El rol de la mujer en la industria TI: Un factor crítico de éxito Por Ivana Morassutti, Gerente General de Tech Data. Cuando gentilmente me invitaron a escribir sobre el rol de la mujer en la industria TI, me tardé mucho tiempo leyendo la pregunta, haciendo un recorrido por mi historia de cómo llegué y crecí laboralmente en ella, a la que pertenezco hace 20 años. Luego de ese recorrido, decidí escribir, creando una visión positiva y propositiva, ya que mucho se ha escrito sobre el rol de la mujer en TI, pero por lo general son los aspectos negativos los que más destacan en los artículos de prensa.
Si de Tecnología hablamos, “ella” es “mujer” y es la primera en no hacer distinción de algún tipo de género. La tecnología no discrimina y está a disposición de todos. Uno de sus principios máximos es “estar a disposición de todos sin importar ningún aspecto”.
En otras palabras, la tecnología no funciona de forma diferente si eres hombre o mujer, y convive con cada uno de nosotros todos los días.
El futuro crecimiento de cualquier empresa, sin importar la industria, va de la mano de abrazar tecnologías que ayuden a tomas de decisiones más rá- pidas, a controles de gestión, a reducción de costos, a llegar a los clientes por distintos canales digitales, a analizar el comportamiento de consumo, a comunicar de manera más efectiva, a anticiparse, etc.
En este mundo muy ágil, dinámico y de rápida evolución, es donde la mujer es necesaria, y estoy convencida de que puede ser un factor crítico de éxito en el desarrollo de la tecnología. Las habilidades propias de las mujeres a la hora de enfrentar cambios y convertirse en agentes de cambio, su gran capacidad para resolver problemas, su facilidad de adaptación a un ambiente de incertidumbre, su facultad de ser multitarea, hoy las posiciona con una ventaja competitiva increíble cuando una empresa piensa en un proceso de transformación tecnológica. Hay cada día más empresas que proyectan sus transformaciones organizacionales con una mujer liderando el cambio.
Si bien la estadística descriptiva nos dice que solo hay un 30% de mujeres en tecnología versus un 70% de hombres, es nuestra responsabilidad como mujeres, y sobre todo las que ocupamos roles de liderazgo, dar visibilidad de que si bien la brecha aún es grande, cada día somos más mujeres en esta industria. Y que hay muchos casos de éxito, como, por ejemplo, que el 63% de las startups creadas por mujeres superan a las de los hombres en crecimiento de valor de mercado.
Es nuestra responsabilidad acortar esa brecha y ser las llamadas a crear un ecosistema que fomente cada día más la inclusión de las mujeres como un potente acelerador del proceso de innovación. Biológicamente, los cerebros de los hombres y de las mujeres son distintos y la incorporación de las diferencias acelera los procesos creativos, por lo que como mujeres, somos las primeras llamadas a impulsar esas diferencias. Tenemos una oportunidad única para que la diferencia de género sea el trampolín para la integración de la tecnología tradicional, más de hardware, más binaria, más masculina en su génesis, con el nuevo estilo de tecnología que se relaciona con un mundo híbrido de multiplataformas, la capacidad de manejar altos volúmenes de información, la analítica, los flujos de procesos más interrelacionados al negocio que se asocian más a lo femenino. Mujeres empoderadas De cara al futuro, mi invitación personal a todas las mujeres que hoy están en esta industria, cualquiera sea su rol actual, es que se atrevan a ser visibles, a que se empoderen cada día más, destacando las habilidades propias del gé- nero más que tratar de igualarse a lo masculino, dejando atrás prejuicios, y que destaquen potenciando su parte creativa, forjando su carácter y su determinación a la hora de tomar decisiones importantes, utilizando nuestra alta capacidad de comunicación para proponer puntos de vista distintos, teniendo confianza en que lo que planteamos será bien recibido, y sobre todo siendo responsables de nuestro propio crecimiento profesional y personal, comprometiéndonos a aprender y desafiarnos permanentemente.
Conociéndote a ti misma y teniendo claro qué metas quieres lograr, es el primer paso para crecer, el siguiente paso es comunicar a tu entorno para encontrar el apoyo necesario para avanzar. Confianza en que lo puedes lograr y fuerza para no desfallecer ante el primer obstáculo deben ser tus herramientas diarias para seguir avanzando. Y por último, hacerte cargo (el mejor concepto que lo describe está en inglés y es “being accountable”) de lograr los resultados esperados.
Sí se puede y sí es posible crecer y desarrollarse profesionalmente sin dejar de ser mujer, solo tienes que tomar conciencia de que lo quieres hacer, visualizarlo y trabajar con responsabilidad, fuerza y resiliencia en lograrlo y si es necesario desaprendiendo para volver a aprender. |