Si bien todas se vieron afectadas por esta situación, cada escuela y cada persona tienen diferentes necesidades: los alumnos al aprender e interactuar con su profesor y sus compañeros; los profesores al enseñar el material de la clase y gestionar la sala; los líderes de las escuelas al  comunicarse con los apoderados, y estos últimos al ayudar a facilitar el aprendizaje en casa. Todos ellos están aprendiendo sobre la marcha y desde diferentes lugares, sin el edificio escolar como elemento unificador.

Las escuelas de todo el mundo están asumiendo el desafío y la tecnología se ha convertido en un facilitador, a partir del cual se puede apoyar a los distintos miembros del ecosistema educativo para resolver los retos comunes:

Aprendizaje social y emocional: es importante dar seguimiento a cada uno de los estudiantes para entender sus necesidades y ver cómo es posible apoyarlos. Los educadores pueden pedir a los alumnos que completen a diario un formulario para compartir su estado emocional, su objetivo del día, qué les hace sentir orgullosos y cuáles son sus mayores retos.

También se puede animar a los educandos a llevar un blog personal durante el tiempo que no asistan al colegio para procesar esta experiencia y sentimientos, compartiendo o no esto con familiares y/o profesores.


Aumentar las oportunidades de participación: durante las clases, se recomienda promover la participación de los alumnos a través de debates sobre los temas de aprendizaje. No hay que olvidar que hay personas más tímidas que otras y que prefieren interactuar a través de medios como chats, cuestionarios individuales y/o plataformas de aprendizaje.


Mantener la motivación entre los alumnos: lograr esto es un desafío, sobre todo cuando el profesor brinda sesiones muy largas y con poca interacción. Algo que puede funcionar es dividir los contenidos en clases más cortas o actividades de 5 minutos, para dar tiempo a los alumnos de asimilar el material y de interactuar por distintos medios con sus compañeros y compañeras. Al mismo tiempo, es posible promover la realización de actividades en las que los jóvenes interactúen con su espacio físico para la creación analógica, mientras que aprovechan el uso de la tecnología para crear videos, fotos o diagramas donde puedan plasmar de forma creativa sus conocimientos.


Comunicación con los apoderados: las instituciones educativas pueden crear un sitio web o blog que tenga por objetivo ser una fuente de información y comunicación con los padres y apoderados mientras se mantenga la educación a distancia. Entre los recursos que se pueden integrar se encuentran: noticias con las principales novedades, y espacios para compartir recursos que sean útiles para el proceso de aprendizaje.


Promover un ambiente seguro: Internet nos da acceso a una enorme cantidad de información y los estudiantes han crecido a la par de esta herramienta, así que es importante promover su uso responsable. Es necesario enseñar a los alumnos a validar la información que leen o ven: ¿cómo saber si la información es confiable?, ¿quién lo escribió?, ¿cómo se distinguen los hechos de las opiniones? Es primordial acompañar a los alumnos en su navegación, dialogar con ellos respecto a lo que encuentran y así aprender juntos.


Fomentar el aprendizaje personalizado: cada alumno aprende de formas distintas, y en este sentido se puede impulsar a que los alumnos y alumnas puedan elegir entre diferentes actividades para conseguir el mismo objetivo. Esto les permite tener voz y voto en su experiencia de aprendizaje y puede aumentar la participación y la integración de los alumnos con más dificultades.


Implementar una sala invertida: grabar las clases y compartirlas con el objetivo de que los alumnos puedan verlas antes del horario de clase. Esto permitirá utilizar de forma más óptima el tiempo y así destinarlo a resolver preguntas, hacer actividades e intercambiar puntos de vista sobre el tema.


Crear comunidades de aprendizaje: promover el intercambio de recomendaciones, ideas y mejores prácticas para el aprendizaje a distancia entre la comunidad escolar puede generar cohesión e identidad, un sentimiento de apoyo y empoderamiento.


Es sabido que los cambios no siempre son sencillos, pero hoy más que nunca es importante innovar ante ellos con el fin de poder ofrecer una educación de calidad que permita promover el desarrollo de las habilidades que los alumnos y alumnas necesitan para el futuro, tales como el pensamiento crítico, la comunicación, la colaboración y la creatividad, entre otras. La tecnología ayuda a mejorar la productividad y la colaboración entre alumnos y profesores, pero no hay que olvidar que es solamente una herramienta, así que el enfoque debe estar dirigido a la parte humana de la educación para lograr verdaderos cambios.