 La velocidad de reacción de hidratación del cemento se duplica por cada incremento de aproximadamente 11 °C, y el tiempo de inicio de fraguado puede disminuir a la mitad, generándose importantes aumentos en el valor de la resistencia inicial, lo cual trae consigo una disminución de la resistencia en el mediano y largo plazo. En ocasiones, el hormigón requiere agua adicional y se ven favorecidos el agrietamiento en estado plástico, la retracción por secado y el agrietamiento térmico diferencial. La pérdida de asentamiento se ve incrementada, lo que conlleva adición extra de agua de mezcla en obra y la consiguiente pérdida de resistencias. También aumenta la dificultad de manejo del hormigón, especialmente en su terminación, afectando su aspecto superficial. Todo lo anterior es de mayor notoriedad mientras más fino sea el cemento utilizado, dado que posee una mayor velocidad en su reacción de hidratación.
Figura 1: Fraguado y temperatura de mezcla
En condiciones de tiempo caluroso, la protección adecuada, pronta y rigurosa del curado del hormigón, debe efectuarse inmediatamente después de terminada su colocación, no dando tiempo a la evaporación del agua de amasado desde su superficie. El comportamiento conocido del hormigón y sus propiedades están generalmente relacionados con condiciones normales, por lo que pueden existir variaciones causadas principalmente por condiciones climáticas, de modo que un eficiente control de elaboración y de los materiales que lo componen, ayuda a minimizar los efectos adversos. 
La figura 1 muestra el efecto de la temperatura en el tiempo de fraguado y lo significativo que éste puede ser. Para evitar efectos no deseados, debe controlarse la temperatura usando agua de mezcla fría y/o mojando los áridos, puede usarse aditivos plastificantes con efecto retardador de fraguado, como la línea CAVE PLAST de PRODUCTOS CAVE, que permite controlar y contrarrestar los efectos de temperaturas altas, favoreciendo un mejor control de trabajabilidad y terminación. Permite, además, mantener la relación agua / cemento dentro de un rango que facilita obtener las propiedades del hormigón acorde a lo especificado. El uso de un aditivo dual, plastificante y retardador de fraguado, puede minimizar la necesidad de agua de mezcla, observándose por experiencias publicadas, que el requerimiento de agua de un hormigón con aditivo, a 32 °C, es el mismo que el de un hormigón sin aditivo a 16 °C. Esta dualidad plastificante- retardador compensa parcialmente el efecto del tiempo caluroso sobre la fisuración, tiempo de fraguado, asentamiento de cono y necesidad de agua de mezcla. Un aditivo sólo de efecto retardador no logra controlar la pérdida de asentamiento, ya que ésta es además consecuencia de otros factores distintos al tiempo de fraguado. El exceso de agua usado en la mezcla de hormigón para obtener una trabajabilidad adecuada, procederá a evaporarse en el tiempo, produciendo el llamado secado del hormigón. En condiciones de temperaturas altas, la velocidad de secado es dependiente de la temperatura del hormigón, la humedad relativa ambiental, la temperatura ambiente y de cuanta superficie expuesta exista. Una losa de hormigón posee una alta superficie expuesta y se debe evitar un secado superficial prematuro, especialmente cuando la masa del hormigón está aún fresca, pues en estas condiciones se ve favorecida la fisuración plástica la cual ocurre principalmente cuando la velocidad de evaporación del agua superficial es mayor que la velocidad de exudación que genera el hormigón. El uso de agentes formadores de película para proteger la superficie del hormigón y evitar la evaporación no controlada de agua es un excelente medio de protección. La línea CAVE CUR de PRODUCTOS CAVE presenta una variedad de membranas de curado base agua o solvente, según sea el requerimiento y desempeñan un papel muy importante en el proceso de curado del hormigón.  Toda precaución que se tome para mantener las propiedades del hormigón dentro de parámetros, son medidas que en el largo plazo disminuirán costos de reparaciones y mantenciones y, si las condiciones de pronóstico ambientales son muy adversas para un buen hormigonado, siempre será apropiado suspender la colocación del hormigón antes que lamentar daños futuros. Si no se dispone o no se puede usar algún método de control que garantice el buen desarrollo de propiedades, la suspensión temporal de la obra es una medida que se debe considerar. Trabajar con temperaturas al sol de más de 40 ó 50 °C no es bueno para el hormigón ni para las personas.
La programación de la entrega de hormigón en el frente de trabajo, evita exponerlo a condiciones climáticas desfavorables durante un tiempo excesivo. Enfriar moldes y área de colocación del hormigón minimiza también esos efectos de temperatura adversos. Colocando hormigón en capas de menor espesor evita generar juntas frías (o discontinuas) puesto que la vibración de compactación incluirá la capa previa junto con la de reciente colocación. En losas de hormigón es apropiado y absolutamente recomendado usar pantallas de protección que protejan de la exposición al sol y al viento y pulverizar agua sobre la superficie bajará en algunos grados la temperatura del entorno. Incluso, en días muy calurosos, programar un vaciado de hormigón al atardecer puede ser una medida efectiva para evitar consecuencias de fisuramiento o bajas resistencias a la compresión.
No todas las precauciones de las mencionadas aquí y algunas otras utilizadas, pueden ser usadas en cada proyecto, pero cada una ayuda en lo suyo y al final de todo el proceso, la unión acumulativa de cada una de ellas hace la fuerza. |
