¿En qué consiste el concepto de eficiencia energética en la arquitectura?
Es un concepto bien específico, que se ha acuñado en los últimos años y que resume la búsqueda por disminuir la utilización de recursos energéticos al interior y en torno a las construcciones, residenciales o de empresas, manteniendo o mejorando sus estándares de calidad. Pero, además de un concepto, es una mirada que poco a poco se empieza a asentar en la realidad nacional, que tiene que ver con una planificación arquitectónica de largo plazo, donde no sólo se trabaja sobre una propuesta estética, sino que también sobre el futuro de edificios que tienen que durar muchos años, y que se van a enfrentar a una realidad energética mucho más difícil que la actual. Porque todo indica que si mantenemos la costumbre de depredar los recursos naturales, mantener una construcción en términos de calefac-cion o ventilación será cada vez más caro, por la escasez de fuentes energéticas.

¿Qué aspectos involucra este concepto de eficiencia?
Si bien el concepto es simple, hay varios aspectos asociados que se pueden ordenar en dos grandes áreas: correcta elección de materiales y diseño arquitectónico adecuado a las condiciones climáticas y geográficas del lugar.

El tema de la elección de los materiales es básico y en él hay que considerar el ciclo de vida asociado a cada uno y sus capacidades aislantes, tanto del frío como del calor. Por otro lado, dentro de una mirada ecológica, de protección del medioambiente, participan también la etapa de elaboración de los materiales, donde se privilegian los que requieren de un menor gasto energético en su fabricación, y la capacidad de reciclaje de éstos tras una eventual demolición del edificio.

El diseño arquitectónico es otro tema fundamental y debe considerar elementos como la correcta orientación de las ventanas, privilegiando la entrada de luz natural y disminuyendo la artificial, lo que asegura también la entrada adecuada de calor y su consiguiente reducción de fuentes de calefaccion y ventilación.

¿Qué lugar ocupa la tecnología en este sentido?   
Con la tecnología podemos hablar de un tercer gran elemento, junto al diseño y los materiales. Hay una serie de equipos y productos que comienzan a atraer el interés de constructores y clientes, dado su probado aporte a la disminución de costo en energía. Existen, por ejemplo, estanques sanitarios que disminuyen las necesidades de agua y de electricidad asociada a la descarga, y ampolletas de bajo consumo. Las alternativas existen, lo que hace falta es un cambio de mirada porque la solución no pasa por buscar fuentes alternativas para seguir funcionando después de haber acabado con las tradicionales, sino que por aprender a usar efi-cientemente los recursos.

¿Por qué no ha entrado masivamente el concepto de eficiencia energética en la arquitectura?
Yo diría que eminentemente por ignorancia y por una búsqueda de la forma por la forma. Los arquitectos perdimos el rumbo en algún momento y comenzamos a basar nuestros diseños en ideas traídas desde afuera, sin considerar las características propias de nuestro clima y geografía. Se trató de una mirada muy cortoplacista, en el sentido que la energía en el futuro va a ser mucho más escasa y cara que hoy, y muchos de nuestros edificios requieren de altas cuotas de energía para mantenerse.

Afortunadamente, yo diría que durante los últimos dos años hemos empezado a retomar el camino correcto, motivados por los altos costos de los recursos energéticos y por la demanda de los usuarios por viviendas con mantención más económica.

Yo empecé a trabajar hace más de 17 años en esto, cuando casi ni se hablaba de ecología y arquitectura sustentable. El tema ha empezado a tomar fuerza y cada vez existe más interés por hacerse cargo de este aspecto.

¿Qué problemas existen desde el punto de vista económico para avanzar en esta materia?
Sin duda, la construcción de una vivienda más eficiente en términos energéticos conlleva mayores gastos, porque hay que hacer una inversión, por ejemplo, en aislación, que es superior a una construcción tradicional. Sin embargo, también es cierto que este aumento de costos se compensa en el mediano plazo, porque disminuyen los costos asociados a calefacción y aire acondicionado.

Por otro lado, esto tampoco es un impedimento porque en muchos casos se puede ser más eficiente sólo con una mejor planificación de los espacios, como la ubicación de muros y ventanas en los lugares adecuados.

¿Cuál es el rol del Estado en este tema?
En viviendas básicas hay mucho que hacer y se está trabajando en eso. Por otro lado, ha habido avances importantes, como que hoy día existe una reglamentación térmica para viviendas económicas, desarrollada por el Ministerio de la Vivienda y el Instituto de la Construcción.

El tema sin duda es lento, pero muchos están empezando a ver las ventajas de la eficiencia en el manejo de la energía, motivados eminentemente por un tema de costos. Ahora, yo espero que eso se comience a traducir en una mayor conciencia ecológica.