En déficit total a nivel nacional de 470.000 viviendas "de interés social" -es decir, para satisfacer las necesidades habitacionales de hogares con un ingreso mensual inferior a 22,1 UF-, arrojó el Balance de la Vivienda 2011, elaborado por la CChC a partir de los datos entregados por la encuesta Casen 2009.
Gastón Escala, Presidente de la asociación gremial, señaló que "este análisis de la situación de la vivienda en el país -y cuya tercera versión fue presentada el pasado 29 de septiembre- refleja el interés del gremio por el bienestar de los chilenos, en este caso contribuyendo a identificar los aspectos principales que debiera abordar la política habitacional y la acción del Gobierno, que se ha comprometido a ejecutar 600.000 soluciones habitacionales en el período".
Importante déficit
Cabe destacar que, de acuerdo a este informe, elaborado en conjunto por la Comisión Permanente de la Vivienda y la Gerencia de Estudios de la CChC, el déficit total de viviendas de interés social aumenta a una cifra en torno a las 506.000 unidades si se consideran los efectos del terremoto del 27 de febrero de 2010, situación muy similar a la observada en el Balance de la Vivienda de 2008.
Javier Hurtado, Gerente de Estudios del gremio, explicó que la mayor parte los requerimientos habitacionales de interés social se concentra en el segmento de hogares con ingresos mensuales entre 8,1 UF y 22,1 UF y que en su mayoría es de carácter "cualitativo". Este déficit, sostuvo el ejecutivo, "está asociado a la calidad de la vivienda, pues incluye la necesidad de reponer unidades que no ofrecen condiciones mínimas de habitabilidad". En tanto, los requerimientos habitacionales "cuantitativos" de interés social, que identifican las necesidades de los núcleos familiares que viven allegados, equivalen a poco más de 149.000 viviendas.
Si se comparan estas cifras con las obtenidas a partir de la encuesta Casen 2006, se observa que los requerimientos habitacionales de interés social disminuyeron 7,3%, cayendo los requerimientos cuantitativos (en 29,7%) y aumentando los cualitativos (en 8,7%). Hurtado dijo que "si bien en el período hubo una política estatal muy activa, con un alto grado de focalización, ésta se vio contrarrestada en cierta medida por una distribución de ingresos que no evidenció mejoras, lo que, entre otros factores, provocó que la cantidad de núcleos y hogares con ingresos inferiores a 22,1 UF aumentara entre los años 2006 y 2009".
Escenarios de solución
El Gerente de Estudios sostuvo que el déficit habitacional de interés social es altamente sensible al comportamiento de la economía. De hecho, el gremio estima que, de producirse un ciclo expansivo, con un aumento relativo de ingresos y un desplazamiento de la distribución de éstos, los requerimientos habitacionales de los hogares más pobres (con ingresos inferiores a 8,1 UF) se podrían acabar el año 2017, mientras que el déficit social total terminaría en 2021.
En cambio, si se registrara un bajo nivel de crecimiento de los salarios relativos, por lo que no habría una variación en la distribución de ingresos, los requerimientos de los hogares más pobres se cubrirían recién al año 2019 y el déficit social total terminaría en 2027.
Propuestas CChC
Dado que disminuyen los requerimientos cuantitativos y aumentan los cualitativos, se debieran crear herramientas que permitan mejorar la calidad de las viviendas. En este sentido, se debieran continuar y perfeccionar los subsidios de reparación -los cuales han crecido fuertemente en los últimos años y atacan el problema de deterioro del parque habitacional- además de activar el mercado secundario y elevar los estándares de calidad, ya que es una forma de terminar con el déficit cuantitativo y de no seguir construyendo viviendas que podrían quedar fuera del mercado en el futuro, toda vez que la población exige viviendas de mejor calidad.
Además, y puesto que el déficit habitacional de interés social es heterogéneo, su tratamiento debiera ser diferenciado, teniendo en cuenta que en los segmentos emergentes y medios se concentra el déficit de interés social, por lo que la política habitacional debe centrarse mayormente en esos grupos. Asimismo, todo parece evidenciar la existencia de un déficit duro o de stock, ante lo cual es relevante que la política habitacional sea abordada con una mirada integral, la cual permita, por un lado, atacar el déficit de stock de manera directa y, por otro, hacer frente a los requerimientos que naturalmente se van generando con el paso del tiempo (flujo) y que requieren de una política de largo plazo.
