¿Cómo definiría una ‘buena’ arquitectura?
Pienso que una buena arquitectura debe cumplir su objetivo y nunca sobresalir demasiado. Esta profesión no consiste en hacer edificios singulares y notables donde se luzca cada arquitecto, sino que en idear construcciones que formen parte de un conjunto urbano lo más amable posible, y que sean coherentes con nuestra cultura y forma de vida.

A mi juicio, la arquitectura no está en la forma, sino en el vacío, en el aire que contiene aquellas cosas que no vemos, pero que son esenciales para el espíritu. Creo que en este sentido temas como la sustentabilidad son claves, al igual que conceptos como la belleza, palabra que hoy en día pareciera ser "políticamente incorrecta".

¿Qué es para usted la belleza?
En mi opinión, la belleza es una sintonía con la creación y para que exista, uno debe ser capaz de ver lo que hay de bueno en el entorno para favorecerlo, ver las potencialidades existentes y aprovecharlas de manera armónica con los espacios que nos rodean.

¿Cuál es el nivel de la arquitectura en Chile?
En términos generales, creo que a nivel de vivienda la arquitectura tiene un muy buen nivel de desarrollo, pero que no ocurre lo mismo cuando hablamos de edificios de oficina o corporativos.

A modo de ejemplo, el "Manhattan Capitalino" es una aglomeración de edificios que no dejan espacio entre sí, con muros cortina de cristal que dejan al oficinista de espaldas o de frente al vacío, y que carecen de un adecuado manejo de la luz y control del frío o calor. Creo que lo que hace falta en este tipo de edificios es mayor modestia y no utilizar la arquitectura como un medio de propaganda o alardes innecesarios.

¿Cómo evalúa la actual enseñanza que se entrega en las Escuelas de Arquitectura?
Estimo que las escuelas y los futuros arquitectos han tomado conciencia de la importancia que tiene hacer construcciones sustentables. Pienso que alumnos y profesores están más sintonizados con las actuales necesidades de las personas y que tienen conciencia de que existe un comercio de edificios que es correcto y otro en el que deben fijarse más límites.

¿Qué opina del rol del Gobierno como entre que apoya la arquitectura?
A mi juicio, el Gobierno en su conjunto tiene la obligación de "ordenar" las ciudades. En este sentido, creo que son positivas iniciativas como el plan Transantiago y las autopistas urbanas, no obstante las falencias que presentan y que pueden solucionarse. En el caso de las autopistas, por ejemplo, me parecen una buena medida pensadas a gran escala, aunque deben resolverse problemas de detalle como ciertas entradas y salidas y la destrucción de la ribera del río Mapocho.

Ahora, en términos de una participación de los arquitectos en la toma de decisiones y temas que dicen relación con la arquitectura, hay mucho por avanzar, pues en el último tiempo el ministerio ha funcionado a puertas cerradas, sin consultar a los profesionales del área por su parecer. Ello es lamentable, considerando que existen entes que pueden hacer importantes aportes en estos temas, como el Colegio de Arquitectos, la Asociación de Oficinas de Arquitectos y connotados profesionales con gran experiencia y conocimiento.

¿Cuál es su posición en torno a la actual vivienda social?
Creo que en esta materia se vive una situación crítica. Es una vergüenza nacional que todavía haya gente que vive en el barro, en condiciones indignas, considerando que Chile es un país que dispone de recursos. Es por ello que considero que la nueva política habitacional del gobierno es insuficiente y que aún queda mucho por hacer.

El emplazamiento de las viviendas también es muy importante. Mientras no se libere completamente el límite urbano y se de libertad para crecer donde se quiera -con las debidas ordenanzas-, los terrenos no bajarán de precio y no va a existir suelo disponible para construir casas más económicas, pero mejores; susceptibles de ampliar y de vender posteriormente, si sus moradores lo desean. En definitiva, lograr entregar viviendas más dignas, confortables y que posibiliten una efectiva mayor calidad de vida.