Durante 1997, el sector de la construcción vivió, en términos generales, un período de fuerte crecimiento, llegándose, en el caso del hormigón premezclado, a una producción cercana a los 4 millones de m³. Posteriormente, se produjo una caída en la industria, la cual se ha revertido en los dos últimos años.

La necesidad de cambiar el sistema

Como explica Pedro Grau, Gerente General de GRAU, «nuestro sistema normativo se basa en recetas en las que se privilegia una determinada combinación de componentes más que el producto final, hecho que debe revertirse, ya que impide un mayor desarrollo de todos los actores que participan en esta industria». Complementando esta opinión, Roberto Tedias, Vicepresidente del Colegio de Constructores Civiles e Ingenieros Constructores, señala que «dentro de este escenario, reina un control policial que castiga a aquéllos que no cumplen con tales reglas, lo cual inhibe todo intento de innovación tecnológica. Es por ello que resulta vital un cambio en la reglamentación vigente, destinado a que se pueda ejercer un autocontrol en las tareas diarias, lo que, además, implica un cambio de mentalidad». Roberto Rosinzki, Gerente Comercial de Bottai S.A., indica, en tanto, que «el problema existente en materia normativa se potencia cuando las compañías utilizan para operar reglas provenientes de otros países, sin realizar los ajustes necesarios para adaptarlas a la realidad local». Por su parte, Julio Solar, Gerente General de Tecnomix, acota que, actualmente, existe una tremenda diferencia en el nivel de calidad de construcción entre las empresas, ya que si bien algunas han tomado conciencia de la importancia de incorporar avances tecnológicos para aumentar su productividad, muchas otras no han internalizado que pueden romper paradigmas y reducir sus costos de producción por esta vía».

Invirtiendo en tecnologías

Consciente de la relevancia de los planteamientos recién expuestos, Juan Pablo Covarrubias, Gerente General del Instituto del Cemento y del Hormigón de Chile (ICH), comenta que «nuestra entidad apunta a investigar, desarrollar y difundir tecnologías y aplicaciones asociadas a estos materiales para perfeccionar el sector de la construcción, logrando una mejor eficiencia y productividad, con el fin de ser más competitivos frente a otros componentes alternativos». Para fomentar un mayor desarrollo en esta área, el profesional agrega que el ICH lanzó, entre muchas otras iniciativas, el «código mortero», basado en el comportamiento de un material y que permite un efectivo avance al poner el énfasis en el producto final y posibilitar que el país vaya desarrollando progresivamente su estándar de calidad. Asimismo, el ejecutivo menciona como ejemplo de innovación tecnológica el caso del Centro de Distribución Nestlé, el cual posee la losa de piso postensada industrial más grande del mundo.

Otro caso destacado lo entrega Solar, quien manifiesta que «nuestra empresa comenzó a comercializar hormigón superfluido, que es autonivelante y que conlleva significativos ahorros en mano de obra». El ejecutivo añade que, más allá de la calidad de las soluciones disponibles, es necesario explicar a las empresas constructoras la conveniencia de adquirir productos que a la larga se traducirán en un ahorro de costos.

Desde otro ángulo, Francisco Posada, Gerente Comercial de Transex, opina que «para fomentar la inversión de capitales privados en este mercado, sería muy positivo premiar a aquellas empresas que destaquen entre sus similares por realizar construcciones de óptima calidad». Respecto de este punto, Cova-rrubias comenta que «con el Ministerio de Obras Públicas tenemos un proyecto de premios y multas en la construcción de pavimentos, en virtud del cual estamos proponiendo que aquel contratista que efectúe una obra, incluso, de mejor manera que lo especificado, reciba un reconocimiento, ya que un pavimento liso y bien hecho dura más e implica una economía para el mandante».

Capacitar es la clave

Además de la necesidad de incorporar nuevas tecnologías para fortalecer la calidad y reducir al mismo tiempo los costos, los asistentes a este desayuno coinciden en que otro aspecto clave para potenciar la labor de las empresas constructoras se relaciona con la capacitación, ya que si bien éstas realizan entrenamientos a su personal, no existe uniformidad en este tema. Al respecto, Jorge Risopatrón, Director Nacional del Colegio de Constructores Civiles e Ingenieros Constructores, plantea que «en la actualidad, no hay un adecuado entrenamiento de la mano de obra, es decir, de las personas que instalan, lo cual deriva, en ocasiones, en fallas lamentables». En este marco, Claudio Rivera, Jefe Area Comercial de Betonsa, añade que «este bajo nivel de capacitación no sólo se observa en los obreros, sino que también en muchos profesionales, problema en cuya solución deben cumplir un rol fundamental los distintos colegios gremiales del sector de la construcción». Por su parte, Ricardo Ramírez, Gerente de Operaciones de Pretesa, enfatiza que «es vital difundir los múltiples beneficios que implica el uso de hormigón en la construcción tanto en materia de rapidez y simplicidad como en durabilidad, a lo que se suma su amplio campo de aplicaciones».

En definitiva, el mercado del hormigón en la construcción se está reactivando paso a paso, gracias a los esfuerzos que realizan diversos actores para fomentar la inversión en tecnología y una política de autocontrol, al menos en el sector privado, de manera que mediante el uso de nuevas tecnologías y una efectiva capacitación pueda mejorar sus niveles de calidad y abaratar costos, dando un nuevo impulso a la industria. Los asistentes concluyen que algunas empresas ya han dado considerables saltos tecnológicos, tendencia que, aseguran, irá creciendo.