A su juicio, ¿qué posibilidades tiene el cristal como material constructivo? En este seminario, el título de mi exposición fue "la magia del cristal", porque realmente siento que es un material sorprendente por la amplia gama de posibilidades que ofrece. Puede usarse verticalmente, como paredes, u horizontalmente, en pisos, y puede tener distintos tamaños. Además, es un elemento al que se pueden agregar otras superficies, texturas y colores, por ejemplo. Un mundo sin vidrio sería muy distinto. ¿Qué opina de su uso en la arquitectura actual? No se usa a su máximo potencial. Por ser un material tan mágico, se debe utilizar de la mejor forma posible para expresar así sus mejores cualidades, lo que depende, en gran parte, de cómo aplican el material. Creo que la conclusión principal de esta conferencia es ver cómo incorporar el cristal a una instalación en particular, sin importar si se hace de una manera "low-tech" o de una más sofisticada, pues ambas estrategias son significativas. ¿Cómo aplican los nuevos cristales que están apareciendo? Para el diseñador, el desarrollo de cristales de alto rendimiento resulta muy provechoso, siempre que sus costos sean competitivos. Como práctica, lo que tratamos de hacer con nuestros proyectos es diseñar edificios con consumos eficientes de energía, conservando la transparencia del material, pero aplicando alguna clase de shading externo, sin tener que recurrir a los antiguos tipos de vidrios, como los espejados o de color café. Adicionalmente, hemos explorado otras tendencias como el uso de celdas fotoeléctricas en los paneles de vidrio para generar energía y también proveer sombras, aunque su costo de construcción es muy alto. Asimismo, existen cristales fotocromáticos o electrocromáticos, pero su precio es tan elevado que no pueden ser considerados todavía como una alternativa para cubrir grandes superficies. ¿Se ha hecho alguna opinión de la arquitectura chilena? Es difícil dar una opinión, sin embargo de los inmuebles que conocí el Aeropuerto Internacional "Comodoro Arturo Merino Benítez" me ha llamado la atención por su claridad y modernidad. En mi viaje desde el aeropuerto, me fijé en algunos de los edificios más grandes y en los elementos más pequeños, como el mobiliario callejero y las señales de tránsito, de los cuales se desprende un deseo por un buen diseño, pero en los que falta la calidad de la ejecución final. Si se puede mejorar ese aspecto, la calidad del diseño crecerá en un 100%. Finalmente, creo que los arquitectos chilenos deben dejar de mirar a Europa y de preocuparse por la tecnología que se aplica allá, para concentrarse en cómo integran los elementos que poseen dentro de sus diseños. |