Para la mayoría de las empresas proveedoras de pintura para la construcción, como indica Francisco Miranda, Asistente Comercial de Pinturas Tajamar, el 2006 ha sido un buen año. Según explica Héctor Delgado, Product Manager Area Construcción e Industrial de Tricolor, "para muchas empresas como la nuestra este año el negocio se ha dado muy bien. Estamos creciendo, porque el mercado está creciendo también".

Sin embargo, a juicio de Miguel Martínez, Ingeniero de Proyectos Arquitectónicos de Sherwin Williams, así como creció el mercado de la pintura, paralelamente también lo hizo el mercado informal. Esto se explica en parte, en opinión de Juan Carlos Espinoza, Jefe de Ventas Area Construcción de PPG, porque no existen especificaciones y si las hay, no se cumplen. "Lamentablemente, no existe fiscalización sobre el trabajo de los contratistas ni regulación respecto a la labor del pintor en una obra", afirma.

El "mea culpa"

A pesar de que como indica Alejandro Lara, Jefe de Marketing de Pinturas Ceresita y Soquina, ha habido progresos y la industria ha crecido positivamente, falta mucho por hacer para profesionalizar al sector.

Y es que según Rodrigo Roselló, Ingeniero Constructor del Area Ventas Industriales de Hempel, aunque existen estadísticas y datos cuantitativos categóricos respecto a cómo se derrumban estructuras por problemas de corrosión y cómo se corroe el hormigón por el uso de una pintura inadecuada, "los proveedores de este mercado, al parecer, no hemos sido lo suficientemente convincentes para hacer que las empresas constructoras -en su mayoría- internalicen esta situación".

La calidad de la pintura utilizada, a juicio de Juan Carlos Espinoza, está relacionada con la criticidad de la estructura que se requiere proteger, por lo tanto, no siempre se considera importante aplicar una pintura de alta calidad y tecnología a una vivienda. Y eso a pesar de los problemas de postventa que esto pudiera tener como consecuencia.

De hecho, como explica Agustín Cortés, Jefe de Ingeniería de Sociedad Química de Chilcorrofín, muchas empresas constructoras están dispuestas a asumir el costo de la postventa, porque en ocasiones utilizan pintura de tan baja calidad que les sale más barato asumir ese costo que utilizar pintura de calidad.

Respecto al tema del precio, a juicio de Héctor Arriagada, Gerente de Ventas de Delfín, la responsabilidad también recae en las empresas proveedoras, por entrar en el juego de ofrecer siempre un producto más barato. "En ocasiones llegamos a niveles en que -inexplicablemente- productos de alta calidad se cotizan prácticamente al mismo precio que pinturas básicas", indica.

Conscientes de esta realidad, y para mejorar el tema de la aplicación profesional de la pintura en la construcción, Agustín Cortés señala que particularmente la marca, poco a poco ha entregando a los contratistas consejos sobre cómo fiscalizar la aplicación de la pintura. "Hacemos charlas de inducción al inspector fiscal, tratando de hacer conciencia sobre la importancia relevante que este tema tiene", asegura.

Un mercado más exigente

Aunque algunas empresas constructoras están preocupadas de entregar cinco años de garantía a la pintura utilizada en las viviendas que construye, las exigencias, en opinión de Juan Carlos Espinoza, aún no se dan a nivel masivo en el mercado de la construcción.

Ocurre que en Chile, como señala Héctor Delgado, el mandante no le de al tema de la pintura la importancia que requiere. "Muchas veces sitúan su atención a temas como la gama de colores, dedicando horas a la elección de una tonalidad, sin embargo muchas veces se pasa por alto la calidad del producto y la aplicación; un tema muchísimo más relevante", aclara.

Y esto, a juicio de Juan Roberto Pizarro, Asesor de Proyectos de Química Hewstone, marca una diferencia fundamental entre la pintura utilizada en el área industrial respecto a la demandada en el área decorativa. "Todavía no está establecido el concepto de protección a la inversión en el área de la pintura decorativa y, paralelamente, no existen normativas que faciliten el fortalecimiento de estándares, lo que sí ocurre en el área industrial, donde los proveedores podemos basarnos en la normativa internacional y trabajar con parámetros de calidad probados", explica.

El mercado de la construcción debe, según Alejandro Lara, trabajar con contratistas especializados, que garanticen el buen trabajo de los pintores. En este sentido, recalca el ejecutivo, sería ideal poder hacer una calificación de contratistas, así como existe en el tema del gas y la electricidad.

Para José Aracena, Representante de Ventas de Pinturas Tajamar, como contrapartida, a la pintura se le exige más allá de lo lógico. Se les pide que sean "mágicas", que tapen fisuras y que disimulen las imperfecciones constructivas de los muros. Un contrasentido a juicio de los proveedores de este mercado, especialmente si se piensa que las pinturas más utilizadas en la construcción son las de bajo precio.

Los próximos pasos

Para Emilio Nahum, Ingeniero Químico de Sipa, claramente es necesario conducir al mercado hacia el aseguramiento de la calidad de las obras. "Excepcionalmente se hace, como el caso de una empresa constructora ISO 9000, que tenía como pedir al proveedor de pintura para que dictara charlas informativas a los pintores que trabajaban en su obra. Esa es una de las prácticas que debería masificarse para establecer niveles de calidad óptimos en el proceso de aplicación de pintura", señala.

El problema, como explica Roberto Roselló, "es que el usuario final no sabe qué exigir cuando está comprando, quien construye no sabe suficiente de calidad y quien aplica no ha recibido la capacitación adecuada. Entonces ¿Por dónde partir? A mi juicio primero por el usuario y luego estableciendo hitos para controlar la calidad del trabajo en obra".