En pleno 2008, casi ad portas del Bicentenario, las pequeñas y medianas empresas en Chile ya no tienen excusas para no incorporar las TICs en su gestión diaria. Más aún, ¿por qué no adoptan las mejores prácticas de las grandes compañías? No es necesario reinventar la rueda; muy por el contrario, es una receta probada con la cual no sólo se hace un buen negocio, sino que se formaliza a las empresas en sus procesos administrativos, optimizando recursos para poder competir.

Es lamentable cómo en la actualidad, por dar un solo ejemplo, aún el uso de la factura electrónica no se masifica como debiera, pese a sus beneficios, principalmente, por la falta de información que los contribuyentes tienen al respecto.

Aumentos de productividad para las empresas, disminución de los costos netos de operación, ahorro de tiempo y dinero en el proceso de facturación, imprenta, timbraje, impresión, bodegaje y despacho son sólo algunas de las numerosas ventajas que este sistema entrega.

Asimismo, se evita la concurrencia a las oficinas del Servicio de Impuestos Internos, SII, para timbrar documentos, la pérdida de Crédito IVA por documentos recibidos extraviados y multas por pérdidas de documentos timbrados.

Pero, por sobre todo, mejora la gestión y eficiencia en los negocios, integrando los procesos de compra venta, así como la relación Clientes/Proveedor, estandarizando la mensajería entre los agentes del mercado y transformándose en una ventaja competitiva para las empresas. Sin duda alguna es la plataforma del comercio digital entre los agentes económicos.

Muchas veces, y con justa razón, la Pyme se ve limitada en sus acciones por la falta de recursos. Es hora de desbaratar los mitos. La inversión en TI es una muy buena opción que tiene un retorno rápido y cuantificable. Es más, hoy en día es posible por menos de la mitad de un sueldo mínimo mensual, automatizar completamente una empresa, incluyendo facturación electrónica.

La tecnología es tan accesible, hoy por hoy, que todas las Pymes la pueden implementar. Bajo esa óptica, la Pyme chilena si quiere sobrevivir, debiera hacer de las mejores prácticas de negocio un hábito, porque en la sociedad de la información no se fracasa por falta de expertise, sino por mala gestión.