Felipe Villarroel.

En la Universidad aprendemos la base de nuestros conocimientos profesionales, pero la práctica es la que nos define. Y probablemente si usted se ha lanzado hace poco, o bien no tiene demasiada experiencia, puede intentar mirar ejemplos donde sea. ¿Las películas? Claro que sí. A continuación, algunos ejemplos de grandes lecciones de negocios, marketing y liderazgo, que podemos ver en la pantalla grande.

1. El Padrino (1972)
De este clásico de Francis Ford Coppola hay dos lecciones del tamaño de una catedral. «Mantén a tus amigos cerca, pero a tus enemigos más cerca aún», le decía Vito Corleone a su hijo Michael. Y en la vida real quizá no tengamos enemigos, pero ¿qué hay de los competidores? Mantener a los competidores “cerca” -saber de ellos, visitarlos frecuentemente, revisar sus precios, analizar su modelo de negocios y encontrar cosas en las que nos podamos inspirar, es siempre una buena política. Y con competidores grandes y pequeños. Muchas veces pretendemos inventar la rueda y solo se necesita hacer pequeños ajustes para que todo marche bien.

La segunda lección: Aprender de los errores. Incluso con su hijo Sonny siendo acribillado por la competencia, Vito tuvo que admitir la pérdida y seguir adelante. Pero no solo eso: también aprendió de sus errores. Vio quiénes eran confiables, quiénes no, e hizo cambios en su organización. Usted no tiene prohibido equivocarse, es más, incluso es provechoso si sabe aprender de sus errores y mejorar. No le tema a equivocarse.

Kill Bill: Vol. 1 (2003)
Encuentre el entrenamiento correcto para ponerse en la cima de su negocio. En este clásico moderno de Quentin Tarantino, el personaje de La Novia busca venganza del grupo que destruyó su boda. Si bien la venganza no es precisamente el motivo para emprender un negocio, el personaje de la mujer nos muestra que con el entrenamiento adecuado se pueden lograr grandes cosas. Busque a un buen entrenador, vea si sus empleados tienen la motivación para aprender nuevas habilidades e invierta en ellos. Le aseguro que es dinero bien gastado.

Star Wars (1977)
En particular dos personajes nos enseñan aquí grandes lecciones. Primero, C3PO. ¿Recuerdan al androide traductor dorado? Bueno, este androide conoce 6 millones de idiomas galácticos. Pues bien, no es necesario que aprenda nuevos idiomas, pero piense en que necesita entregar cosas que signifiquen algo a sus clientes. Vale decir, no importa lo variopinto que ellos sean, todos tienen necesidades que necesitan ser resueltas. Y vuélvase relevante igual que C3PO: use sitios que generen contenido, por ejemplo, para comunicarse con sus clientes finales y entregarles lo que están pidiendo.

Otro ejemplo valiosísimo es el de Chewbacca. ¿Se fijó lo leal que es Chewie a Han Solo? Eso no es gratuito.Si lo piensa, la única forma en que Han Solo logró esta relación con Chewie fue comunicándose con él y conformando una relación genuina, de mutua confianza. De la misma forma usted necesita generar esa relación con sus clientes; si el vínculo con ellos es genuino, volverán a comprarle.

Star Trek (1966)
De la clásica serie de ciencia ficción que ha llenado series de TV, libros, películas y cuanto merchandising se puede imaginar, quiero rescatar dos valiosas lecciones. Primero, tenga consejeros con diferentes opiniones del mundo. ¿Recuerda al Capitán Kirk? Él tenía dos consejeros: el Doctor McCoy y el Señor Spock. Ambos ofrecían puntos de vista y visiones diametralmente opuestas, las que entregaban al capitán y él luego decidía. En su negocio usted necesita puntos de vista diferentes, donde pueda cubrir todas las bases para tomar las mejores decisiones. Si necesita implementar un plan de marketing, o un sistema nuevo de trabajo, las opiniones diversas le ayudarán a ver el panorama completo.

Segundo, siempre esté dispuesto a volar en pedazos el Enterprise. Sí, en Star Trek el Capitán Kirk llegó a un punto en que se dio cuenta que para seguir adelante su vieja y querida nave debía ser sacrificada. Por eso, no hay que temerle al cambio.

Muchas veces tenemos formas de hacer las cosas, paradigmas o bien políticas, que cuando se analizan solo se concluye que «siempre se ha hecho así», lo que es una terrible razón para seguir haciéndolo. Transforme las cosas, mueva el piso y no tenga miedo de desechar métodos que ya no estén dando resultados. El cambio siempre es bueno, para mejor y mantenerse en proceso de cambio; es un gran plus para su negocio.

Como ve, muchas lecciones pueden provenir de los lugares más insospechados. Así que abra bien los ojos, desarrolle un juicio crítico y nunca de nada por sentado. Su negocio y su inversión darán frutos si sabe ver lo necesario en todas partes. Nunca se canse de aprender, es quizás la mejor lección que podemos aprender y enseñar.