El 5G es el estándar tecnológico de quinta generación para redes móviles, desarrollado como sucesor del 4G/LTE e implementado en todo el mundo por los Operadores de Redes Móviles (MNO) desde 2019. El mismo año surgió el Wi-Fi 6, que es el nombre de Wi-Fi Alliance para el estándar IEEE 802.11ax, el que se utiliza para redes de área local de dispositivos y acceso a Internet.

Los servicios 5G que se están implementando durante 2020 y 2021 admiten de 2 a 4 Gigabits por segundo y posteriores lanzamientos de 5G prometen aumentar las tasas a un factor de 5 a 10 durante la próxima década. El Wi-Fi 6 ya admite tasas de hasta de 10 Gigabits por segundo. En igualdad de condiciones, el Wi-Fi generalmente proporciona velocidades de datos más rápidas que los servicios móviles de generación comparable. En ese sentido, la velocidad real que experimenta un usuario depende de muchos factores, incluidos los anchos de banda, el número de usuarios que comparten el mismo canal y la distancia desde la fuente de la señal.

Además, la velocidad de datos es solo una medida de rendimiento. La latencia y la confiabilidad, por ejemplo, también son críticas para muchas aplicaciones. El Wi-Fi puede sufrir congestión debido a un ancho de banda inadecuado para la cantidad de usuarios, lo que a su vez puede conducir tanto a una baja velocidad como a una alta latencia. Sin embargo, el Wi-Fi 6E, que amplía enormemente el espectro disponible para Wi-Fi 6, mitigará estos problemas.

Muchas comparaciones entre el Wi-Fi 6 y el 5G se centran casi exclusivamente en estas diferencias de rendimiento. Si bien estos son significativos para ciertas aplicaciones, un enfoque excesivo en estas diferencias puede oscurecer el punto más importante de que tanto la tecnología Wi-Fi como la tecnología móvil de hoy cumplen los requisitos de la mayoría de las aplicaciones. Por lo tanto, para comprender por qué se puede preferir uno a otro, es importante examinar otros factores.

Con licencia y sin licencia

La primera distinción importante está en la forma en que se asigna el espectro para cada una de las tecnologías. Usamos los términos “con licencia” y “sin licencia” para describir esto. Con espectro licenciado, una entidad comercial (típicamente, un MNO) adquiere derechos exclusivos para usar bandas de frecuencia establecidas dentro de un área geográfica. En un espectro sin licencia, la banda de frecuencia está abierta para que cualquiera la use, sujeto a prácticas acordadas que evitan que los usuarios interfieran entre sí. El 5G (como todos los G anteriores) opera con licencia de espectro mientras que el Wi-Fi 6 (y todo Wi-Fi) opera en espectro sin licencia.

Esta distinción con licencia y sin licencia se traduce directamente en diferentes modelos comerciales asociados al uso de 5G y Wi-Fi. El MNO implementa 5G junto con LTE y tecnologías anteriores como una oferta de servicio que incluye llamadas de voz, mensajería de texto, acceso a Internet y servicios adicionales como correo de voz. El usuario accede al espectro en forma de suscripción de servicio con el MNO.

Por el contrario, las redes Wi-Fi las implementa una empresa o institución para que las utilicen sus propios empleados y/o clientes que acceden a servicios tales como el registro en un hotel, información en un estadio o simplemente acceso a Internet. Por lo tanto, el Wi-Fi es una parte intrínseca de la operación de negocio. Los usuarios en un hogar implementan de manera similar las redes Wi-Fi (que generalmente consisten en un solo módem Wi-Fi o punto de acceso) para todos los habitantes.

Con el Wi-Fi, una empresa privada o un propietario pueden crear una red sin depender de un proveedor de servicios y se ha convertido en el método de acceso preferido para redes empresariales y domésticas. La tecnología Wi-Fi proporciona conectividad de alta velocidad que puede ser implementada en cualquier lugar y en cualquier momento por la organización o el propietario. Además, debido a que el Wi-Fi lo implementa la empresa o el propietario del lugar, permite la recopilación de datos de usuarios finales por parte de esas entidades. Esto ha sido un impulsor importante de la implementación de Wi-Fi, especialmente en espacios públicos como centros comerciales, estadios y lugares de entretenimiento. Los datos del usuario que se crean cuando los visitantes asisten a un evento o frecuentan una tienda permite a las empresas comprender, atender e interactuar mejor con sus inquilinos y clientes; esos datos se han convertido en el “nuevo petróleo” por su valor comercial.

Los diferentes modelos de implementación y sus implicaciones para los modelos comerciales y los casos de uso ayudan a explicar por qué, hasta la fecha, ni el Wi-Fi ni las redes móviles han reemplazado uno al otro, al contrario, ambos han florecido. Sin duda, existen casos de uso superpuestos, como el acceso a Internet, pero las diferencias persistentes continúan haciendo que las tecnologías sean complementarias en lugar de sustitutas entre sí.

A medida que evolucionan las tecnologías Wi-Fi y celulares, es natural que sus respectivos dominios se superpongan. Incluso, se puede notar que las redes móviles y el Wi-Fi impulsan indirectamente el crecimiento de la otra. A medida que las aplicaciones y sus usuarios se vuelven más dependientes en conexiones Wi-Fi de alta velocidad en el hogar o en la oficina, esto a su vez impulsa la demanda de la misma calidad de conexión a través de celulares cuando los usuarios están lejos de sus redes Wi-Fi. Asimismo, la naturaleza ubicua de la conectividad celular pide una expectativa similar de Wi-Fi