Para fines de año es probable que se empiecen a popularizar en la gama alta del mercado computadores portátiles de diseños más pequeños y livianos, esto, gracias a que no traen disco duro sino sólo SSD. Incluso una buena parte de los PC nuevos vendrán con HHD, que incluye tanto disco duro como SSD.

La memoria flash es una forma evolucionada de la memoria EEPROM que permite que múltiples posiciones de memoria sean escritas o borradas en una misma operación, a diferencia de tecnologías anteriores que sólo permiten escribir o borrar una única celda cada vez.

Además de permitir mayores velocidades de transferencia de datos, los SSD no contienen ni actuadores mecánicos ni partes móviles, por lo que son más confiables que los sistemas rotativos de disco duro, pues resisten mejor las vibraciones y los golpes. Esto explica el que desde hace años sean utilizados en laptops para ambientes hostiles, como los de uso militar e industrial.

Mayor rendimiento y menor consumo de energía

Al igual que un pendrive, el SSD pasa desapercibido, pues no genera ruidos, ni vibración ni calor. Es liviano (el SSD de 32 GB pesa sólo 54 gr); su velocidad de búsqueda es mil veces mayor a la de cualquier disco duro; consume un quinto de la energía cuando está activo y un cuarentésimo cuando está inactivo; es capaz de operar bajo temperaturas extremas (entre -25º y +85º); y es tremendamente resistente (promete un tiempo promedio entre fallas de 114 años funcionando sin parar jamás).

Sus grandes inconvenientes han sido hasta ahora su precio, y que permiten regrabar información un menor número de veces que los discos duros. Sin embargo, la tecnología SSD ha logrado grandes avances en materia de regrababilidad a través de mejores semiconductores y la incorporación de software más sofisticados para minimizar la frecuencia con que se cambian datos en cada sector del soporte flash.

Y en materia de precios, su uso masivo en aparatos como pendrives, cámaras fotográficas, PDAs, reproductores de audio y teléfonos móviles, ha conducido a un rapidísimo avance en las tecnologías de fabricación, con una caída en picada en sus costos unitarios.

Con un precio de mercado de entre US$450 y US$500 por una unidad SSD de 32 GB, la memoria flash tiene aún un costo por gigabyte más de cinco veces superior al de un disco duro. Pero la consultora iSuppli hace notar que en el 2003 un GB de flash NAND costaba 100 veces más que uno de disco duro, y pronosticaba que en el 2009 la brecha de precios se reduciría a menos de 14%.

Windows Vista es el primer sistema operativo que permite soluciones de almacenamiento híbrido, lo que puede involucrar incluso la utilización de las reservas de memoria disponible en los pendrives que tenemos conectados. Pero estas soluciones híbridas sólo permiten mejoras de rendimiento menores.

Los computadores diseñados para maximizar el rendimiento de las capacidades de almacenamiento híbrido lo logran con HHDs que tienen volúmenes de memoria SSD suficientes como para guardar todos los archivos y programas que se están usando. De este modo, el disco duro queda reservado para información y programas que se usan rara vez, por lo que puede permanecer sin girar la mayor parte del tiempo.