Para este año, se proyecta la construcción de 26 proyectos de oficinas Clase A+/A, lo que alcanzaría los 410.000 m² de producción. En C lase B, se alcanzarían a construir 24 proyectos, lo que contempla 150.000 m².

En particular, en la Región Metropolitana y otros puntos del país existe una alta producción de oficinas Premium, donde se da especial importancia a la creación de edificios de oficinas modernos, que potencien la imagen corporativa de las empresas.


Eficiencia Energética

El arquitecto Rodrigo Larraín comenta que “la calidad del diseño y la funcionalidad de los edificios de oficina es cada día más importante y diría que incuestionable. Los clientes no sólo valoran estos aspectos, sino que consideran que cumplir con estos requerimientos es fundamental para el éxito de los proyectos, especialmente en los segmentos de mayor valor”.

El profesional de Estudio Larraín Arquitectura sostiene que las certificaciones y la eficiencia energética también son relevantes. “Si bien es cierto que no todos están dispuestos a certificar los edificios, la mayoría considera clave la disminución de los costos operacionales (especialmente en edificios corporativos) y la plusvalía que tendrán respecto a los de diseño tradicional, por lo que todos los edificios de oficinas que hemos diseñado últimamente incluyen estudios de eficiencia energética”. Lo anterior supone cambios en el diseño de las fachadas y en la selección de los materiales a usarse, lo que se traduce en un diseño distinto al de los edificios con fachadas acristaladas tradicionales. “Lo más importante es que el sobrecosto que tienen estos revestimientos, se compensa con la disminución del presupuesto de clima, alcanzando en el peor de los casos a ser la diferencia de costos poco significativa”, dice.


Diseño interior

El diseño interior de una oficina también es clave. En este sentido, la tendencia actual es privilegiar el diseño de espacios abiertos, lúdicos, adecuadamente iluminados y flexibles, que potencien el trabajo colaborativo y la retroalimentación de ideas, fomentando así la creatividad y el trabajo en equipo. Es así, como los tabiques divisorios han ido cediendo el lugar al uso de ambientes libres que potencien la libre circulación de las personas y el trabajo colaborativo, mediante un mobiliario que se adapte a estos requerimientos, como mesas enfrentadas unas a otras y sillas ergonómicas que resguarden la salud y confort de las personas.

También ha ganado terreno la creación de ambientes multifuncionales, que en un momento pueden actuar como espacio de trabajo y luego como punto de encuentro o descanso y recreación; así como el diseño de entornos lúdicos, que cuiden la estética, de modo que las personas se sientan gratas de trabajar en ese lugar.

Consciente de esta tendencia, hoy existen en el mercado una amplia gama de proveedores de productos y servicios orientados a equipar interiormente las oficinas de acuerdo a los requerimientos actualmente vigentes.


El nuevo concepto de “Oficina”

Por más de un siglo el trabajo ha venido consistiendo en reunir a los empleados en el mismo lugar a la misma hora. Hoy, una variedad de cambios en los valores culturales, en las expectativas de las nuevas generaciones y varios otros factores como las nuevas tecnologías y la explosión demográfica, están modificando las reglas.

Carolina Pérez, Gerente General de Contract, empresa consultora experta en habilitación de oficinas, explica que “el trabajo se está convirtiendo rápidamente en lo que hacemos y no en el lugar donde lo hacemos. La demanda de flexibilidad, las posibilidades de movilidad y la alta disponibilidad de conexión han cambiado las reglas acerca de dónde y cómo se realiza el trabajo. La oficina pronto dejará de ser el lugar donde estacionamos nuestro cuerpo para convertirse en el lugar donde conectamos nuestra cabeza. Más allá de lo innovadoras o no que sean las empresas, lo cierto es que las personas ya son en gran parte trabajadores móviles. Han adoptado las ventajas que les ofrece la tecnología y la usan para su comodidad y según su conveniencia”.

La arquitecta señala que las empresas suelen ser más pesadas a la hora de los cambios en la cultura de la organización, y este “peso” suele ser directamente proporcional a la edad de los que toman las decisiones. Pero la verdadera amenaza reside en no adecuarse a los cambios que cada vez suceden a mayor velocidad y en forma más radical. La capacidad de las compañías para adaptarse a las nuevas condiciones será la clave de su supervivencia primero y, de su éxito después.


Tendencias externas

Existen cinco tendencias que a juicio de Carolina Pérez están redefiniendo la forma en la que entendemos el trabajo, y la oficina como su ámbito de desarrollo: la demografía, la tecnología, la globalización, la cultura y la sustentabilidad. Juntas demuestran que “el trabajo” ya no se tratará de edificios donde los colaboradores se trasladarán desde sus casas para acceder a la infraestructura, la tecnología y la información. El lugar de trabajo será cada vez más permeable y sus límites se desdibujarán entre una multiplicidad de espacios físicos y virtuales.

La Gerente General de Contract sostiene que “las características de los nuevos ambientes de trabajo no sólo deben cumplir con el fin de mejorar los ratios en la utilización del espacio y la reducción de los costos, sino también hacer más eficiente el trabajo de las personas, aceptando que la productividad de cada colaborador impacta directamente en el desempeño de la organización. Por ende, para obtener lo mejor de cada uno, se necesita considerar la actuación de ese individuo en un ambiente de salud, de bienestar, de motivación, de satisfacción y de identificación con su espacio de trabajo”.


Dinamismo, inmediatez y cambio

Hablar de tendencias en espacios de trabajo es hablar de lo que está pasando aquí y ahora en nuestra sociedad. Disponibilidad y acceso son conceptos que invaden la vida cotidiana. Las distancias se acortan, la aldea global no conoce fronteras. Dinamismo, inmediatez y cambio. Premisas básicas de una nueva sociedad que reclama su propio escenario. Y es la arquitectura el escenario de la vida misma. Las jerarquías se diluyen en espacios más abiertos y transparentes. El típico cubículo da paso a planos de trabajo compartido, paneles más bajos inexistentes y áreas de relax y esparcimiento.

Las salas de reuniones están equipadas con tecnologías que permiten conectarse con el resto del mundo en forma instantánea. Los espacios de archivo se reducen, ya que mucha información es almacenada en medios digitales. La oficina se hace más cálida, contempla distintas actividades a lo largo del día y busca que su gente se sienta “como en casa”, incluyendo elementos como gimnasios, vestuarios, áreas gastronómicas, estudios de audio y video, salas de masajes, siestarios, bibliotecas. La necesidad del otro se hace cada vez más presente.