En 2014, la producción global de paneles LCD UHD para uso profesional superó las 145.000 unidades (fuente: IHS), sobrepasando por lejos las 21.000 unidades de 2013. Con estos números y su consecuente crecimiento acelerado en los años siguientes, se espera para 2018 que la producción mundial supere los 656.000 paneles.

Para los menos entendidos, el hecho de que un panel se considere como UHD o 4K se debe a que, en la práctica, cuenta con cuatro veces la resolución de un panel FullHD o 1080p. La principal ventaja de adoptar esta nueva tecnología es que a menor distancia, la experiencia visual será aún más llamativa al contar con mayor cantidad de pixeles en el mismo espacio que ocupaba una resolución FHD. Es decir, estando más cerca de la imagen, es muy poco probable que se puedan percibir los pixeles que componen a la misma, cosa que sí puede suceder en un contenido FHD.

Si a lo anterior se agregan desarrollos complementarios de ciertos fabricantes, como el uso de High Dynamic Range (o HDR, Alto Contraste Dinámico), tecnología que genera mayor diferencia entre las zonas más claras y más obscuras de la imagen (más acorde a como visualiza el ojo humano), definitivamente el contenido tendrá mayores posibilidades de ser incluso más atractivo para los usuarios.

Todas las piezas en su lugar

Como siempre se dice que “el contenido es el rey”, bajo ese punto de vista habría que considerar que “la plataforma tecnológica es la reina” y que finalmente es ella quien lleva los pantalones. Esto se explica de una forma muy sencilla: Si bien el mercado demanda y genera contenidos en UHD de altísima calidad, cualquier mala decisión tomada por el integrador que afecte la cadena de distribución de la imagen (reproducción de video, display, cableado, manejo de la señal, etc.) podría causar que toda la inversión en contenidos y equipamiento, se transforme en una gran decepción al momento de ver el resultado final. En este sentido, hay una tarea pendiente para todos los actores de la industria, tanto fabricantes como integradores, pues todos somos responsables de preocuparnos y estudiar las mejores prácticas de implementación para que la experiencia visual sea la óptima.

Retomando la arista del contenido y aterrizando al mercado real, es muy probable que un cliente quien ya cuenta con una red de cartelería digital en Alta Definición, no quiera o no tenga presupuesto para generar dos veces el mismo material en FHD y en UHD. En ese caso, la mejor práctica es hacer un downscaling, es decir, generar el contenido en Ultra HD con 4096 x 2160 pixeles, a 60 cuadros por segundo, para luego usar ese mismo contenido y re escalarlo a 1920 x 1080 pixeles. Una de las grandes ventajas de generar el contenido nativo en UHD es justamente la versatilidad del manejo posterior del mismo.

Una de las grandes claves de la Cartelería Digital es la inmediatez en el mensaje que se produce al tener todos los dispositivos en línea y administrados en forma centralizada. Aquí es donde también hay un punto a considerar al momento de dimensionar una red de Digital Signage UHD: A mayor resolución, mayor información o tráfico de datos. De todas formas, la conectividad y velocidades de tráfico disponibles aumentan día a día, pero este factor no es despreciable al momento de calcular realmente el costo total de inversión de un proyecto.

Hablando del final de la cadena de visualización (es decir, el display a utilizar), existen actualmente tres tecnologías capaces de reproducir contenido en UHD: displays LCD, displays LED y proyectores. En cuanto a los paneles LCD, ya es posible encontrar modelos profesionales que van desde las 43” hasta las 98”, sumando a eso que existen fabricantes que son capaces de procesar contenido UHD en sus tarjetas de imagen de sus videowalls, pudiendo llegar a formatos aún más grandes o de formas irregulares.

En tecnología LED (Light Emitting Diode), debido a su capacidad modular, los formatos y tamaños son prácticamente tan infinitos como sea el requerimiento. Por ejemplo, a medida de que los fabricantes son capaces de reducir día a día la distancia entre los diodos (pitch), hoy es posible contar con un display LED en UHD de 5,76 m de ancho x 3,24 m de alto, utilizando módulos con separación entre diodos de 1,5 mm. Con respecto a los proyectores, hay distintas alternativas para resoluciones UHD, dependiendo del requerimiento de horas de uso (para funcionamiento continuo, DLP), necesidades de reproducción de color precisas (3LCD Projection) y para disminuir las necesidades de mantención (Laser Projection).

Conclusión

Ya no es novedad que cualquier mensaje que se quiera transmitir llega mejor al receptor mientras más sentidos sea capaz de estimular. Ciertamente el sentido visual es clave en este aspecto, principalmente porque en la medida que la industria de la cartelería digital crece a pasos agigantados día a día, el consumidor final se torna cada vez más exigente, siendo más difícil el captar su atención. Afortunadamente, la masividad de la tecnología ha permitido la democratización de la misma, acercando a todos los actores de la industria a entregar al mercado mayores y mejores experiencias de la mano de la Ultra Alta Definición.

Una buena implementación en torno a resoluciones UHD, puede ser la llave para que el mensaje llegue de la mejor manera y para que nuestros clientes se puedan parar un paso más adelante de sus competidores. Ahora, solo nos queda a todos los participantes asumir este desafío como corresponde, sin dejar de lado ninguna pieza del puzzle, con responsabilidad y profesionalismo.