El mercado de la construcción, ¿es eficiente en el uso de la energía?
Justamente eso es lo que hay que fomentar hoy en día. Se vislumbran ciertos inicios en distintas partes del mercado, por un lado está la capacitación de los arquitectos, por ejemplo, y por otro, la incorporación de cursos especializados en las carreras profesionales de esta área. Por parte de constructoras e inmobiliarias, hay muchas que se están empezando a interesar por estos temas y es así como diversas empresas solicitan que la construcción de sus oficinas sea eficiente, porque tienen una responsabilidad social empresarial y buscan una identidad que represente dicha sustentabilidad. Pero es indudable que estamos sólo en el principio, por ello hay que fomentar esa semilla que estamos percibiendo en diferentes actores.

¿Existe clara conciencia de que los precios están subiendo y la disponibilidad bajando?
Absolutamente. El año pasado comenzó a primar esa percepción y es así como muchas empresas que consideraban este ítem como un costo fijo, hoy lo asumen como variable, cambiando radicalmente su actitud. Dichas compañías están comenzando a gestionar esa variable. Sin embargo, en comparación a los países industrializados, Chile está muy atrasado, cuantitativamente hablando son casi 30 años de desventaja. Vivimos un período de precios bajos y en su momento fue una actitud racional y normal -tanto consumidores como empresariado- no manejar esta categoría como se hace hoy en día. Mirando a nuestros pares, como México, Brasil y Argentina, también hay un retraso importante, por tal motivo nos estamos poniendo al tanto de lo que hacen estos países y buscamos aprovechar el aprendizaje.

¿Qué rol juega el proceso de información en cuanto a promover la eficiencia energética?
Este es un tema muy complejo y además existe mucha dinámica en el cambio tecnológico en diferentes ámbitos. Por ello, el tema de la información es crucial, ya que hay muy pocos datos en el país. Para enfrentar este tópico colaboramos con el Programa Tecnológico de CORFO con el fin de impulsar el uso de nuevas tecnologías en especial, porque las empresas manifiestan su incertidumbre frente a la demanda. Hay un punto crucial tanto para constructoras como inmobiliarias respecto a informar a sus clientes sobre las tecnologías que permitan optimizar el uso de energía. Es decir, que manejen temas como gasto de calefacción y ventilación.

¿Cuál es el papel del mercado de la construcción en el fomento de esta iniciativa?
Hay que dar un salto conjunto, entre todos los actores involucrados. Esa es la tarea de este programa, que es una entidad pública-privada. El Gobierno debe preocuparse de temas como reglamentación térmica y certificación, pero además debe existir colaboración de universidades -para capacitar a constructores, arquitectos e ingenieros civiles- y empresas inmobiliarias asumiendo proyectos más eficientes. Resulta muy importante también, que exista mayor sensibilización del mercado local, para lo cual estamos ejecutando un estudio, tendiente a captar la percepción de clientes finales y empresas respecto a la eficiencia energética. Con ello, se pretende desarrollar posteriormente proyectos pilotos aplicables y que sean rentables para el sector privado.

¿Qué tipo de ventajas concretas ofrece la optimización del uso de energía?
Primero, existe una disminución del costo energético, especialmente en iluminación, tema que resulta relevante hoy en día con el aumento de precios. Un segundo aspecto está relacionado con el mejoramiento de la calidad de vida de la gente. Además, se debe tomar en cuenta el tema medioambiental, ya que cada cual contribuirá con ello a prevenir problemas como el calentamiento global. Las personas no están conscientes de cuánto gastan en energía, mucho menos de cuánto pueden ahorrar, y no perciben el real beneficio de invertir en aislamiento de la vivienda o artefactos domésticos eficientes. Es difícil que lleguen a saberlo si no existe información completa y confiable de cuánto se gasta en calefacción, aire acondicionado o iluminación, o cuáles son las condiciones de confort en los distintos climas de Chile.

¿Cuáles son las metas del programa en el corto y mediano plazo?
En el mercado de la construcción hay que romper con el mito de que lo bueno cuesta caro. Por ello, antes de empezar a construir se deben tomar en cuenta una serie de aspectos primordiales en el diseño, tales como aislamiento, orientación de la vivienda, materiales ad hoc a la región donde se construye, todo lo cual permitirá abaratar costos. A nivel general, tenemos como meta llegar a reducir el consumo energético en un 1,5% anual. aproximadamente. En el ámbito de la construcción, esperamos que el reglamento técnico esté aprobado en el corto plazo y que al menos se logre armar un sistema de certificación para el usuario, que le permita tener como ítem de decisión de compra el consumo energético.

¿Podría mencionar un proyecto concreto que han llevado a cabo como programa?
Hemos trabajado junto a entidades públicas y privadas en el área de construcción y como resultado de este trabajo esperamos contar pronto con datos actualizados de consumo energético y nivel de confort de viviendas y edificios, lo que constituirá una línea base para la evaluación de proyectos. En esta materia, tenemos la colaboración de la Agencia de Cooperación Técnica Alemana (GTZ), entidad que estará a cargo de obtener los parámetros que permitan evaluar los mejoramientos en eficiencia energética y confort higrotérmico. Además, se investigará la influencia de la eficiencia energética en las decisiones de compra e inversión, de modo de poder establecer estrategias de sensibilización frente al tema. También está contemplado el estudio e implementación de instrumentos de fomento de la inversión pública y privada.