En lo que va de 2013, ¿cómo evalúan el desarrollo del sector?
Respecto al mercado inmobiliario, tal como lo predijimos a fines del año pasado, donde la venta de viviendas estaba en un peak bastante alto el segundo y tercer trimestre de 2012, lo lógico era que volviera la tendencia de mercado de largo plazo. Y eso es lo que ha venido ocurriendo desde fines del año pasado y los tres primeros meses de este año, porque efectivamente estamos yendo hacia un ciclo normal, que es crecer en torno al PIB.

¿Ocurre lo mismo en la construcción en general?
Así es. La cantidad de proyectos provenientes del sistema de incorporaciones de capital muestra una tendencia similar. Por ejemplo, el último trimestre del año pasado entraron nuevos proyectos por US$8 mil millones, en cambio este primer trimestre ingresaron sólo US$4 mil millones. Hay una baja en la inversión proyecto que creemos afectará la construcción probablemente en 2014 y 2015.

¿Qué hace falta para impulsar el sector?
El sector se impulsa sólo cuando la economía crece. Nosotros somos un sector que da cuenta del desarrollo de todas las otras actividades, por lo tanto, si crece la minería construimos más, y si crece la energía, lo mismo. Entonces, lo que importa es que la economía crezca, porque la construcción va a la par con ella.

¿Qué áreas están moviendo el sector construcción en general?
En general todos los sectores que no son vivienda, que alcanzan cerca de un 70%. En ese universo destaca el gasto en construcción en las áreas de minería y energía, que constituyen justamente los proyectos que hoy están un poco más afectados. Vemos que la inversión comprometida en esas áreas manifiesta una desaceleración.

¿Cómo ha operado la relación entre el MOP y las empresas en materia de concesiones?
Concesiones ha sido un gran tema durante los últimos años. Es bueno recordar que desde el principio de este período de Gobierno, se manifestó que se iban a concesionar US$8 mil millones y apenas estamos cerca de los mil. Claramente, no ha habido una cantidad importante de concesiones durante los últimos años, pero es posible que este año se concreten más.

Temas como la escasez de suelo y los permisos de edificación, ¿influyen en esta baja?
A nivel del mercado inmobiliario, absolutamente. Hay una baja en la cantidad de entrega de permisos, por varias razones. Una de ellas es que existe un stock importante de permisos en manos de las empresas desde 2009 -después de la crisis- y que se están ejecutando hoy; y otra razón es que efectivamente estamos frente a una escasez de suelo, a lo que se suma los problemas para construir en altura en varios sectores, lo que obviamente afecta la posibilidad de hacer proyectos.

¿Eso es la causa del alza de precios? ¿Es el origen de lo que se llamó “Burbuja Inmobiliaria”?
En su momento dijimos que nunca ha habido tal burbuja. Lo que ocurre es que hoy nos encontramos en una situación de buena demanda y una oferta bastante menor que en épocas anteriores, lo que afecta fuertemente el precio. La poca oferta se explica por lo que dijimos recién: es difícil construir más, debido a la escasez de extensión de terrenos y las limitaciones a la edificación en altura.

¿Qué hace falta para que la construcción retome la tendencia al alza?
Esa pregunta tiene dos respuestas. Por una parte, la economía es fundamental, porque si el país crece, el sector repunta; pero si no, decrecemos. Somos bastante sensibles a eso. Sin embargo, claramente creemos que es necesario tener una política de planificación en cuanto a infraestructura, por lo que demoran en concretarse los proyectos de este tipo, porque desde que nacen, se evalúan y se ejecutan, pueden pasar entre 6 y 10 años.

De hecho, si miramos los grandes cambios en infraestructura durante los últimos años, podemos ver que toda la infraestructura está saturada. A diario escuchamos discusiones sobre la saturación de carreteras, puertos y hospitales, y hablar de eso es hablar de grandes proyectos, no de obras pequeñas ni medianas.

¿Falta una política de planificación de infraestructura?
Definitivamente. Hace falta, hace tiempo, una visión de bastante más largo plazo que los períodos propios de gobierno. Debemos ser capaces de proyectar qué tipo de infraestructura queremos para un país que en los próximos años seguramente tendrá un ingreso per cápita de US$25 mil o 30 mil.

¿Qué actores deberían participar en esa instancia?
Estamos proponiendo la creación de una agencia como el Banco Central, cuya tarea principal sea el desarrollo de un plan de infraestructura, y que tenga una duración mucho más extensa que los gobiernos de turno, porque cuando la infraestructura se transforma en un tema político no considera qué es lo que necesita el país en 10 ó 15 años más, sino qué obras se pueden hacer en los años que dura tal o cual mandato.

Como país, ¿consideran que hay una deuda pendiente en infraestructura?
Así es. Ya deberían estar planificándose nuevas carreteras, nuevos aeropuertos, nuevas conexiones con Argentina, porque ésos son los temas futuros. Es urgente considerar la construcción de más puertos, hospitales y de infraestructura urbana en general. Todos sabemos que un tema importante y vigente en Chile es la segregación urbana, y que la solución a eso es dotar de infraestructura a las ciudades. Es necesario comenzar a trabajar en eso ahora.