Para esto, debemos entender que nuestra actividad presente no puede comprometer las posibilidades de desarrollo de las nuevas generaciones. El reconocido economista y premio Nobel, Milton Friedman, señalaba que "los negocios son negocios". Efectivamente, es necesario entender que nuestro deber es generar riqueza y valor para el accionista. Pero la actividad empresarial debe ser mucho más que eso. Hoy tenemos numerosos ejemplos de empresas que no han desarrollado comportamientos sostenibles y han generado crisis globales enormes, en diversos ámbitos como el económico o el medioambiental.
Las empresas deben entender que la sostenibilidad requiere de un comportamiento responsable con cada uno de los públicos objetivos con los que nos relacionamos. Sólo si somos capaces de crear valor para nuestros accionistas, y, al mismo tiempo, implementar las mejores prácticas de transparencia y gobierno corporativo, atraer y retener el mejor talento, si propiciamos relaciones ganar-ganar con nuestros proveedores, si nos anticipamos a las necesidades de nuestros clientes, si somos buenos ciudadanos corporativos en las comunidades donde operamos, nos encontraremos en un entorno favorable para operar y, al mismo tiempo, seremos una empresa sostenible.
Por otra parte, las compañías deben buscar cómo aportar al desarrollo sostenible desde lo que mejor saben hacer, desde su actividad natural, que en nuestro caso en Indra es la innovación. Creemos que es la mejor forma para que los aportes sean realmente sustanciales. Desde 2003, año en el que decidimos evaluar y reimpulsar nuestras actividades en Responsabilidad Corporativa, con el primer Plan director de RC de la compañía, proclamamos que la RC no debe ser un añadido a la actividad empresarial, o un departamento llevando adelante sólo iniciativas de filantropía o medioambientales, sino que debe estar imbuida en la estrategia y en la propia actividad, del día a día, de la compañía.
Por este motivo, tenemos un sistema de gestión de la Responsabilidad Corporativa descentralizado, en el que las políticas e iniciativas son desarrolladas por las propias áreas que gestionan las relaciones con los distintos grupos de interés. Es decir, que son los propios departamentos de recursos humanos, calidad, relaciones con inversores, compras, entre otros, los protagonistas de nuestro trabajo en RSE. Y así es como estamos convencidos que debe ser: toda la organización comprometida y trabajando para ser una empresa sostenible.