Según una encuesta realizada por el Ponemon Institute, las compañías no cuentan con los sistemas de seguridad para garantizar la confiabilidad de la información digitalizada. El estudio además afirma que el 27% de los encuestados señala que sus instituciones tienen formas para aprobar las aplicaciones cloud que utilizan información sensible, pero sólo el 20% de sus equipos de seguridad dentro de la misma compañía participa en la toma de decisiones para la contratación de proveedores de estos servicios.
Asimismo, y según investigaciones de Greenpeace, el almacenamiento de información en red provocó emisiones de 830 toneladas cúbicas de dióxido de carbono en el año 2007. De acuerdo con este estudio, este cálculo se multiplicaría hacia el año 2017.
Lo cierto es que la virtualización de información la venimos realizando hace años, junto con la creación de computadoras, pero actualmente conocemos con este término a la digitalización de datos para introducirlos en un servidor virtual externo y alojado en la propia Web. Según defensores del espacio físico de almacenamiento, el cloud computing es "engañoso" ya que se pierde el control de la información en datos que son propios y en los que no debería tener acceso ninguna otra compañía. Creo que esta afirmación es cierta, aunque un poco catastrofista. Existen formas de realizar un trabajo conjunto con otras aplicaciones.
Sumado a todas estas consideraciones, la virtualización de la información es una herramienta que debe ir de la mano de una buena implementación de centros de datos. Ambas tecnologías pueden trabajar de la mano, invirtiendo en datacenters modulares que se ajusten a lo que cada empresa necesita. Esto permitirá que las compañías puedan administrar de mejor forma sus recursos energéticos, las condiciones de climatización y rack space, sin perder el resguardo de su información.
Otro de los peligros de la virtualización es lo que puede deparar a futuro en términos de los monopolios que regirán los datos. Es crucial que se legisle en este aspecto desde ahora porque hemos visto cómo otros mercados (alimentos, tabacos, energéticos, entre otros), que antiguamente estaban atomizados, se han transformado en sectores con monopolios gigantescos con el riesgo de llegar a controlar los costos y prioridades del mercado. Observando cómo la nube y su atrayente influencia logra atrapar a las empresas, es fundamental legislar sobre este punto.
Sin duda es crucial la digitalización y cloud de la información, pero también es claro que mientras no se constituyan en una forma segura de resguardo para información crítica y privilegiada, acompañarla de un soporte físico con las condiciones y respaldos energéticos necesarios resulta vital.