El evento, efectuado en el Centro de Conferencias de la SOFOFA, contó con la participación del destacado Ingeniero mexicano Enrique Martínez Romero, gestor de un sinnúmero de edificios que han incorporado dispositivos de disipación de energía, entre ellos la Torre Mayor, en Ciudad de México, el edificio más alto de América Latina y el más alto del mundo con este tipo de tecnología. El seminario se constituyó en una atractiva oportunidad para los profesionales chilenos de ver las obras de este profesional y discutir con él sobre las ventajas que presenta este sistema.

Nuevas técnicas de protección

Enrique Martínez es un decidido promotor de los métodos de aislación sísmica y amortiguación sísmica o disipación de energía, los cuales, si bien no son todavía de uso general en el mundo, poco a poco se van constituyendo en elementos de carácter fundamental para todo tipo de construcción.

Estos sistemas se han podido desarrollar en la actualidad gracias a las nuevas tecnologías y el desarrollo del conocimiento en materia de ingeniería sismorresistente, lo cual ha permitido el planteamiento de una nueva filosofía de diseño, que establece que es posible diseñar infraestructura en la que se pueda decidir el nivel de protección deseada.

Por este motivo, la aislación sísmica basal para edificios bajos y, en el último tiempo, los dispositivos de disipación de energía aplicables a edificios de cualquier altura, constituyen sistemas de protección imprescindibles que toda edificación debiera tener, especialmente tomando en cuenta la tradición sísmica que tiene Chile. Según estimaciones preliminares, en ACHISINA indican que durante el Siglo XX, todos los sismos y terremotos registrados en el país, en promedio generaron US$1.000 millones en pérdidas directas e indirectas, incluyendo las paralizaciones del sistema productivo.

Reglamentación y experiencia para la aplicación

"La aislación y amortiguación sísmica son sistemas de los cuales estamos hablando desde hace bastante tiempo, pero básicamente en el campo académico", señaló Enrique Martínez. Por eso, el Ingeniero destacó la importancia del seminario realizado, ya que permite fomentar el uso de estas técnicas en el país. "Quisimos mostrar cómo estos sistemas se pueden aplicar a obras reales y a construcciones que hayan sufrido daños por sismos, de modo de protegerlas en el futuro frente a próximos terremotos", agrega.

Para Martínez, uno de los principales problemas que aquejan a las edificaciones de altura es su flexibilidad, "lo cual suele originar daños internos, no estructurales, sino más bien de muros y fachadas, aspecto que en Chile se ha evitado al desarrollar estructuras no flexibles, basadas en la aplicación de un gran número de muros".

Las tecnologías propuestas por Enrique Martínez se están aplicando recientemente en los países latinoamericanos y no representan todavía una tendencia consolidada, probablemente por la falta de una reglamentación. "Esta situación dependerá, indudablemente, de las autoridades, pero también de las experiencias que se tengan con estas metodologías, que han funcionado en los países que las aplican, ya que debemos tomar en cuenta que cada sismo nos va dejando experiencias y que en función de ello vamos avanzando en tecnología que nos permita mitigar los daños que se produzcan en las edificaciones", puntualiza.