En las últimas semanas se descubrió que algunas de las plataformas digitales de conferencias gratuitas estaban con problemas de seguridad. Dentro de ellas, estaba el envío de información de los usuarios a Facebook sobre los sitios de navegación visitados (información que puede ser usada para perfilar publicidad), ofreciendo encriptación punto a punto, hasta que otras personas entraban a las conversaciones.

Si bien esto abrió el debate sobre la seguridad de las conexiones de videoconferencia, el verdadero tema debe ser cómo nivelamos el acceso a Internet por medio de la reducción de la brecha digital, atendiendo a quienes sin tener experiencia han debido utilizar la tecnología para seguir trabajando desde sus casas.

Según cifras de la OCDE, el 42% de los chilenos no posee herramientas básicas de digitalización. Frente a la pandemia actual y la obligatoriedad de subirse en el tren de la tecnología, donde los datos son su combustible, debe existir una adecuada y oportuna educación para proteger la seguridad de dicha información.

Un elemento a considerar es que el común de los usuarios sigue sin tener los conocimientos básicos de cómo funciona la tecnología. Se les dice que eviten malwares, cuidando la configuración de las aplicaciones, sobre quiénes tienen acceso y si van encriptadas o no, pero pocos entienden de qué se les está hablando, y muchos ni siquiera se preocupan de tomar medidas básicas de privacidad.

Otra variante muy importante, es que muchas personas no entienden aún que cuando alguna empresa o persona “regala” o disponibiliza un servicio sin un costo asociado, sin duda, espera algo a cambio: un dato. Hoy las empresas ofrecen un servicio gratuito, en el lenguaje del dinero, pero al acceder a estas plataformas la persona debe averiguar lo que el sistema pide a cambio y analizar si está dispuesto a “pagar” ese servicio con la privacidad de sus datos.

Dado los potenciales riesgos al conectarse a este tipo de aplicaciones creo que es fundamental contar con una contraseña robusta que incluya un número, un símbolo o signo, mayúsculas y minúsculas. Además, el uso responsable de la red, chequeando siempre que sea segura y de un proveedor confiable. Otro factor a considerar es el no compartir datos, información o contraseñas. De ser posible usar VPN en dispositivos móviles y computadoras personales, ya que generan accesos más seguros para conexiones fuera de la oficina.

En definitiva, el principal riesgo es un usuario sin el conocimiento básico de seguridad. En general, las aplicaciones tienen muchas herramientas de seguridad, pero si no se ocupan o no se hace en la forma adecuada se corren riesgos. Por eso, la invitación es a educarse en el mundo digital y proteger nuestros datos, que es nuestro bien mayor, pero intangible en el mundo del futuro. No podemos poner en peligro la seguridad de la información solo por estar conectados.