Del total de estos aparatos, se calcula que 3,5 millones corresponden a smartphones. De hecho, durante 2010, el 22% de los equipos vendidos correspondió a esta categoría. Estas cifras se condicen con la situación de la Banda Ancha Móvil (BAM) en Chile, la que ha tenido un sostenido crecimiento desde su introducción, al país. De acuerdo a la Subsecretaría de Telecomunicaciones, en 2010 las conexiones de BAM llegaron a 1,1 millón, lo que corresponde a un crecimiento de 569% en los últimos 21 meses.
Por otra parte, como lo plantea IDC Chile, en 2010 el mayor impulsor del mercado de computadores fueron los portátiles, al venderse 920.506 unidades. Esto significó un crecimiento de 44% en comparación con 2009. En tanto, las ultra portátiles vendieron 356.300 unidades, lo que equivale a un crecimiento del 32% en un año.
Todo este escenario, sumado al crecimiento de las posibilidades de conectividad y utilización de redes sociales, ha contribuido sin dudas a la transformación de los hábitos de consumo de las personas, tanto para su vida personal como para sus actividades laborales. Y es allí cuando el límite entre una y otra se comienza a desdibujar.
Es por eso que las organizaciones comenzaron a incorporar en sus políticas y soluciones técnicas el acceso a las carpetas de información corporativa desde los dispositivos móviles personales de los empleados. Para un ejecutivo que tiene numerosas responsabilidades, la movilidad y rapidez de conexión facilita su labor diaria, permitiéndole superar con holgura obstáculos antes engorrosos. Esta integración además permite que se aprovechen al máximo los espacios de tiempo muerto en viajes o mientras se circula por la ciudad de una reunión a otra, a la vez que se mantiene el contacto con amigos y familia en todo momento, por lo que la gente trabaja más a gusto.
La tecnología acorta distancias y convierte las formas tradicionales de trabajar en nuevas maneras de relacionarse en el ámbito familiar y en el de los negocios. Las empresas que saben tomar ventaja de esta tendencia cuentan con el plus de que sus empleados puedan administrar su tiempo en forma flexible, trabajen con más dedicación e interés y puedan contribuir a los procesos de negocio de la organización con menor esfuerzo. Un empleado que posee dispositivos como laptops o teléfonos inteligentes, puede trabajar desde cualquier lugar y manejar sus tiempos de la manera más eficiente en función no sólo de los requerimientos de su empleador sino también de su propia vida personal, manteniendo a la vez todos los niveles de seguridad de la información que cada empresa tenga establecida para ella y su personal.
Los avances más utilizados que hoy están en el negocio son:
· Uso y aprovechamiento de dispositivos personales: La utilización de tablets y teléfonos inteligentes como herramientas complementarias a los portátiles, facilita las tareas que tienen que cumplir los empleados estando fuera de la oficina.
· Videoconferencias: Logran que la distribución geográfica ya no sea un problema. Además de facilitar el trabajo en conjunto en cada área, se reducen gastos y tiempos para las compañías. Ya se están incluyendo cámaras web a los computadores portátiles de forma que los empleados no necesiten estar necesariamente en una sala de reuniones. Incluso existe la posibilidad de realizar conferencias de voz desde celulares inteligentes.
· Estrategias de computadoras portátiles de negocios: Para agilizar los procesos de conexión en dispositivos móviles hoy se producen y se comercializan PCs con tecnología pensada para el uso corporativo. Esto, fundamentalmente, gracias a procesadores cada vez más eficientes.
Sin embargo, y a pesar de que aún prevalecen opciones para todos los gustos y aún con la última tecnología de avanzada, todo apunta a un concepto móvil. Dispositivos que sean capaces de conectar a empleados que estén separados por distancias abismales, conexión libre de cables en el transporte público, los hogares, las empresas o la calle. Eso ya es presente, y se espera que el futuro traiga todavía más sorpresas. Gracias a esto, el concepto de trabajo en red toma cada vez más fuerza, ubicando a la tecnología de innovación al servicio de las nuevas tendencias corporativas a nivel global y definiendo un nuevo paradigma laboral de interacción en la era de las comunicaciones. Mientras tanto, los límites siguen difusos y la adaptación del nuevo paradigma a nuestra cotidianeidad llevará todavía un tiempo.