Sigfrido Castillo.

¿De qué manera ha evolucionado el mercado de servidores?
El servidor como tal ya no es tan importante para el cliente. Hoy interesa el cómputo y el dato, cómo se obtiene y cómo se procesa. Lo que actualmente se necesita es que “al girar la perilla, salga agua potable”, pero no es importante conocer qué hay detrás: ni de dónde proviene, ni cómo se purificó ni cuáles son los pasos en este proceso. Hoy para el cliente, es importante la razón de la compra y esta siempre es un proceso de negocios que termina definiendo qué es lo que se necesita adquirir, y más aún, la forma en que se quiere usar. De esta manera, vemos que el mercado de servidores ya no se define por las características técnicas de la máquina en sí, sino que se expande en la medida en que las empresas definen el “para qué” lo quieren.

¿Cuáles son los procesos que más impulsan la demanda? ¿El análisis de datos, por ejemplo?
El análisis de datos en nuestro país es aún muy incipiente, aunque sectores como el comercio y la publicidad llevan mucha ventaja en big data y analítica, por la naturaleza de su negocio; pero hoy hay mucha información que no se gestiona. Nosotros como institución, tenemos acceso a muchas tendencias: qué marcas se venden, para qué se está usando, a qué hora compran las mujeres, qué compran más los hombres... y todo eso sin tocar el dato propio del cliente. Esa analítica está creciendo debido a que ya se está empezando a entender el valor del dato más allá del servidor que lo sustente. Ahora bien, tampoco se trata de solo tener el dato: es importante tenerlo en forma oportuna, en el tiempo preciso y debidamente protegido, porque es la información con la que se estudia o se hacen negocios.

¿Tecnologías como virtualización o cloud cambiaron el enfoque de este negocio?
La virtualización vino a fortalecer el uso eficiente de las capacidades de los servidores, ya que permite obtener ventaja de una potencia desaprovechada en beneficio del negocio. Inicialmente partió como demos, laboratorios, pruebas, ambientes de QA; luego pasó a ambiente de producción y hoy ya tenemos la virtualización inmersa en el proceso productivo mismo.

Por su parte, la nube le saca un problema de encima a los clientes. Si tienen una exportadora de fruta, su nicho es agrí- cola, entonces no deben estar preocupados de la tecnología, de licencias, de si el almacenamiento es suficiente o si la máquina falló. Hoy el servidor no debería ser problema para el dueño de un negocio no tecnológico; por eso de lo que menos hablamos es de servidores, pues lo que realmente interesa es que, por ejemplo, la boleta salga cuando se apriete el botón. Todo esto está apalancado en servidores, en la capacidad de procesamiento, en máquinas de virtualización, pero, finalmente, sobre todo eso está el dato y su procesamiento.

Adicionalmente, al no tener la infraestructura como cliente, el conocer dónde está el dato tampoco es relevante. Lo que interesa es accederlo y que esté protegido. Hoy el dato puede estar en cualquier ubicación y en más de una. Intesis, como una empresa del Grupo Gtd, cuenta con tres datacenters en Chile y dos en el extranjero, con lo que damos a nuestros clientes la seguridad de que sus datos están correctamente resguardados y que puede acceder a ellos en un muy buen tiempo, sin percibir la ubicación geográfica en la que se encuentra.

¿Facilita la nube el acceso de las Pymes a la tecnología?
En términos generales, las Pymes son organizaciones pequeñas donde las decisiones pasan por un líder que no necesariamente conoce todo lo que es tecnológicamente adecuado para su negocio y que está disponible. Por otra parte, también hay un tema económico. Si necesita mejorar su capacidad de procesamiento, eventualmente hay que hacer una inversión de miles de dólares, pero los recursos son siempre limitados. Luego está la posibilidad de partir con menos, pero para ello es también necesario contar con una sala con clima, humedad, energía trifásica y enlaces. Y hasta ahí aún no se ha comprado ningún servidor.

Con las tecnologías cloud es posible enfocar el proyecto desde otra forma: la empresa necesita cierta capacidad de procesamiento, no tiene sala pero tiene Internet, y la nube está ahí, entonces, es posible comprar un servidor a su medida, accesible desde cualquier lugar. Así, además de eliminar la barrera del costo inicial, cambia toda la inversión de proyecto de Capex a Opex, con lo que, en vez de hacer una inversión inicial considerable, solo se paga una cuenta por uso, como la de servicios básicos.

Adicionalmente, la nube permite aumentar las capacidades tecnológicas en la medida en que se necesita. Por ejemplo, en el sector de educación, marzo exige una demanda muy superior a la de otros meses en cuanto a recursos tecnológicos, y la nube permite aumentar y disminuir el uso y el pago de manera flexible, en línea, y de acuerdo con los ciclos y las etapas del negocio en que sea necesaria una mayor demanda. Esa flexibilidad permite que la tecnología ya no sea restrictiva para las empresas de menor tamaño, que no siempre tienen recursos económicos para una inversión potente. La nube ha hecho que el acceso al cómputo sea mucho más democrático.

¿Qué se debe considerar al momento de seleccionar un proveedor?
El principal diferencial es la experiencia de servicio. Si el cliente está totalmente claro de lo que necesita como hardware, y existen casos, se podría hacer una “lista de supermercado” e ir a cualquier proveedor y decir “súrtame la lista”. Pero, en general, el dueño está preocupado de su negocio, por lo que contar con una asesoría profesional y experta gana relevancia. Un cliente puede cotizar una librería, dos servidores, un storage y un switch para armar una solución de respaldo, pero a lo mejor lo que necesita no es eso, y quien es capaz de entenderlo es un consultor tecnológico, quien debe contar con los conocimientos técnicos y de negocios necesarios para analizar el problema del cliente, y ver qué piezas van acomodándose para armar una solución. La experiencia de servicio no termina en la firma del contrato, y el acompañar al cliente también es valorado.

Cuando un cliente llama al proveedor, nunca llama para saludarlo o saber cómo está, siempre es por una necesidad. Se puede tener la mejor tecnología, la mejor infraestructura, sin embargo, el servicio pasa siempre por una persona. Ciertamente, todo servicio va inmerso en un marco transaccional: puedo comprar X y el proveedor me entrega X, y eso es lo justo. Pero si compré 10 servidores, y eventualmente hay una urgencia, el cliente valora el acompañamiento. El estar cerca de su negocio es un tremendo valor agregado.

¿Qué se puede esperar del mercado de servidores para este año?
Los servidores van a continuar existiendo y consumiéndose, en sus distintas capacidades y potencias, pero el foco es seguir dando servicios. Los márgenes son cada vez menores, por eso vender máquina por máquina ya no es en lo absoluto rentable. Hoy el foco es el dato y no el dato en crudo, sino que con una capacidad analítica que otorgue valor y que además esté siempre disponible, que sea confiable, robusto y que esté protegido.

Asimismo, el tema de propiedad intelectual del dato ganará relevancia. El dato es de propiedad de la empresa y eso es necesario salvaguardarlo. El dato para el cliente es su dato, es la información sobre la que hará crecer su negocio y para el proveedor es una herramienta.