Presentes hace más de 60 años en la industria de la construcción, los vibradores Wacker de inmersión con motor incorporado en la botella han seguido integrando elementos de mejor tecnología y eficiencia.

Actualmente, la técnica empleada permite que cada vibrador de inmersión sea un equipo independiente que se conecta directamente a corriente monofásica de red (220V/50Hz), para así lograr una mayor versatilidad en su operación y una importante disminución de la emisión sonora con valores aproximados a 79 dB.

Motor de alto rendimiento

Dicho equipo transforma la energía eléctrica monofásica (red domiciliaria 220V/50Hz) en corriente trifásica (215V/200 Hz) por medio de un convertidor electrónico incluido en el equipo.

Las piezas y partes electrónicas incluidas en la caja del interruptor -al estar selladas con resina- están protegidas en forma óptima contra humedad, golpes y vibraciones.

El estator del motor eléctrico del cabezal está preparado para soportar hasta 180º C. La vibración es una serie de impulsos de compresión que reducirán las fuerzas de fricción entre los diferentes tamaños de partículas de la mezcla de hormigón y el resultado es la ubicación de estas partículas en posiciones de mayor densidad.

Gran versatilidad y adaptabilidad en equipos

Generalmente, en el uso de frecuencias de vibraciones altas se ven excitados los granos más finos de la mezcla, permitiendo así que éstos se muevan (giren) rápida e independientemente de cualquier otro grano, buscando a su vez la posición más cercana, lo que otorga a la pasta de hormigón movilidad para cubrir los agregados gruesos de la mezcla. Así se logra una distribución más eficiente de los agregados y un producto final más resistente.

Si bien resulta efectivo el uso de baja frecuencia en algunas mezclas secas, ésta excita los agregados gruesos de la aleación, causando excesivo movimiento de la masa de hormigón, una menor compactación y un mayor desplazamiento de las partículas pesadas, las que pueden provocar una segregación de la mezcla de hormigón.