecto que está desarrollando en ese momento. Existen algunos que son más simbólicos; por ejemplo, en mi caso la realización del salón plenario del Congreso. Pero cada uno de los proyectos es diverso y te dedicas a ellos completamente. ¿Cómo evitar que una casa decorada por un profesional sea impersonal? Existen muchos decoradores top a nivel mundial que a veces caen en eso, en que sus casas son como ellos, todas son muy parecidas porque son poco flexibles. En ese sentido creo que hay un elemento un poco ególatra de hacer las cosas como yo quiero. El ideal es que todas las casas que yo pudiese mostrar sean distintas y que sean diseñadas para cada persona particular, por eso la necesidad de conocerla y de hacer un diagnóstico de sus necesidades. ¿Cuál es el objetivo que tiene la Asociación de Decoradores de Chile? Nosotros nos formamos hace bastantes años; éramos 11 personas y actualmente somos más de cien. Lo que nos interesa es ir captando los mejores elementos. Estamos tratando que el profesionalismo sea cada vez más fuerte, por lo que, por ejemplo, para incorporarse a la asociación exigimos al menos cinco años de experiencia. Hace poco cambiamos nuestra imagen porque queremos comenzar a desmitificar la creencia de que la decoración es juntar cosas o hacer escenas, porque uno hace mucho más que decorar, uno realmente se introduce en el espacio como tal.