Qué importancia tiene el diseño de iluminación en un proyecto arquitectónico?
Es vital. Se ha convertido en una especialidad totalmente necesaria, incluso en proyectos públicos, no tan solo privados. La razón de esto es que se ha demostrado que las personas están más felices cuando permanecen en espacios bien iluminados, se ahorra energía porque se utilizan las fuentes y lámparas que corresponden, y disminuyen los costos de operación y mantenimiento.

¿Cuál es la clave para que un proyecto de iluminación sea exitoso?
Creo que es fundamental ser un arquitecto inquieto, estar al tanto de las últimas tendencias en iluminación y arquitectura, para entender qué quiere lograr el mandante y el arquitecto a cargo, entrar en su mente, en su alma y ese deseo convertirlo en iluminación, para realmente “iluminar” el proyecto. Lo importante es entender que no se trata de hacer una oda a la luz, sino de extraer la esencia de un proyecto para realzarlo, teniendo muy en cuenta los interiores y no sólo los espacios en que la iluminación y la arquitectura se lucen. Se debe manejar variables técnicas, económicas y energéticas, y eso obliga a estar al día, aprendiendo de economía y de tecnología, para ajustarse a la realidad de cada proyecto.

¿Existe un método para abordar cada obra?
Así es. Nuestro trabajo parte internalizando las ideas del arquitecto, del mandante, de los inspectores técnicos de obra -que son los hitos- y a partir de eso desarrollamos un proyecto, enmarcado dentro de las tecnologías y el marco económico de cada situación. Es más que puro diseño. Es un conjunto de variables que da como resultado un proyecto de iluminación y que aplicamos sistemáticamente a proyectos pequeños, medianos y grandes.

Todos los años viajamos por el mundo viendo las tendencias arquitectónicas y de iluminación en grandes tiendas, hoteles y espacios públicos, porque eso alimenta el espíritu creativo de esta oficina y nos mantiene al día, pero es absolutamente necesario tener y conjugar esa experiencia con un proceso de sistematización del pensamiento creativo; fundamental para dar las mejores respuestas posibles. De esa manera es posible chequear el cumplimiento de objetivos y resultados.

¿Qué tan necesarios son los especialistas en esta área?
Siempre debe haber un buen diseñador, proyectista y arquitecto de luz, porque los requerimientos son muchos y muy diferentes. Existen normas que cumplir, variables de seguridad, de confort visual, de la relación con el color. Todo esto debe estar vinculado con la coordinación y diseño de los cielos dentro de un proyecto, porque la iluminación no es independiente de él, sino todo lo contrario, por lo tanto, es necesario trabajar muy de la mano con el arquitecto.

La importancia de la luz en los proyectos, ¿crece sostenidamente?
Definitivamente es uno de los planos que conforma un proyecto. La iluminación ha tenido un gran desarrollo como especialidad y tecnología, avanzando de manera impresionante a partir de la crisis energética de los años setenta, desde el desarrollo de las lámparas de bajo consumo que se han masificado, hasta llegar a los sistemas LED y T5 de hoy, que son los más recientes.

Los fabricantes, ¿han logrado tomar el pulso a la demanda?
Existe una interacción estrecha entre los requerimientos de los especialistas y lo que ofrece el mercado, que va adaptándose y dando buenas respuestas. Los requerimientos van sofisticándose y es así como en una tienda la iluminación está especialmente desarrollada para mostrar los productos y motivar la compra, y en un hotel está diseñada para brindar descanso y confort. Ya no sólo importa la eficiencia y rendimiento de la luz por metro cuadrado, sino tener en cuenta que cada tarea visual tiene un requerimiento específico, con temperaturas de color que aporten bienestar.

¿Existen tendencias en iluminación que estén prevaleciendo?
Las tendencias no están relacionadas con un tipo de iluminación específico, sino más bien con la idea de lograr en cada proyecto lo que particularmente se necesita. Eso significa, por ejemplo, lograr que la iluminación aporte al proceso de instalación y construcción y no sea un problema; utilizando fuentes de luz de bajo consumo y larga vida útil, para facilitar el mantenimiento y reposición; proponer cambios y mejoras, con la tecnología más innovadora que permita el marco económico de cada proyecto; y participar en la educación de la iluminación, con los mandantes y los clientes, para que sean entes a favor de esta evolución, que es una constante.