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El Covid-19 vino a cambiar todos los hábitos sociales y laborales alrededor del mundo, y uno de los que más ha reflejado esta variación es el consumo de datos digitales, bajando a través de dispositivos móviles, pero subiendo drásticamente en las conexiones fijas.
De hecho, de acuerdo con cifras de IDC, antes de la pandemia, la proyección de crecimiento de los servicios de datos fijos en América Latina era de 10% promedio anual para el periodo 2019 a 2024. Sin embargo, ahora la consultora tecnológica elevó su pronóstico a 12,4% para el mismo lustro, esto producto de los efectos del Covid-19 en los hábitos de consumo digital.
Este incremento se debería a los cambios en la demanda, provocado por la explosión home office, los servicios de streaming, la teleducación y el cierre de locales comerciales, lo que llevó a un auge del ecommerce y el delivery. Efectivamente, tan sólo en los primeros dos meses de la contingencia por la pandemia, el tráfico de datos fijos creció hasta en 30%, en contraste con el 10% que marcaron los datos móviles 10% (IDC).
Inevitablemente, este incremento en el consumo de datos digitales, a través de redes fijas, ha presionado la infraestructura tecnológica de los distintos proveedores y operadores. Para contenerla, los responsables debieron reforzar la disponibilidad, especialmente en los nodos.
Sin embargo, para lograr obtener un mayor un rendimiento de la infraestructura digital que permita absorber el incremento de la demanda, es necesario implementar una efectiva estrategia de datos. Es aquí donde metodologías como DataOps, impulsadas en la industria por compañías tales como Hitachi Vantara; permiten personalizar la experiencia de los clientes, acelerar los tiempos de respuesta en los servicios, mejorar las estrategias de compra de los consumidores y aumentar la productividad.
Adoptar soluciones que permitan proveer dinamismo a las estrategias de datos, resulta fundamental para las compañías, no sólo mientras se extienda la pandemia, sino que también después de este escenario excepcional. Esto porque los hábitos de consumo desarrollados producto del Covid-19 continuarán, como el teletrabajo, y otros se incrementarán; como la educación a distancia y el comercio digital.
Por lo tanto, para satisfacer estos requerimientos es fundamental con metodologías, estrategias e infraestructura de datos flexibles, y adaptables a las necesidades de conexión a diversas aplicaciones al mismo tiempo, y ser simples de administrar con herramientas de Inteligencia Aritificial que permitan hacerla crecer al ritmo que se requiera.
Finalmente, este cambio en el comportamiento de consumo de datos digitales ha venido a demostrar que las situaciones excepcionales, como la pandemia, generan variaciones también excepcionales en las tendencias de crecimiento de las redes móviles y fijas. Sin embargo, independiente de las nuevas directrices que puedan surgir, ante una situación de crisis, es esencial mantenerse conectados.
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