Sin distinción de edades, trabajos ni condiciones económicas, para todos, hoy, estar comunicados es una necesidad. Estudios revelan que en Chile, cerca del 35% de la población considera su teléfono celular como un equipo esencial en su vida. Si consideramos además que la penetración de los teléfonos móviles en el mercado chileno es del 100%, podemos obtener interesantes conclusiones. Dispositivos móviles capaces de recibir correos en cualquier parte del mundo y navegar por Internet desde cualquier lugar remoto de la geografía, son aplicaciones que ofrecen hoy los equipos capaces de ofrecer una total movilidad y conectividad a los usuarios. ¿Bendición o maldición? Sólo el tiempo lo dirá. Por estos días se sabe que existen grupos de la sociedad que se han vuelto verdades adictos a la conectividad, patología que posteriormente generó la creación de terapias psicológicas enfocadas especialmente en tratar este tipo de adicciones. ¿Por qué? Porque, simplemente, el estar conectado en todas partes es, para algunos, sinónimo de poder y permanencia. Hoy la industria tecnológica se esmera día a día en desarrollar nuevos productos con aplicaciones que satisfagan las necesidades, existentes o no, en virtud de brindar, a los cada día más exigentes usuarios, solución a sus problemas. Existen hoy aparatos electrónicos capaces de almacenar millones de páginas de texto, cientos de miles de fotografías, videos y canciones, e infinita cantidad de archivos. Para qué tanta capacidad, se preguntan algunos
Para estar presente, para no obligarse a permanecer siempre en el mismo lugar, para contar con la información requerida a toda hora y en todo lugar. Si un usuario prefiere no depender de un dispositivo con esa capacidad, puede perfectamente dejarlo en "la nube" de Internet y acceder a ella desde cualquier punto de la Tierra. Una realidad actual que en el pasado no muy lejano parecía un sueño. ¿Qué nos deparará el futuro?, es una duda que sólo el tiempo nos responderá. Lo que sí está claro es que, ojalá nos encuentre por ahí. |