Por Andrés Muñoz Peña, Magister e Ingeniero en Marketing. Docente Adjunto, Escuela de Administración y Negocios, DuocUC Sede Plaza Oeste.
Andrés Muñoz Peña.
En base a esta definición, surgen algunas dudas que debemos aclarar para potenciar el crecimiento y participación de nuestra empresa en el mercado. Algunas de ellas son: ¿realmente controlo la variable precio?, es decir, ¿fijo el precio en base a mis costos y estrategia empresarial, definida por mis propios objetivos de mercado? O, simplemente, ¿el precio es una variable controlada por el mercado, es decir, se define en base al precio promedio que tienen mis competidores? Si su respuesta es la segunda alternativa está frente a un problema, ya que las empresas que logran controlar esta variable como una herramienta estratégica se beneficiarán más que aquellas que dejan que el mercado defina su precio. Siga estos consejos prácticos y comience a controlar esta variable:
Trate de agregarle valor a su producto. Haga que los atributos visibles lo hagan codiciado, deseable y necesario. Recuerde que no podrá vender a todo el mercado, pero sí a su público objetivo. Para esto, debe definir muy bien su target.
No tenga dudas al fijar el precio. Si su producto tiene valor agregado, la gente lo necesita y si tiene atributos diferenciadores, se venderá de todas formas. El precio es solo una consecuencia del valor del producto. Nadie dejará de comprar lo que necesita si el precio es justo. ¡Cuidado! Si decidió vender a bajo precio porque tiene producción a escala o quiere vender grandes volúmenes, analice si es viable en el tiempo. Si el producto no es rentable, no lo venda a bajo precio ni a precio alto, simplemente, no lo venda.
Para fijar el precio tiene que tener en claro las diferencias entre los conceptos de costo, precio y valor:
El costo del producto o servicio es la cantidad de dinero que gasta en producirlo.
El precio es la recompensa económica que recibe por producir ese producto o servicio.
El valor es el nivel de satisfacción percibido por los clientes.
Finalmente ante la duda de subir o bajar los precios, tenga presente que:
Aumentar los precios puede mejorar la rentabilidad, aunque caiga el volumen de ventas.
Si sube los precios es muy recomendable avisar a sus clientes los motivos del alza.
Nunca tome la decisión de bajar los precios sin analizarlo detenidamente. Los precios bajos a menudo van de la mano con servicios de baja calidad. Pregúntese: ¿Esa es la imagen que desea dar a su negocio?
Concéntrese en conseguir ganancias y no en bajar los precios para tener más ventas.
La mayoría de las veces sus clientes decidieron comprar por los beneficios que su producto ofrece, ya que el precio es solo uno de los muchos criterios de decisión de un consumidor.