Actualmente, después de más de un año de pandemia, la digitalización ya es parte de la mayoría de las empresas. La incorporación de tecnología llegó como una necesidad para lograr subsistir durante la crisis por Covid-19, y ahora, las compañías son parte de la era digital y están buscando con mayor ímpetu nuevos avances que los ayuden a mejorar su productividad, aumentar los ingresos y disminuir los riesgos.

Durante 2021 se incorporaron varias herramientas tecnológicas, sin embargo, su implementación y utilización se espera que se siga desarrollando para los próximos años. Dentro de las tendencias para el futuro se destaca el crecimiento de las soluciones de IoT Analytics, que surgen de la necesidad de aportar soluciones para impulsar la transformación digital de las empresas mediante el análisis de grandes cantidades de datos, provenientes de múltiples dispositivos y sensores que permiten la toma de decisiones tempranas en las áreas neurálgicas del negocio.

Chile también se destaca por ser uno de los países que más ha crecido como polo de inversión para la instalación de Data Centers. Ahora, el gran desafío para el futuro está en perfeccionar los servicios que permitan el funcionamiento de operaciones de las empresas sin interrupción a pesar de las adversidades, considerando la gran demanda existente. Para alcanzar los objetivos deseados, es importante establecer una estrategia sólida basada en una correcta combinación de Servicios Cloud y Data Center.

Mirando hacia el 2022, el desafío estará en brindar valor, la disponibilidad de un Data Center sin parar es y será un commodity que se sostendrá principalmente por los líderes de infraestructura Cloud. Quien brinde valor y soluciones sin importar donde se aloje la infraestructura, hará la diferencia. En este sentido, para que el país se siga desarrollando en sistemas de Data Center y servicios Cloud, se requiere generar iniciativas estratégicas marcadas por la flexibilidad y agilidad, con sistemas de seguridad que garanticen la protección de los datos ante un imprevisto de accionar humano o frente a un desastre natural.

En el caso particular de la Nube, una de sus características es que es una plataforma de transición y habilitadora de nuevas arquitecturas. La nube híbrida es valorada por las empresas, ya que ofrece una solución de transición que reutiliza las inversiones realizadas y adopta la flexibilidad de los servicios Cloud, proporcionando una alternativa segura para nuevas necesidades del negocio, como lo son el despliegue de servicios de colaboración, servicios web de alcance global o el despliegue de sites de contingencia ante desastres, los cuales pueden permanecer en stand-by, disminuyendo radicalmente los costos asociados a la mantención de una infraestructura “On Premise”.

En esta línea, las arquitecturas híbridas también se destacan, ya que permiten aumentar la resiliencia de las soluciones al agregar componentes especializados en cada capa. Por ejemplo, se puede utilizar una red de distribución de contenidos (CDN, por sus siglas en inglés) y así aislar los servidores de un ciberataque o bien utilizar servicios de SaaS para componentes críticos del negocio como un CRM, el que estará aislado de mi red on premise, la cual pudiera estar más expuesta a la propagación de un ataque, como ya ha ocurrido en varias instituciones nacionales. En este sentido, se requiere generar iniciativas estratégicas marcadas por la flexibilidad y agilidad, con sistemas de seguridad que garanticen la protección de los datos ante esta masificación de la tecnología.