Samuel Urbina.

En Latinoamérica, el proyecto Enciclomedia creado por el gobierno mexicano abrió las puertas a la integración de tecnologías en el aula. Su objetivo fue instalar e integrar 135.000 aulas interactivas, con la finalidad de desarrollar las competencias básicas y conocimientos necesarios para hacer de la tecnología una herramienta favorable en el desarrollo de los alumnos y lograr una integración equitativa con una sociedad tecnológica.

Luego de este precedente, en 2008 la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, Unesco, se pronunció oficialmente sobre los estándares de competencias en Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) para docentes, señalando que “para vivir, aprender y trabajar con éxito en una sociedad cada vez más compleja, rica en información y basada en el conocimiento, los estudiantes y los docentes deben utilizar la tecnología digital con eficacia”.

El organismo afirmó que en un contexto educativo sólido, las TIC pueden ayudar a los estudiantes a adquirir las capacidades necesarias para llegar a ser competentes para utilizar estas tecnologías; buscadores, analizadores y evaluadores de información; solucionadores de problemas y tomadores de decisiones; usuarios creativos y eficaces de herramientas de productividad; comunicadores, colaboradores, publicadores y productores; y ciudadanos informados, responsables y capaces de contribuir a la sociedad.

La invitación es a integrar tecnología que permita trabajar con proyectores interactivos, logrando en el proceso enseñanza- aprendizaje más interés, motivación, clases atractivas, acceso a múltiples recursos educativos y entornos de aprendizaje dinámicos, evaluación y autoevaluación, apoyo a educación especial, trabajo colaborativo y en equipo, aprendizaje a través de simulaciones y entornos tecnológicos en 3D, múltiples fuentes y herramientas educativas para el docente, creación y almacenamiento de clases en formatos digitales para evitar la degradación del material y permitir su enriquecimiento, liberar a los docentes de trabajo repetitivo, generar mayor contacto con los estudiantes, dar más facilidad de evaluación y control.

Los proyectores interactivos hoy son la herramienta ideal para la creación de aulas interactivas, porque permiten integrar y trabajar con herramientas TIC en el aula para fortalecer el proceso de enseñanza-aprendizaje.

Se trata de un mercado que está creciendo, que requiere y necesita de la asesoría de los expertos en tecnología como lo son los distribuidores, para ofrecer al usuario final soluciones integrales. Entre ellas, equipamiento tecnológico para aulas y recursos interactivos: proyector interactivo, equipo de cómputo, aplicaciones interactivas o educativas, instalación de la solución completa, capacitación continua en el uso y manejo de las herramientas, así como el uso e integración de TIC en el aula.

La forma ideal para presentar al cliente un proyector interactivo es demostrando los alcances que los docentes pueden lograr al interactuar con aplicaciones que muestren una clase interactiva con recursos tecnológicos, que le permitan lograr una mayor atención de los alumnos, dinámicas divertidas y, en consecuencia, una mayor retención de los temas expuestos en clase.

Es importante ofertar soluciones que no sean complejas o difíciles para su uso e integración en el aula, en otras palabras, equipos que no requieran un conocimiento tecnológico o especialización para su instalación, lo que es una gran ventaja para los distribuidores y docentes.

Algunos de los principales beneficios de los proyectores interactivos son:

• La portabilidad y fácil instalación -tema que la mayoría de los distribuidores maneja sin problema- versus un proyector clásico, al cual hay que agregar un kit para convertirlo en interactivo, tarea que consiste en fijar un tornillo al proyector e interconectar con el equipo de cómputo a través de un cable USB. La instalación del proyector interactivo, en cambio, toma solo minutos y no más de media hora en el caso de un distribuidor sin experiencia.

• No requiere el uso de pizarras interactivas. Una de las grandes diferencias de la instalación de una pizarra interactiva versus un proyector interactivo es la instalación de la pizarra es compleja por su volumen y tamaño, la calibración y puesta en marcha, además de la logística y movilidad, ya que el tamaño de una pizarra estándar es de entre 77 y 80 pulgadas; muy superior al de los proyectores y kits.

• Algunos proyectores interactivos permiten el control total del equipo de cómputo a través del dispositivo de contacto o del dedo de manera táctil, y la integración e interactividad con cualquier aplicación contenida en el equipo de cómputo.

¿Cómo definir el tipo de proyectores interactivos que requiere un colegio, instituto profesional o universidad? Los proyectores interactivos están diseñados para integrarse y trabajar de manera interactiva en cualquier grado educativo, desde preescolar hasta universidad; sin límites en el manejo, integración e interactividad del equipo. Sin embargo, los proyectores interactivos no son exclusivos del sector educativo, ya que pueden integrarse en salas de reuniones y de capacitación.

Para mantener a los clientes a través del tiempo, es importante que los distribuidores mantengan un servicio de pre y post venta permanente, capacitación continua y apoyo constante a los docentes para la integración de las herramientas interactivas en el aula.