¿Cómo evalúa el ritmo del mercado inmobiliario?
En los últimos meses ha sido bastante positivo. En Junio de este año se registraron, en nuestra muestra, ventas por 1.206 unidades, lo que implica un aumento de un 4,3% respecto de igual mes del 2003. Mientras los departamentos mostraron un crecimiento de 14% en unidades y 16,2% en montos transados, las casas registraron una caída de 8,4% y 0,3%, respectivamente. La evaluación del primer semestre arroja un incremento general de 1,2% en unidades y de 7,4% en monto, marcado por el alza de departamentos (10,4% y 13,2%, respectivamente) y la caída de las casas (10,8% y 1,4%), lo cual se explica por el encarecimiento de los suelos, el mejor manejo que se puede realizar de departamentos deshabi-tados y la mayor seguridad que éstos ofrecen. Cabe mencionar que hoy, los departamentos constituyen el 70% del total de las ventas del sector.

¿Qué factores explican la recuperación observada en las ventas?
El actual desempeño del mercado se manifiesta por las positivas expectativas de compra de la gente, ya que las tasas de interés y los créditos hipotecarios ofrecen excelentes opciones. A ello se suma el aumento de demanda de los inversionistas, debido a que la rentabilidad del mercado bursátil no ha sido tan atractiva durante el 2004, en contraposición a la rentabilidad de la inversión en departamentos de menos de 2.000 UF, estimada en 8%.

Anualmente en Chile, se venden 30 mil viviendas sobre las 1.000 UF y, de acuerdo a estudios realizados por la CChC, se estima que aún existe un amplio espacio de crecimiento en el sector inmobiliario, ya que cerca de 30 mil nuevas familias chilenas podrían incorporarse a este mercado, si se mantienen los actuales beneficios económicos.

¿Qué ventajas para el sector traen las modificaciones de los planes reguladores?
En general, los planes reguladores son una herramienta necesaria, ya que su objetivo es buscar un crecimiento ordenado y lograr un equilibrio adecuado entre los intereses de quienes habitan una zona determinada y quienes aspiran a vivir en ella. No obstante, para que este sistema consiga dichos objetivos, es necesario que éstos sean simples e incorporen grados de flexibilidad, ya que resulta inadecuado limitar densidades y alturas. Más allá de pisos más o menos, se debe dar un rol más importante a los coeficientes de constructibilidad, dejando a los arquitectos la optimización y mejor diseño de las edificaciones. Al no hacerlo se corre el riesgo de que la calidad arquitectónica de los proyectos decaiga. Hay un proyecto de ley que modifica la actual Ley General de Urbanismo y Construcción, lo cual permitiría que las reformas a los planes sean más sencillas, ya que hoy el proceso de cambio de estos sistemas es muy engorroso.

¿Cuál es su opinión respecto a la iniciativa que modifica la venta en verde?
Como cámara siempre nos opusimos a esta medida y creemos que no se justifica, ya que normalmente hemos tenido muy pocos problemas en este sentido. Además, observamos obstáculos para ponerla en marcha, ya que, por ejemplo, las aseguradoras no conocían el mercado e impusieron garantías adicionales a las inmobiliarias. Ello generó una fuerte incertidumbre y una caída de las ventas, que perjudicó fundamentalmente a las viviendas de menor valor. Por tal motivo, consideramos importante incorporar mecanismos alternativos a las garantías establecidas, como son depósitos a plazo que permanecen en custodia del notario y las cuentas de ahorro con fondos congelados. También estamos de acuerdo en acotar la exigibilidad de la garantía sólo para el caso de viviendas, locales comerciales y oficinas en etapa de construcción, con lo cual no sería obligación entregar garantías a inmuebles que ya cuentan con su recepción municipal. Hay que resaltar que más del 50% de las ventas se realizan en verde y que este sistema presenta ventajas como obtener mayores descuentos y lograr modificaciones en la distribución del hogar, además que permite reducir costos financieros y riesgos del negocio.

¿Qué repercusión genera en el sector la ley que modifica la legislación sobre protección de los derechos del consumidor?
Afortunadamente no una muy importante, ya que desde 1996 contamos con una Ley de Calidad (Nº 19.472) que regula nuestro mercado y los contratos de vivienda realizados por constructoras e inmobiliarias que quedarán sujetos a la aplicación de la Ley del Consumidor, serán aquéllos que no tengan relación con nuestra norma de calidad. El propio poder legislativo ratificó recientemente que la Ley 19.472 está por sobre la del consumidor, razón por la cual los problemas derivados de fallas o defectos en la construcción, como también de la publicidad ofrecida, están regulados por la Ley de Calidad y, por consiguiente, es ésta la que debe aplicarse. Además, debo destacar que, en general, dentro del área de la construcción no existen reclamos o denuncias graves relacionadas con la calidad del producto. En nuestro mercado existe un sistema serio y riguroso de autoregulación, lo cual ha sido percibido de manera positiva, tanto por los clientes como por la opinión pública. Lo importante es dejar en claro que los compradores de viviendas no estaban desamparados en sus derechos, por lo que no comprendemos las razones por las cuales se pretendió dejar este aspecto bajo la aplicación de la Ley del Consumidor, lo que sólo habría generado dualidad de legislaciones y, por ende, una confusión entre los consumidores.