Hoy en día, para comunicarse con sucursales o clientes fuera de su espacio geográfico, muchas organizaciones todavía dependen de los sistemas de colaboración basados en voz o texto, los que pueden resultar poco eficientes. Sin embargo, ya han pasado los tiempos cuando la videoconferencia era un negocio restringido casi a grandes empresas, pues el aumento de los anchos de banda disponibles para empresas (y usuarios finales) y la masificación de cámaras de alta resolución, han permitido que la videocolaboración llegue a organizaciones de todos los tamaños y segmentos.

Por ello, se espera que en los próximos años continúe creciendo el amplio mercado de la videocolaboración, que abarca una amplia gama de tecnologías, desde sistemas convencionales, basados en hardware como pantallas y cámaras, hasta soluciones basadas en software, configuradas como apps para smartphones, tablets y PCs. Estas plataformas de colaboración vía video permiten a las empresas migrar con mayor velocidad y seguridad al teletrabajo, modalidad de trabajo altamente deseada por los chilenos. Según la última edición del Workmonitor, estudio de tendencias de Randstad, consultora multinacional de Recursos Humanos, 74% de los chilenos sostiene que le gustaría trabajar desde su casa u otro lugar, pero que su compañía no se lo permite. Con este porcentaje, Chile obtiene el segundo lugar en el ranking mundial, luego de Grecia (75%), empatado con Singapur (74%) y por sobre el promedio mundial (64%).

Al respecto, Natalia Zúñiga, Gerente de Marketing de Randstad, señala que “este escenario confirma que las compañías, tanto nacionales como multinacionales, deberán modificar su forma de visualizar el empleo y reestructurar su parrilla de beneficios, ya que si esto es valioso para gran parte de la población laboralmente activa, resulta esencial buscar fórmulas para poder ir avanzando hacia una estructura de trabajo menos convencional, en la cual prime el cumplimiento por objetivos por sobre las horas que la persona esté en la oficina. En este sentido, ‘la nube’ está siendo la mejor opción para las empresas que han decidido dar los primeros pasos en el trabajo a distancia, facilitando herramientas para poder conectarse a reuniones por video conferencias y reportar en plataformas sin necesidad de estar en la oficina”.

De hecho, como recuerda Felipe Stutz, Director de Soluciones para América Latina de Orange Business Services, se introdujo en agosto pasado un proyecto de ley para impulsar el teletrabajo en Chile. “Se trata de modernizarse y adaptarse a las demandas de los trabajadores, según las propias palabras del Presidente Sebastián Piñera”, asevera el ejecutivo.

Para lograr una implementación exitosa de esta modalidad de trabajo y lograr incentivar una cultura de la colaboración, Stutz destaca el papel que juega la tecnología. “Es fundamental permitir que los empleados tengan una experiencia de trabajo colaborativo tal cual tendrían en la oficina. Para esto necesitan plataformas de colaboración donde sea posible la integración de equipos de manera simple, o utilizar espacios de trabajo colaborativos a través de sus dispositivos móviles donde puedan compartir ideas formando equipos de trabajo virtuales. Esto permite incluso expandir las fronteras de las oficinas y contar con expertos de otras ciudades o países”, afirma.

De acuerdo a diferentes proveedores de esta clase de soluciones, la colaboración con trabajadores remotos por medio de video, resulta natural, permitiendo que cada reunión o conversación remota sea productiva y eficiente, agilizando procesos de trabajo al incorporar de manera sencilla y veloz a todos los actores involucrados. Asimismo, ayuda a reducir los costos de viaje a medida que disminuyen las necesidades de reuniones presenciales.

No obstante, uno de los beneficios más destacados de estas soluciones es la creación de conexiones más profundas y significativas con los clientes y partners al hablar con ellos “cara a cara” con mayor frecuencia, personalizando las relaciones más allá de un email y abriendo la puerta a nuevas oportunidades de negocio.

Además, en una videoconferencia, y a diferencia de las reuniones basadas en solo audio, los participantes se mantienen “concentrados”. En muchas ocasiones, al no ser vistos por el resto, un participante en una conferencia telefó- nica puede usar el tiempo de la conversación para chequear su email, navegar por la web, etc. En cambio, con la video colaboración, se genera un mayor compromiso y cercanía entre los partícipes.

En el ámbito de entrenamiento y capacitación de colaboradores, las grandes organizaciones y empresas reconocen el valor del video, y rápidamente están migrando a sistemas de video colaboración. Con estas plataformas, no se pierde la interacción que ofrece la presencia “en vivo” de un instructor, pero sí se reducen los costos asociados a estas capacitaciones, como viajes, catering o arriendo de salones. Además, muchos trabajadores aprovechan mejor el entrenamiento al estar siempre en instalaciones familiares (aunque es necesario que dediquen un tiempo exclusivamente a las sesiones de entrenamiento).

En definitiva, las plataformas de video colaboración pueden ofrecer una atractiva oportunidad de negocios para el canal, el que puede aprovechar la versatilidad de estos sistemas para brindar soluciones a diversos clientes, o especializarse e integrar una solución propia, orientada a un mercado vertical. La puerta está abierta y los negocios están esperando.