BITCOIN Ganando confianza en el mercado

En los últimos meses, la moneda virtual Bitcoin viene ganando popularidad alrededor del mundo. Cada vez más usuarios (y empresas) están adoptando esta divisa, aunque falta la confianza de la opinión pública para su adopción generalizada. En este artículo, algunos especialistas nos explican qué es el Bitcoin y sus características.

Mucho se está escuchando hablar de Bitcoin, la criptomoneda creada en 2009 y que sus “fans” esperan se convierta en un futuro cercano en el principal medio de pago electrónico. A pesar de que aún no es un medio de pago masivo, su uso está creciendo en medio de las interrogantes respecto a cuál será su evolución. Su principal característica es ser descentralizada, no depende de ningún ente o institución que la emita y respalde como las monedas tradicionales. Como señala Cristián López, Director Ejecutivo de la Asociación de Emprendedores de Chile, ASECH, “Bitcoin es una moneda electrónica que sirve para adquirir bienes y servicios, y no es controlada por ningún Estado, banco, institución financiera o empresa y su falsificación o duplicado es imposible, gracias a un sofisticado sistema criptográfico. Además, no hay intermediarios, dado que las transacciones se hacen directamente de persona a persona y son irreversibles”. En la práctica, “Bitcoin es una moneda virtual creada para operar de manera transversal y libre en cualquier parte del mundo. No tiene una representación real, como un billete, solo una virtual en un ‘libro digital’ donde se van registrando las transacciones y dominios del dinero. En concreto, el Bitcoin es un sistema de reglas para crear, transferir y transaccionar una representación virtual de un valor sin la necesidad de un organismo financiero central”, explica Jean Boudeguer, Gerente General de Cumplo. Pensando en el principio de escasez para otorgarle valor, como el oro, los creadores del algoritmo que “se mina” para generar la moneda, confirieron al mercado un stock limitado de Bitcoins. “La representación del Bitcoin se parece más al oro que al dólar: El oro es finito y es de quien lo descubra, mientras que el dólar se puede imprimir una cantidad infinita de veces si fuese necesario”, comenta Boudeguer. Los Bitcoins “se generan mediante un proceso de minería virtual. Esa palabra elegante, tiene bastante menos glamour cuando se explica: el usuario de un computador instala un software especial, gratuito y de código abierto, que utilizará la capacidad de cómputo del PC para realizar cálculos complejos con el fin de descifrar un algoritmo”, aclara Víctor Poma, Gerente de Desarrollo de Negocios de InvertirOnline, agregando que “cuanto más rápido alguien ayude a descifrar ese algoritmo, serán más las monedas virtuales de las que se hará acreedor. Por ello es que muchos ‘geeks’ entrelazan computadoras con el fin de formar un cerebro lo más grande posible para descifrar el algoritmo y recibir sustanciales cantidades de monedas virtuales”. Una vez obtenidas las monedas, existen numerosas aplicaciones que funcionan como billeteras virtuales. En algunos países industrializados, Bitcoin ha suscitado mucho interés, aunque su uso no es masivo, lo que no se debe a razones técnicas ni de seguridad. Como especifica Poma, “los riesgos de una moneda virtual como esta, no deben ser buscados en su faceta tecnológica, sino más bien en su rol de dinero. La fortaleza de una moneda no radica en si es emitida por un Banco Central o se encuentra físicamente maleable en un billete de papel moneda o similar. Una moneda, en esencia, es confianza y aceptación; es decir, la capacidad de ser utilizada para reflejar el valor de otros bienes y servicios en unidades de esa moneda o bien la capacidad de preservar riqueza mediante su acumulación”. En tanto, Boudeguer agrega que “técnicamente es una herramienta sólida, pero como muchas cosas, tiene elementos seguros y otros que no lo son. Dentro de los riesgos que se han visto, se encuentran, por ejemplo, la creación de servicios para guardar Bitcoins en la nube que han sido robados; o por el afán de tener más Bitcoins, se han creado virus o troyanos que usan computadores ajenos para minarlos. Esto, sumado a la volatilidad que ha tenido la moneda especialmente en estas últimas semanas, son algunos de los aspectos complejos a considerar”. Una volatilidad notable si pensamos que, en junio de 2013, el precio de un Bitcoin era cercano a los 75 euros, mientras que en noviembre pasado, superó el umbral de los US$1.000. Bitcoin en Chile En Chile, la adopción del Bitcoin está aún más retrasada, aunque no existan dificultades técnicas para su implementación, por ejemplo, en el retail. Como comenta López, “es un medio de pago relativamente nuevo, por lo que aún existe mucha desconfianza e incluso desconocimiento, especialmente en un país como el nuestro, que aún conserva bajos índices de alfabetización digital y acceso a Internet. Un paso clave en su difusión es la masificación del comercio electrónico en Chile y, en ese sentido, la Ley de Medios de Pago Electrónicos que firmó el Presidente hace un par de semanas será un primer paso”. Claramente, las barreras no son técnicas, sino sociales. “Esta moneda perfectamente puede implementarse en el retail chileno. No se trata de imposibilidades tecnológicas: instalar un carrito de e-commerce que permita recibir pagos en Bitcoins es tan sencillo como la implementación de servicios online de medios tan conocidos como MercadoPago o Dineromail. Las barreras son sociales, tal como alguna vez lo fue, e incluso todavía hoy, realizar compras o pagos online. Será necesaria una primera vez para definitivamente perder el miedo al proceso”, aclara Poma. Coincidiendo con lo anterior, Boudeguer comenta que “en la parte técnica se puede implementar sin problemas, ya que la compra y venta de Bitcoins se puede hacer desde cualquier parte del mundo. El problema que existe actualmente es que la volatilidad de esta moneda ha sido muy grande en el último año, lo que hace pensar que el beneficio que agrega no es tan grande hoy en día. Además, el espíritu del Bitcoin es que sobrepase las fronteras de los países, por lo que su uso está más por permitir a personas de cualquier parte del mundo consumir servicios pagando con esta moneda”. En este contexto, será el aumento de la confianza en su funcionamiento lo que ayudará al establecimiento definitivo de esta moneda virtual. “Sin duda, el simple paso del tiempo logrará que el escepticismo social que genera toda nueva innovación y dificulta su difusión, decaiga”, concluye Poma.