 | | ¿Cuál es el punto de partida de su trabajo?
R. Pedraza: Escuchar a los clientes que llegan a nuestra oficina. Nuestro foco no está en proyectos específicos, sino en satisfacer la necesidad de los mandantes tratando de ir más allá; esto implica lograr resultados que sean óptimos y que tengan un valor que trascienda.
D. Aguiló: Trabajamos para que todas nuestras obras -sean edificios corporativos o proyectos residenciales- se inserten como parte del espacio que ocupan y que tanto su diseño como construcción enriquezcan el entorno.
¿De dónde viene ese espíritu?
R. Pedraza: La educación que recibimos en la Escuela de Arquitectura de la Universidad Católica nos marcó. Despertó una conciencia ética fuerte y el hecho de seguir en la universidad, haciendo clases, nos obliga a ser profesionales muy correctos porque estamos constantemente siendo evaluados por nuestros alumnos y pares.
D. Aguiló: El estar ligado a la academia exige hacer un buen trabajo siempre, no sólo para responder a las expectativas de algunos clientes, sino en todo proyecto. Sentimos el compromiso de cumplir con un deber ético y una responsabilidad social. Ese espíritu lo alimentamos con la felicidad personal de ver que nuestras obras están bien hechas y que la gente se siente contenta al habitarlas.
 | El Liceo Claudina Urrutia en Cauquenes destaca tener certificación LEED, aislación térmica, ventanas con termopaneles y ventilación pasiva. | ¿Es posible imprimir ese carácter a proyectos tan distintos?
D. Aguiló: No es fácil, pero siempre se puede. Aplicamos el lema del “arte de lo posible” para hacer arquitectura que trascienda. Proyectos como los edificios de Inacap en Los Angeles, Chillán, Talca y Curicó, desarrollados asociados con Alvaro Pedraza y Jorge Swinburn, fueron concebidos con esa lógica y nos demuestran que es posible dejar satisfechos a los clientes y dar valor al entorno.
R. Pedraza: Y en pequeñas obras también. Tenemos un nombre ganado a través de las casas que hemos construido en los lagos del sur, porque aunque se trata de construcciones a menor escala, para nosotros representan proyectos intensos, en los que aplicamos toda nuestra creatividad en el diseño y en el uso de materiales como madera, hormigón y fierro. ¿Cuánto interés despierta en ustedes el mundo inmobiliario?
D. Aguiló: Nos interesa el mundo inmobiliario. Es fácil criticarlo desde afuera, por eso nos motiva estar dentro y participar. Actualmente estamos trabajando en un edificio residencial en Providencia, de 20 departamentos ubicados al lado de una plaza, porque creemos que vale la pena rescatar esa manera de hacer proyectos residenciales. Estamos convencidos que las torres residenciales de 25 pisos no son la única opción de desarrollo inmobiliario que pueden dar respuesta al proceso de densificación que viven las ciudades hoy.
 | El liceo de Cauquenes sobresale también por su carácter cultural y urbano. | R. Pedraza: Otro proyecto, aún en etapa cero, es revalorar el tradicional centro de Santiago a través de la restauración de edificios antiguos. Estamos trabajando junto a un equipo de inversionistas, constructores y desarrolladores inmobiliarios, con el que queremos mirar el centro con otros ojos, para aportar creatividad a los modelos clásicos de edificación, que están muy acotados.
¿Cuál es el objetivo de este proyecto?
R. Pedraza: Teniendo en cuenta que la densificación es un gran tema, el objetivo renovar edificios existentes y ocupar los centros de manzana, muy abandonados hasta este momento. Hay una gran oportunidad, porque los grandes proyectos que se han levantado en esta zona han resultado ser un excelente negocio, pero falta ingenio. Es una puerta que esperamos se abra, para hacer un aporte urbano, a la ciudad.
Un legado en provincia
Diego Aguiló y Rodrigo Pedraza, asociados a Alvaro Pedraza y Jorge Swinburn, trabajan hoy en cinco ciudades del centro sur, haciendo edificios que serán importantes, al llevar nuevos aires a zonas donde el desarrollo urbano es precario.
 | En INACAP Los Angeles la construcción liberó una esquina completa para hacer una plaza pública, que integra muy bien a la comunidad. | ¿En qué obras han plasmado el sello de su trabajo?
R. Pedraza: Hay muchas, pero algunas han dejado huellas. Tuvimos la suerte de adjudicarrnos proyectos en provincia, que probablemente serán los más importantes en los próximos 50 años. Por ejemplo, la sede de Inacap, en Chillán, es uno de los edificios más importantes de la ciudad y un referente para sus habitantes. Asimismo, en el edificio de Inacap de Los Angeles logramos dar grandes pasos en cuanto a la integración del edificio con la ciudad. La construcción liberó una esquina completa para hacer una plaza pública, que integra muy bien a la comunidad. La gente siente cariño por este edificio, el cual es un aporte, porque la arquitectura incide positivamente en la vida de las personas.
¿Qué otra obra destacan?
D. Aguiló: El Liceo de Cauquenes es muy importante también. Es una obra del proceso de reconstrucción post terremoto -fruto de la donación hecha por Minera Escondida- que se transformó en un ícono para esta ciudad.
Se trata de un liceo público ubicado en pleno centro de Cauquenes, que destaca técnicamente por tener certificación LEED y contar con aislación térmica, ventanas con termopaneles y ventilación pasiva, entre otras características.
 Sin embargo, además del aspecto técnico, uno de sus rasgos más notable es su carácter cultural y urbano, porque cede parte importante de su propiedad a la comunidad.
Se traslapa y regala un nuevo pórtico, que expande la vereda techada de 1.60 a 9 metros, y que al no tener reja integra el liceo a la comunidad.
Con estos trabajos, ¿sienten que la arquitectura cumple su objetivo?
R. Pedraza: Definitivamente. En el caso de Cauquenes no sólo tuvimos la oportunidad de construir un gran colegio, sino que de hacer un trozo de ciudad.
D. Aguiló: Hace muchos años que en esta ciudad no se construía un edificio importante, por eso este liceo logra que las personas se conmuevan y emocionen. Es una de las obras más gratificantes que hemos hecho. |
