A este problema en la salud, que antes era considerado como un mínimo cansancio, hoy ya se le da la denominación de enfermedad y -además- se está transformando en una verdadera pandemia. Sin ir más lejos, cada año se presentan 160 millones de casos nuevos de enfermedad profesional en el mundo, incluidas las enfermedades respiratorias y cardiovasculares, cáncer, trastornos auditivos, osteomusculares y reproductivos, así como enfermedades neurológicas. Por otro lado, y más cercano a nuestra realidad, la Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que en América Latina sólo se reportan entre el 1% y el 4% de todas las enfermedades ocupacionales. Lo que es peor aún, se estima que el estrés causa la mitad del ausentismo, 40% de la rotación y tiene consecuencias significativas en la productividad laboral. Sobre esta premisa, está claro que la sobrecarga no determina un excelente trabajo. Perfecto equilibrio Las preguntas que se me vienen a la mente son: ¿Vale la pena dedicarle tanta energía y horas al trabajo? ¿Sabemos balancear nuestra vida privada con la laboral? ¿O cómo hacer más eficiente nuestra labor, tanto familiar como profesional? Alguna vez me dijeron que el secreto de un ejecutivo estaba en sus propias manos. Con el tiempo y los años, me he dado cuenta de que estas claves van mucho más allá de una simple técnica de ventas; es parte de una filosofía de vida que ayudaría a muchas personas a ser "exitosos", pero no sólo en los negocios, sino también en sus vidas personales, en su rol de padres, de pareja, de compañeros, de hijos. En general, aplica a cualquier instancia de vida. Las Claves Para lograr creo que hay que considerar cuatro palabras claves: Por un lado, está la actitud; sin ella nada se puede llevar adelante. Una postura positiva es ganar la mitad de la batalla, es avanzar antes que los de más, es transmitir energía. La visión ganadora está en los mejores, en los que hacen que las cosas sucedan y no esperan por ellas. Depende sólo de nosotros, de nuestra energía, de nuestra voluntad. En segundo lugar, pero no menos importante, está el conocimiento. Nunca debemos olvidar que nadie logra nada sin él y que además es personal, ya que depende de nosotros mismos. Hoy más que nunca este valor está al alcance de todos y solamente es necesaria la voluntad de buscarlo. El conocimiento es la capacidad que tienen los seres humanos de aprender lo que otros ya han aprendido y adaptarlo a nuestra experiencia nos permitirá el logro de los objetivos trazados. Nadie avanza sin él. También debemos considerar al equipo. Vivimos en un mundo gregario, donde nadie sobrevive sin los otros. Existimos para los demás y ellos, para nosotros. Formar equipo es la clave del éxito: escoger el adecuado, formarlo correctamente, jugar entre todos. Nadie logra las metas solo. Por último, nada de lo anterior sirve sin comprometernos con la causa. Si no inyectamos pasión en lo que hacemos, ni la mejor actitud, ni el mayor de los conocimientos, ni el mejor de los equipos, el resto de los valores no servirá. Compromiso es sinónimo de confianza, de credibilidad y de entrega; es lo que logra encerrar el resto de los elementos. |