Por Marcelo Sales, CTO Hitachi Data Systems LATAM.
Para el consumidor final de automóviles, pensar en “autopartes” es prácticamente irreal. Si bien algunas marcas han logrado llamar la atención de los prosumers (consumidores comprometidos en la coproducción de productos), para que elijan y personalicen sus automóviles a partir de piezas predeterminadas, nadie piensa en comprar un motor, las ruedas y los sistemas de freno para llevarse todo a casa, desarmado, y empezar a probar si funciona.
Con otras industrias, como la de la tecnología de la información, es un poco diferente. Todavía mucha gente prefiere arriesgar y comprar piezas separadas, de proveedores diferentes, y ver qué pasa. Consideran que así “no se vuelven dependientes o rehenes de una única empresa”. Observo esto constantemente, incluso en las grandes compañías multinacionales, dirigidas por especialistas del mercado; y creo que, en cierta forma, la cuestión de la no dependencia es relevante, pero hay otras variables.
El cuidado que hay que tener al elegir nuevas soluciones tecnológicas consiste en garantizar que haya una estrategia de largo plazo para la gestión, migración y adaptación a las nuevas demandas y tecnologías. Con la expansión explosiva de los datos, no se puede ser dependiente -eso es verdad- pero tampoco quedar con una infraestructura fragmentada.
Por eso la convergencia es fundamental. Los diferentes componentes de distintos proveedores exigen tiempo y costo de integración, implementación y administración, dificultando el soporte de TI. Por lo tanto, para enfrentar este problema es necesario contar con arquitecturas aprobadas, que ofrezcan componentes pre-integrados, o todos los que usted necesita, con el mejor desempeño. Estas arquitecturas, basadas en tecnologías abiertas, contienen aplicaciones que facilitan la administración de las cargas de trabajo en diversos entornos, virtualizados y no virtualizados. Integran capacidad computacional, conectividad y almacenamiento para un propósito específico: base de datos, virtualización, correo electrónico, lo que ya es un alivio.
Pero hay otras ventajas de la adaptación de sistemas convergentes, como automatización completa y soporte simplificado. En mi opinión, estas son las 5 ventajas de las arquitecturas convergentes:
1) Reducción de la complejidad. Al eliminar las arquitecturas en silos, el área de TI puede realizar y finalizar pruebas completas en un tiempo mínimo, para garantizar que el desempeño de las aplicaciones satisfaga los requisitos de los negocios.
2) Desempeño optimizado. Como estas arquitecturas están pre-configuradas, firmemente integradas y listas para usar, automatizan las tareas de administración.
3) Servicio de soporte mucho más eficaz para clientes internos y externos. Ya hemos comprobado que reemplazar las tecnologías en silos por una infraestructura convergente garantiza un aumento de hasta el 30% en la automatización y reducción de los costos operativos.
4) Soporte a los centros de datos y automatización extensiva por medio de la creación de entornos centralizados y optimizados para las aplicaciones. Es posible configurar e implementar fácilmente las soluciones de acuerdo a los requerimientos específicos de las organizaciones. Al final de cuentas, cuanto menor sea la cantidad de actividades manuales que exigen tiempo y que podrían generar errores por parte del departamento de TI, mejor.
5) Capacidad de operar en nube. Las soluciones convergentes disponibles hoy en el mercado proveen, inclusive, una base flexible que se puede dimensionar fácilmente para la computación en nube.