La tecnología llegó al mercado de la seguridad y lo hizo intensamente. Reemplazó las tradicionales cámaras de seguridad de los CCTV por sistemas de videovigilancia que pueden ser monitoreados a través de cualquier dispositivo conectado a Internet, desde todo punto y en cualquier parte del mundo. Por eso, hoy la seguridad es electrónica. La tecnología está potenciando la oferta de seguridad en todo tipo de instalaciones y el canal está tomando esa oportunidad de negocios, cada vez más.

En un sistema de seguridad electrónica, las cámaras de videovigilancia son parte de un sistema integrado compuesto además por monitores especializados, equipos de respaldo de energía que permitan la operación continua -aun en caso de corte del suministro eléctrico- y almacenamiento y respaldo de las imá- genes captadas.

Algunos ejemplos de fabricantes que cuentan con una oferta especialmente desarrollada para este mercado son LG, a través de su línea de monitores para videovigilancia -LG Information Display-, y Western Digital, con sus sistemas de almacenamiento WD Purple, disponibles para el canal a través de Intcomex e Ingram Micro, y Sandisk, con tarjetas microSD para cámaras de seguridad portátiles y cámaras de seguridad domésticas, distribuidas al mercado por Distecna e Intcomex.

Para Patricio Soto, Gerente de Telecomunicaciones en IDC Chile, la evolución del mercado de la videovigilancia ha sido históricamente más lenta en comparación con otras tecnologías (como los smartphones o IoT), pero se ha acelerado en los últimos cuatro años, básicamente debido al desarrollo de las cámaras IP, que pueden conectarse desde cualquier punto. “A esto se suma el factor de la conectividad. La implementación de las redes 3G y 4G ha hecho que la videovigilancia se desarrollara rápido y hoy en día permita tener una amplia gama de soluciones de monitoreo desde muchos dispositivos, como el computador o el teléfono móvil, con soluciones que activan la cámara respecto de un movimiento o de un cambio de temperatura”, explica.

La demanda mundial de sistemas de videovigilancia nunca fue mayor a la actual, creciendo a nivel de gobierno, retail, industria y empresas de servicio de todo tipo, junto a las áreas de salud, educación y hogar. Ningún área del mercado puede prescindir de sistemas de videovigilancia, porque su uso es vital para garantizar la seguridad de las personas y los bienes.

Un estudio reciente de MarketsandMarkets analizó la proyección del mercado de la videovigilancia a nivel de proveedores y vendors, relevando que para 2020, se espera llegar a un mercado de más de 18 mil millones de dólares, equivalente a un crecimiento superior al 22% año a año, considerando los resultados desde 2015 en adelante. De acuerdo con el informe, se prevé que América del Norte sea el mercado que más crezca (hasta 38,6% en 2020), y que Oriente Medio y África, seguido por Asia y la región Pacífico proyectan grandes oportunidades y crecimiento.

Una de las grandes áreas que concentra la demanda por sistemas de videovigilancia son los gobiernos de los distintos países. De hecho, la investigación de MarketsandMarkets indica que los gobiernos están imponiendo  normas que les permitan almacenar este tipo de información captadas por las cámaras de videovigilancia.

En Chile, la demanda por sistemas de videovigilancia es incremental. De acuerdo a Patricio Soto, hoy existe una amplia gama de soluciones de videovigilancia que permiten tener bastante control sobre los activos y espacios a proteger.

Las municipalidades y sus áreas de seguridad ciudadana son el reflejo más fiel de la necesidad creciente de proteger a las personas a través del monitoreo constante de los espacios públicos. Gran parte de los municipios cuenta con sistemas de videovigilancia y todos están pensando en seguir invirtiendo en esta tecnología.

Para Raúl Torrealba, Alcalde de Vitacura, la importancia de la videovigilancia en los sistemas de seguridad de la municipalidad es vital. “La videovigilancia es esencial en el nuevo quehacer de la seguridad ciudadana, ya que se transforma en un excelente medio de prueba para la persecución penal de los delitos, de la naturaleza que sean, tanto para policías y fiscalía, con quienes trabajamos coordinados para estos fines. Además, son los ojos de la autoridad en la comuna en sectores clave, y permiten realizar una rápida inspección y visualización de los hechos rutinarios que nos afectan en lo cotidiano”, asegura. La Municipalidad está implementando esta tecnología desde 2003 y, como explica Raúl Torrealba, fue creciendo de manera paulatina, según la demanda y los diagnósticos internos de seguridad. Esto, fundamentalmente porque los sistemas permiten visualizar personas a 500 mt y registrar PPU (Placa Patente Única) a 100 m de distancia, de manera muy efectiva.  

Para el alcalde de Vitacura los beneficios más importantes que han percibido, luego de implementados estos sistemas, son el aumento de la seguridad, la disminución progresiva de los delitos y la posibilidad de contar con un excelente medio de prueba. “Son los mejores beneficios directos que pudiésemos esperar. A ello se suma la mayor sensación de seguridad de los propios vecinos y usuarios de la comuna, cuando experimentan estas nuevas incorporaciones tecnológicas”, recalca.

Diez  millones por punto de cámara de vigilancia es aproximadamente la inversión que la Municipalidad de Vitacura ha hecho en esta tecnología. Actualmente disponen de 57 puntos operativos, a lo que se suma el pago mensual por la mantención de cada punto en operación. Para lo que queda del presente año y comienzos del próximo, Raúl Torrealba señala que la Municipalidad incorporará un total de 49 nuevos puntos, lo que representa un incremento del 86% en menos de seis meses.

Ejemplos como este evidencian el crecimiento que está experimentando la seguridad electrónica y su proyección a futuro. Para el experto de IDC, la proyección del desarrollo del mercado de videovigilancia se relaciona también con el desarrollo del Internet de las Cosas (IoT), la consolidación de los conceptos de smart cities y también en el ámbito de safe city. 

Queda un mercado grande por desarrollar, con proyecciones de crecimiento importantes en soluciones integradas de hardware, software y servicios; áreas que el canal conoce y en las que es experto por naturaleza.