| | | Un estudio de InfoTrends confirmó el importante crecimiento que ha experimentado el mercado de la fotografía digital, el cual hacia el 2007 alcanzaría ventas por US$11.800, representando un 28% del total de máquinas fotográficas que se venderán en el período. La posibilidad de ver las imágenes en pantalla, seleccionarlas e incluso borrarlas, además de ahorrar en rollos y revelado son los principales beneficios que los consumidores buscan al momento de adquirir una cámara digital. Otro factor es su ergonomía, ya que hay diseños que van desde “imitaciones” de las cámaras tradicionales, hasta otros más novedosos y futuristas, especialmente en términos de tamaño. Desde el punto de vista del vendedor, hay más que saber, sobre todo para estar seguros del producto que se está ofreciendo y que éste se adecúe a las necesidades del cliente, que puede requerirlo tanto para uso doméstico como profesional. | | | | |
| Cuando se trata de usuarios profesionales, el principal factor a considerar debe ser la resolución máxima de la cámara, siendo el promedio aquellas de 3 megapixeles que permiten obtener imágenes de aproximadamente 2400x1800 pixeles, cuyo resultado (considerando papel e impresión) es finalmente muy similar a las cámaras tradicionales. Muy ligada a la resolución está su capacidad de almacenamiento, ya que de nada sirve tener una cámara que puedan  capturar fotos en alta resolución si no hay capacidad para guardarlas. Es así como hoy la mayoría de los modelos disponibles utilizan tarjetas de memoria disponibles como SmartMedia (hasta 128 MB), MemoryStick (hasta 128 MB), Compact Flash (hasta 3 GB, presentada en la última Comdex), Secure Digital (hasta 256 MB) y Multimedia Memory Card (hasta 64 MB). Por otra parte, a diferencia de las tradicionales, casi todas las cámaras digitales tienen además de un zoom óptico uno digital que permite aumentar virtualmente la distancia focal desde dos hasta ocho veces, aproximadamente. Al usar el zoom digital, la imagen llega al CCD y se procesa digitalmente, lo cual explica la apariencia granulosa o con "ruidos", a diferencia de la que se obtiene con un zoom óptico. Otro detalle a destacar es que en muchos modelos el zoom óptico puede sólo observarse en la pantalla  LCD de la cámara y no a través del visor óptico. Asimismo, la conectividad es otro elemento clave, pues la inter-faz de conexión con el computador determina la velocidad de descarga de las fotografías almacenadas en la cámara. Si bien las cámaras más comunes cuentan con un puerto serial, la mayoría de los usuarios está optando por la conexión USB, ya que permite una tasa de transferencia máxima de 1,5 Mbps. Finalmente, otro elemento que se debe considerar al momento de ofrecer una cámara digital para uso profesional es el flash, existiendo modelos que ofrecen la posibilidad de conectar uno adicional, ya que el incorporado no siempre satisface las necesidades de los usuarios más exigentes. Respecto del flash, éste tiene múltiples modos de empleo, entre ellos automático, apagado o encendido permanente, contando algunos equipos con funcionalidades como reducción de ojos rojos, flash de relleno y sincro-nización lenta.
Para aficionados
 Si la cámara es para usuarios de hogar, además de los factores mencionados hay otros de los cuales es posible sacar provecho a la hora de la venta. Por ejemplo, hay cámaras que permiten la grabación de video y sonido, lo que si bien no es un elemento imprescindible, puede ser atractivo para grabar una pequeña secuencia o sonido ambiente. Asimismo, existen unidades que posibilitan tomas secuenciales o con disparador automático y el tiempo entre tomas es importante, ya que para no perder la posibilidad de obtener una imagen, la cámara debe tomar las fotos tan rápido como una tradicional. Y si hablamos de tomar imágenes familiares o en una ocasión especial, las baterías cobran especial importancia, por lo que es preferible recomendar el uso de baterías recargables AA.
|
