La situación de la calidad universitaria de la profesión del Constructor Civil o Ingeniero Constructor ha sido motivo de preocupación hace largo tiempo de las Autoridades Nacionales y de las Directivas Zonales, sin que ello haya motivado estrategias adecuadas para enfrentar el dilema con las autoridades gubernamentales que deben resolverlo.

Esta situación, que se arrastra desde 1981, año en que la autoridad dictó la Ley de Educación Universitaria, estableció el privilegio de CARRERAS DE CARÁCTER UNIVERSITARIA sólo a 12 profesiones del abanico frondoso de las carreras que a la fecha de promulgación se dictaban en las universidades tradicionales del país.

Por razones de visiones parciales de la situación académica del Constructor Civil, la Escuela de Constructores Civiles dependiente de la Universidad de Valparaíso, quiso resolver este «error académico» de la Ley de Educación Superior, modificando la malla curricular respectiva, propiciando el cambio de denominación del Constructor Civil por el de Ingeniero Constructor, aduciendo razones de desconocimiento internacional del primero, que creaban dificultades de reconocimiento oficial en otros países, en el momento de aspirar a una revalidación o simplemente postular a títulos de post grado en universidades extranjeras.

En el ínterin, instituciones de educación superior (institutos profesionales), al amparo de la Ley de Enseñanza Superior vigente, programaron y dictan la Carrera de Constructor Civil, pero con la variante curricular de ocho semestres o cuatro años.

Esta situación académica, históricamente ha sido mal abordada por el colegio, a pesar de las oportunidades que la Directiva Nacional ha planteado en foros académicos con los directores de las diferentes escuelas universitarias.

A la luz de más de 1.000 páginas sobre el tema de educación superior, hemos concluido que debemos configurar dos frentes estratégicos:

1.- A nivel del Parlamento, informar a los Sres. Diputados y Senadores para que conozcan nuestra situación académica y planteen iniciativas concretas a nuestra situación.

2.- En el foro del Instituto de la Construcción, en la comisión de grados y títulos académicos, plantear nuestra inquietud de manera de hacer llegar nuestra voz fundamentada a los representantes Ministeriales de Vivienda y Urbanismo y de Obras Públicas, entidades que pueden influir en el supremo Gobierno para promulgar la ley que modifique el tenor de la primera y resolver en consecuencia esta situación que se arrastra por 20 años.

DISTRITOS TERRITORIALES Y A CADA SENADOR DE LAS RESPECTIVAS CIRCUNSCRIPCIONES ELECTORALES, argumentando que si no fuera por la existencia de los Constructores Civiles o Ingenieros Constructores, nuestro país sufriría el dolor de pérdidas de vida y colapso de estructuras por defectos de las edificaciones, como situaciones trágicas vividas por países como México, Turquía, Israel o India, al margen de la labor social que realiza este profesional a nivel de organismos tales como Municipalidades, Serviu Regionales y Departamentos del Ministerio de Obras Públicas.

Como colegio hacemos un llamado y una exigencia cordial para iniciar dicha campaña en forma incansable, tesonera y permanente.