La realidad es que hoy muchos de ellos se encuentran con calculadora en mano sacando cuentas para controlar el constante aumento en los costos de operar sus centros de datos, mientras -por otra parte- el crecimiento de la empresa exige más capacidades de TI para responder con agilidad las demandas del mercado. Según un estudio realizado por IDC, un alarmante 70% del presupuesto de TI corporativo promedio se gasta en operaciones básicas y mantenimiento del área, mermando las posibilidades de inversión o mejoramiento de las tecnologías a través de productos disponibles en el mercado. Asimismo, la cuenta de electricidad comienza a asomarse como un tema a considerar. Si por muchos años era un commodity, hoy está siendo parte de la ecuación de costos, sumado a que las empresas deben cumplir con nuevos desafíos medioambientales, buscando una operación cada vez más verde, con una reducción en su huella de carbono. Un centro de cómputos gasta en promedio entre 40 y 100 veces más que un área de oficinas convencional. Y si hacemos doble clic sobre él, vemos que sólo la mitad de la energía es utilizada para operar los servidores, sistemas de almacenamiento y las redes que los conectan. El resto se va en refrigeración y transformadores para mantener su operación. Claramente es un área donde se pueden realizar mejoras, planteamiento que se reafirma con los datos entregados por IDC, que tras tomar a 300 empresas globales como ejemplo, concluye que sólo el 21% de ellas opera con centros de dato altamente eficiente. Es el caso de empresas visionarias como Google o Facebook, que están enfocadas en implementar mejores sistemas de enfriamiento y software para reducir el gasto de energía, pero van más allá y proporcionan un manual de estrategias para que otras compañías sigan esta tendencia. Si lo miramos desde el punto de vista de la operación, vemos que los centros de cómputo utilizan equipamiento de alto costo, que requieren de especialistas muy capacitados para su continuidad operativa. Para ello, algunas soluciones que pueden ser de valor para las empresas son: Buscar extender la vida del equipamiento existente. Racionalizar la infraestructura, consolidando servidores por equipamiento más eficiente de última generación y consolidando operaciones (gestión) del área de TI. Apoyarse en nuevas soluciones que han salido al mercado, como los data centers modulares de IBM Data Center Family. Tercerizar su operación completa o parte de ella. Pero atacar solamente el lado operativo de esta ecuación no resuelve el verdadero problema que acecha al centro de cómputo promedio: la utilización. La preocupación por las interrupciones del servicio, la falta tradicional de planificación y la poca presión de costos que solía haber en el pasado, generaron que los tiempos de ocio de los servidores sean grandes, por lo que no basta con generar tecnología más eficiente en el uso de la energía. Y finalmente, quizás el más complejo: planificar a largo plazo. Sabemos lo difícil que es esto para los CIOs, pues el dinamismo del mercado y de TI impone presiones que dificultan pensar en un horizonte lejano. Pero en la medida que se tiene más claro el objetivo, se puede diseñar el camino a recorrer y proyectarlo de la forma más eficiente -y operacionalmente rentable- en el tiempo. |