Positivo panorama si pensamos que la economía mundial y nacional ha sido afectada por una crisis, la cual arrojó un decrecimiento en Chile para el primer semestre del -3,3% y que se espera alcance, al término de 2009, uno cercano al -1,5%.

Lo anterior indica que en este segundo semestre habrá una reactivación, la cual ya se habría notado si analizamos el mes de junio, que tuvo un crecimiento del 0,8% respecto de mayo, lo que refleja la primera cifra positiva en prácticamente un año.

Personalmente, creo que aún tendremos meses en que las cifras mostrarán algún deterioro, especialmente en desempleo, para luego comenzar una recuperación a partir de septiembre. Esto nos hará pasar un relativo buen último trimestre. También veremos cifras más estables a contar de marzo del 2010, principalmente por la posible recuperación del último Q que se interrumpe en enero y febrero, en general los meses más lentos del año.

Volviendo a los números de nuestro mercado: se esperan 1.164.000 máquinas repartidas en 700 mil notebooks (59%), 61 mil netbooks (5%) y 414 mil desktops (36%). Esto nos lleva a concluir que en el país se vende más del 64% entre notebooks y netbooks, y que los desktop, si bien es cierto siempre existirán, han sufrido un fuerte cambio desde el 2005.

Recordemos que el 2005 el 70% de los equipos correspondía a desktops (650 mil unidades), de los cuales el 70% (450 mil unidades aprox.) eran cajas blancas o marcas propias ensambladas por el canal de distribución. Para este 2009, en tanto, se esperan sólo 130 mil cajas blancas y 294 mil desktops de marca; lo cual nos lleva a cifras equivalentes a las de 1997.

Este cambio ha sido impulsado desde el 2005 básicamente por el reposicionamiento de las marcas gracias a los notebooks y donde éstas también aprendieron a competir con las cajas blancas o marcas propias, ofreciendo máquinas a precios muy competitivos con servicios, garantía y otros valores asociados, generando un cambio de cultura de compra.

De hecho, los consumidores valoran más los servicios, garantías y, en alguna medida, la propiedad intelectual del software; ya que el 95% de los notebooks viene con software original pre instalado, lo que llevó la lucha contra la piratería a los software de productividad. Además, no olvidemos que hace un tiempo la computación dejó de ser un misterio y se transformó en un producto que se puede comprar en cualquier retail, puesto que la oferta es más variada y a veces con mejores condiciones que las de un distribuidor especializado.

Nuevo modelo de negocios

Lo anterior nos lleva a pensar en el real desafío que tenemos por delante, el cual hace que la crisis económica no sea más que un accidente. Entonces, la pregunta es: ¿cómo convertimos a los más de mil distribuidores que hasta hace poco basaban su negocio en el armado de máquinas en empresas que ofrezcan valor, como servicios, soluciones y/o venta e instalación de software?

Este desafío invita a cambiar el modelo de negocio, ya que el hardware adquiere ahora fuerza desde sus prestaciones y potencialidades como parte de una solución, perdiendo protagonismo en relación a las soluciones de productividad, aplicación y software.

En este sentido, es importante destacar el esfuerzo de muchos empresarios de nuestra industria que comenzaron sus procesos de cambio; pero la gran mayoría aún no inicia este cambio.

Es por ello que todos los actores de la industria debemos ayudar a generar el cambio mediante acciones concretas, compartiendo una visión y un nuevo modelo de negocios y entregar las herramientas para que éste se desarrolle.

La tecnología ya mostró para dónde va, y si los canales no cambian, su futuro no será muy prometedor. En cambio, aquéllos que tomaron nuevos rumbos o comenzaron a experimentar en algunas áreas preparándose para el mañana, tienen todas las posibilidades de ganar y salir airosos de este nuevo desafío, el cual debemos transformarlo en nuestra mayor oportunidad.