Estamos viviendo tiempos de un crecimiento exponencial en el desarrollo tecnológico, y esto ha impactado a todo tipo de organizaciones, sin importar el tamaño. La Transformación Digital llegó para quedarse. En un estudio reciente realizado por la empresa consultora IDC (2018), se indica que uno de cada tres CEOs de las tres mil empresas más importantes de Latinoamérica ha incluido a la transformación digital como uno de los objetivos base de su estrategia corporativa. Y en cuanto al potencial de negocios, un estudio de la consultora McKinsey estableció que una mayor digitalización puede acelerar el crecimiento del PIB en 0,7% anual para el 2025.

Pero, ¿qué está pasando en las pequeñas y medianas empresas de nuestro país?; ¿Somos conscientes de los cambios que se están experimentando en los modelos de negocios? Y por otro lado, ¿se están realizando acciones que permitan adaptar sus estrategias y así mantener la competitividad actual, o potenciarla? Algunos estudios nos dan luces sobre este ámbito. En 2018, el Observatorio de Sociedad Digital de la Universidad de Chile efectuó el primer estudio sobre el estado del arte de la Transformación Digital en pequeñas y medianas empresas2. La iniciativa contó con la participación de más de 400 empresas de diferentes sectores y entre sus principales conclusiones podemos destacar que si bien se identifica la temática de Transformación Digital, no existe plena conciencia sobre los impactos en los modelos de negocio, lo que se traduce en desconfianza hacia el fenómeno. Esto da cuenta de que el primer paso requerido es clarificar conceptos relacionados.

Mucho se habla de Transformación Digital, pero el concepto ha evolucionado bastante desde 2011, cuando George Westerman3 la definía como el “uso de las tecnologías para mejorar radicalmente el desempeño de las organizaciones”. Hoy en día esa definición, aunque pionera, no alcanza a abordar todos los aspectos que involucra el proceso, especialmente, porque no considera la perspectiva del cliente, y nada dice sobre los desafíos de cambio cultural requeridos para la evolución digital, sin los cuales el viaje de la transformación se vuelve cuesta arriba.

Una pregunta frecuente en las organizaciones que están iniciando el proceso de Transformación Digital, es qué pasos dar para iniciar el “viaje”.

¿Por qué hablar del journey o “viaje” de la Transformación Digital? Porque no existe una fórmula única que se pueda aplicar en todas las organizaciones de la misma forma. Por lo tanto, el proceso puede ser mejor descrito como un viaje en el que cada organización vivirá su propia experiencia. Es decir, debe escoger la ruta, definir prioridades, considerar las características de su destino, establecer los compañeros de ruta, los guías, entre otros.

Primero: Generar conciencia y capacidades estratégicas en la empresa

Antes de iniciar cualquier tipo de iniciativa, es clave nivelar el conocimiento y especialmente el entendimiento en torno al concepto de Transformación Digital. Para ello, es muy necesario generar instancias de capacitación a los niveles directivos, pues ninguno de los actuales ejecutivos de empresas, recibió como parte de su formación de pregrado, instrucción en Transformación Digital por tratarse de un desarrollo reciente.

“Hoy en día existe mucha confusión en torno a la Transformación Digital y es una necesidad clarificar conceptos antes de cualquier implementación”


Segundo: Determinar el nivel de madurez digital

Cada organización debería realizar un diagnóstico que le permita establecer la línea base con respecto a las dimensiones anteriormente descritas, pues sin abordar este tipo de aspectos, el proceso de Transformación Digital corre el riesgo de reducirse solamente a proyectos de incorporación de tecnologías.


Tercero: Un hito clave; consolidar la primera estrategia digital

La experiencia comparada en Transformación Digital es concluyente: todas las organizaciones que están viviendo un proceso de evolución exitoso, disponen de una estrategia digital formalizada. Pero ¿qué es una estrategia digital?, ¿cómo se construye?, ¿qué aspectos debe describir?

Una estrategia digital es una visión del modelo de negocios de la organización que describe la propuesta de valor que le permitirá ser competitiva en la era digital.

Sin una estrategia general de la empresa, es difícil determinar una estrategia digital, pues la segunda es mandatada por la primera. Por lo mismo, el proceso de inducción de los ejecutivos en torno a la Transformación Digital debe considerar la presentación de ejemplos de este tipo de instrumento.


Cuarto: Repensar el modelo de negocios digital

Todo el proceso de preparación organizacional y reflexión estratégica debiera conducir a una reformulación del modelo de negocios, pero con un protagonista central: el cliente, y solo en este momento es recomendable iniciar el proceso de revisión sobre las tendencias tecnológicas que pueden ampliar su propuesta de valor. Dicho proceso debería concluir en la formalización del nuevo modelo de negocios.

Cada organización debería realizar una revisión de los impactos en su operación de tecnologías y/o enfoques metodoló- gicos, como por ejemplo: Internet de las cosas (IoT), cloud computing, big data, realidad aumentada, impresión 3D, Machine Learning, entre otros.


El paso final es crucial: modelar, gestionar y acelerar el cambio cultural

En el último factor clave para el proceso de Transformación Digital no existen dos opiniones. Modelar el cambio cultural para la Transformación Digital es un “sine qua non”. Nuestra experiencia es similar a los casos internacionales; los proyectos tecnológicos que no consideran ni gestionan la variable cultural, tienen una probabilidad de fracaso de hasta un 70%. Por lo tanto, es muy necesario determinar un Plan de Gestión del Cambio que incluya, entre sus elementos centrales, la caracterización de cultura actual de la empresa; el modelamiento de la cultura digital requerida; la actualización de los perfiles de competencias para incluir las variables digitales; y un plan de comunicaciones que permita involucrar a toda la empresa en el proceso de evolución digital, pero de forma segmentada.

La Transformación Digital hoy ya no es una opción. Por lo tanto, es necesario crear y construir iniciativas de fomento para desplegar formación continua en empresarios de menor tamaño, que permitan habilitar en ellos una visión estratégica de los efectos de la Transformación Digital en la gestión del capital intangible de sus organizaciones: procesos, personas y clientes.

Estamos ante una gran oportunidad. El viaje de la Transformación Digital promueve relaciones más horizontales con nuestros clientes, y llevará a nuestras organizaciones a niveles de desarrollo exponenciales que nos permitan ser actores globales beneficiando no sólo a la propia empresa, sino al país y a todos los sectores de la sociedad.