Actualmente el televisor es la pantalla que más tiempo utilizan los usuarios. Se estima que las personas dedican cerca de 45 minutos de uso en promedio, mientras que el celular sólo alcanza los tres.

Frente al gran atractivo que generan los televisores, no es de extrañar el rápido crecimiento que los smart TV han experimentado en el mercado. De acuerdo con Gartner, la producción mundial de televisores inteligentes pasará de 69 millones en 2012 a 198 millones en 2016, lo cual reafirma que dichos aparatos se están convirtiendo en un componente central entre todas las pantallas.

Un smart TV o televisor inteligente se define como un app market. Se diferencia de un televisor tradicional porque posee la capacidad de conectarse a Internet e integra un sistema operativo que posibilita acceder a múltiples contenidos, al igual que un smartphone con Android o iOS.

Hasta hace un tiempo, cada fabricante de televisores tenía su propio sistema operativo, lo cual era un dolor de cabeza para los desarrolladores de aplicaciones, pues debían ajustar sus productos a los requerimientos de cada marca. No obstante, a partir de 2012 LG, en conjunto con otras compañías, como Panasonic, Phillips y Toshiba, crearon la “Smart TV Alliance” con el propósito de estandarizar dispositivos y facilitar el trabajo de las empresas que generan aplicaciones y servicios.

Además de dicha ventaja, el establecimiento de una plataforma en común, favorece la interactividad con otros dispositivos, tornando más fácil traspasar películas y música entre una tablet o teléfono inteligente y el televisor, independientemente de la marca.


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El mundo de las “apps” es una fuente inagotable de contenidos y permite a los usuarios acceder, en el momento que lo deseen, a películas, series de televisión, videos, juegos, redes sociales y sitios web. En dicho sentido, una de las tendencias que más crecerá en los próximos dos años es la del “cloud gaming”, vale decir, la posibilidad de acceder a juegos en la nube, los cuales hasta ahora han estado reservados estrictamente para consolas como Wii o PlayStation. De hecho, ABI Research estima que el mercado de los videojuegos en la nube representará un crecimiento anual de US$29.000 millones en 2015, un 14,8% más respecto de los US$14.500 millones que alcanzó en 2010.

Por el momento, el gran desafío es para las compañías operadoras de Internet, las que deberán enfrentar un mayor tráfico en las redes y para la industria de los videojuegos, que tendrá que lidiar con retos como la latencia.

Y si bien en lo que respecta al consumidor final la principal función de los smart TV se orienta al entretenimiento, cada vez más están surgiendo aplicaciones para el mundo corporativo. Hoy por hoy, desde un smart TV es posible acceder a Skype e integrar un mouse y un teclado para trabajar en forma remota. Asimismo, cada vez más se están desarrollando aplicaciones de diferente índole. Por ejemplo, hoy se están generando apps para corredoras de acciones, hoteles y restaurantes, entre muchas otras.

Las posibilidades son infinitas y constituyen una gran oportunidad para desarrolladores locales.

En un futuro cercano, todas las pantallas de televisores serán smart TV, las consolas de videojuegos no serán necesarias, así como tampoco los decodificadores y otros devices externos.

En ese contexto, los televisores inteligentes son una clara señal de que la convergencia sigue avanzando y que la distancia entre la electrónica de consumo y la computación continúa estrechándose.