¿Cómo evalúa la arquitectura chilena en materia de calidad? En lo que respecta a las obras individuales, tales como casas, oficinas, edificios de departamentos o institu-cionales, entre otros, existen obras de un nivel profesional destacable, incluso en un plano latinoamericano y mundial, lo que, lamentablemente, contrasta con el tema urbano. En Chile, la carrera de arquitectura ha incorporado desde su origen la disciplina del urbanismo, sin embargo se observa una gran disparidad entre la alta calidad de las edificaciones individuales y el bajo nivel o poca importancia que tiene el diseño urbano y la arquitectura del espacio público. En este sentido, pensamos que ello se debe, en gran parte, a las falencias que presenta actualmente la reforma urbana que impulsa el Gobierno. ¿Qué problemas presenta esta reforma? Si bien esta reforma nació con el fin de potenciar el desarrollo de la ciudad chilena, en la práctica existen grandes dificultades para actuar sobre el espacio público y el urbanismo, pues el campo de acción de los arquitectos es muy limitado. Al respecto, reafirmamos la necesidad de hacer ver al Ejecutivo la importancia de reestructurar algunas secretarías de estado y organismos públicos que hoy actúan al mismo tiempo y sin coordinación entre ellos en relación al desarrollo urbano, hecho que impide hacer bien las cosas en esta área, lo que deriva en ineficiencia. Un ejemplo de lo anterior es la polémica que se ha de-satado a raíz de la construcción de autopistas urbanas, donde el MOP ha aplicado el mismo criterio que utiliza en el diseño de caminos públicos y sus trazados en la construcción de estas carreteras, sin considerar la planificación urbana y las condiciones urbanísticas. ¿Existe una adecuada formación de los arquitectos? Creemos que la verdadera explosión de carreras registrada en las últimas dos décadas, donde las escuelas de arquitectura han pasado de 6 a 31 en la actualidad, es una situación preocupante por muchas razones. Desde un punto de vista práctico, por ejemplo, no existe la capacidad de profesores para formar a la alta cantidad de alumnos que están cursando la carrera, lo que gatilla una gran heterogeneidad en el nivel académico de los futuros profesionales que saldrán al mercado laboral. Si bien hay universidades que tienen muy buenas escuelas y donde algunos de sus profesionales son reconocidos internacionalmente, existen otros planteles donde la calidad es regular y otros, donde definitivamente es deficiente. ¿Cómo se puede revertir esto? Pensamos que es necesario establecer sistemas de acreditación efectivos, en virtud de los cuales los estudiantes sólo puedan obtener su título profesional en base a un estándar mínimo, es decir, cumpliendo exigencias de calidad determinadas previamente. Sólo de esta manera mantendremos el prestigio que posee la arquitectura chilena. ¿Por qué desean promover un sistema de concursos en construcciones públicas? A nuestro juicio, se debe mejorar la calidad de la edifición pública que lleva a cabo el Estado en diversos ámbitos, tarea que pasa por potenciar un sistema de concursos, en virtud del cual cada vez que exista una obra pública a construir, cualquiera que sea el mandante, esto se efectúe mediante concursos de arquitectura. En otras palabras, fijar un honorario base, establecido y parejo para todos, y competir en base a la calidad de los proyectos. ¿Cuál es su demanda en el tema ético? Al igual que otras entidades gremiales, consideramos que es fundamental que exista una tuición ética sobre todos aquéllos que desempeñan una misma profesión y no sólo sobre los que están asociados, como ocurre hoy. Ya sea a través de los colegios profesionales o de un tribunal especial, debe existir un control más amplio sobre la ética, ya que de lo contrario el sistema queda sumamente débil. Esperamos que el Parlamento acoja, finalmente, esta sentida demanda que beneficia al país en su conjunto. |